En estos días hemos escuchado una entrevista realizada al alcalde de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo Macario, donde le preguntaban sobre la limpieza de nuestro municipio y él desmentía que la ciudad estuviera sucia.
Hay que tener morro para realizar tal negación. Una respuesta como la que dio demuestra el desconocimiento que se tiene del municipio y de las necesidades reales, así como una grandísima falta de respeto a la ciudadanía que, día tras día, está denunciando la suciedad que se vive en sus barrios.
Sr. Hidalgo: la ciudad está sucia, está abandonada, no sólo se habla de enseres que se dejan al lado de los contenedores, en vez de llevarlos al punto limpio. Se habla de falta de baldeo, de aceras sucias, de papeleras y contenedores que rebosan, se habla de rejillas donde crece la hierba por falta de limpieza, se habla de meses sin que se realice el correspondiente plan de choque.
Y es toda la ciudad, tanto Mesa y López, Triana o Vegueta, como cualquier otro barrio de la periferia. Aquí no escapa ningún barrio.
¿De verdad cree que la oposición se inventa las fotos que vemos constantemente publicadas por los vecinos? ¿Es capaz de negar la evidencia que nos encontramos dando un paseo por esta ciudad?
En los siete años que llevo como concejala de la oposición jamás había visto mi ciudad como está ahora ¡y miren que la anterior concejala de Limpieza dejó el listón muy bajo! La suciedad y el deterioro te los encuentras a cada paso: ya entres por el sur, con el aspecto que presenta la Avenida Marítima, toda rota, o entres por el norte y veas el aspecto de Guanarteme y los aledaños a Las Canteras. Y, por supuesto, ni les cuento si entran por la zona de las medianías, donde los barrios están totalmente abandonados.
Y esto no lo digo sólo yo, o muchos vecinos de Las Palmas de Gran Canaria. También lo dice el Tribunal Superior de Justicia de Canarias que, en la sentencia que tumba el expediente de regulación de empleo en el que pierden su trabajo 187 empleados del Servicio de Limpieza, deja muy claro, entre otras cosas, que como consecuencia de la falta de plantilla no se han podido atender las necesidades de limpieza en nuestro municipio, produciéndose situaciones graves de falta de prestación del servicio.
Sr. Alcalde, Sra. Concejala responsable de Limpieza, dejen de negar lo evidente y reconozcan la situación en la que se encuentra esta ciudad. La suciedad, unida a la pésima movilidad y al deterioro que está sufriendo por falta de mantenimiento de las infraestructuras del municipio, han hecho de esta ciudad un estercolero roto e intransitable.
Quítense la venda política y escuchen a los vecinos, que son los que los han puesto en sus cargos, recorran los barrios y vean la situación en la que estamos viviendo.
Es indignante que usted, Sr. Hidalgo, tenga la desfachatez de decir un rotundo no ante la pregunta de si la ciudad está sucia.