¿Clavijo, medianero del PP?

Santiago Pérez

23 de julio de 2024 20:00 h

0

A estas horas no se ha producido la votación de la Proposición de Ley para que la distribución territorial de los menores inmigrantes no acompañados entre todas las comunidades autónomas sea obligatoria.

Pero me he quedado atónito -la capacidad de asombro de uno nunca se agota- cuando he leído que Coalición Canaria prefiere que no se vote, ninguneando la importancia política  y jurídica de la votación de “toma en consideración” por el Congreso -que es un pronunciamiento de los representantes de la soberanía del pueblo español sobre la necesidad, conveniencia y acierto del tratamiento legislativo que se le da al objeto de la iniciativa legislativa- al considerarla una mera “votación de trámite”, según ha expresado la diputada de los del “acento canario” en la tribuna de la Cámara.

Para más INRI, puestos ya a despreciar la inteligencia de nuestra gente, la parlamentaria de Coalición Canaria se ha atrevido a decir “no voy a explicar en Canarias que el Congreso de los Diputados no es capaz de trabajar en materia migratoria y de reformar y adaptarse, que no entiende que el interés superior del menor es una prioridad para los poderes públicos”. 

¿Cómo que no es una prioridad para los poderes públicos el interés superior del menor?

Lo que no se atreven a explicar en Canarias es que el Partido Popular, con el que comparte Clavijo un legítimo Gobierno de perdedores, rehén de VOX y cada vez más escorado a la extrema derecha, y sintonizando con Puigdemont y la derecha catalana (a la que le ha salido también una versión ultra), van a impedir la aprobación de la toma en consideración de una Proposición de Ley de extraordinaria importancia y urgencia para nuestras Islas.

Las personas mayores, ya que hace siglos que desaparecieron los consejos de ancianos de la tribu, somos meros custodios de la memoria.

Y así como la democracia es una mera fantasmagoría sin una opinión pública libremente formada, para lo que se requiere un pluralismo informativo suficiente, también es impracticable sin la memoria colectiva. Por eso, los partidos e individuos autoritarios pretenden hacerse siempre con el monopolio de la memoria colectiva. Para decidir a su antojo qué es presente y qué es pasado. 

Son palpitante presente los crímenes cometidos durante la Guerra Civil por los generales felones y por integrantes del bando republicano. Pero hay que olvidar los infligidos a los ya vencidos por una dictadura de instintos genocidas. Es rabiosa actualidad, a pesar de las sentencias del Tribunal Constitucional, el asunto de los EREs.  Y “es pasado” (según un Feijóo al que cada vez le tengo más miedo) todo el asunto de la policía patriótica, a pesar de que estos días hemos conocido los informes oficiales sobre el tenebroso alcance de esa guerra sucia organizada por el PP contra su adversarios políticos.

Érase una vez Coalición Canaria tenía entre sus teorías la de que a Canarias le convenía que sus pactos en las instituciones de las Islas fueran con el partido que gobernaba “en Madrid, para facilitar diálogo e influencia. Hasta que descubrimos que esa teoría sólo valía cuando en Madrid gobernaba la derecha.

También vivimos, allá por 1993, cómo la fundación de Coalición Canaria fue el resultado de una felonía contra el Gobierno PSOE-AIC ejecutada por el entonces vicepresidente Hermoso con la justificación de la incomprensión del ministro de Hacienda de Felipe González, Carlos Solchaga, respecto a determinadas exigencias canarias en la negociación para la actualización de nuestro Régimen Económico y Fiscal, después de que en 1991 cambiara nuestro status en la Comunidad Europea, mediante nuestra incorporación a la Política Agraria Común y a otros importantes aspectos del acervo comunitario.

Y ahora resulta que el previsible rechazo de PP, VOX y Junts va a impedir previsiblemente  la toma en consideración por el Congreso de una iniciativa legislativa sobre un tema que tiene una trascendencia humanitaria excepcional y  que está recayendo exclusivamente sobre las espaldas del Archipiélago. 

¿Va a ser consecuente Coalición Canaria con la extraordinaria importancia y urgencia  de la situación de los menores inmigrantes no acompañados, que Clavijo y sus adláteres no han hecho sino subrayarlas constantemente? Apuesto triple contra sencillo que no. Y de ahí las grotescas afirmaciones de su representante en el Congreso.

Dos cosas más: 

La primera es que una Ley como esta, si  -y sólo si- se aprueba por consenso se aplicará y punto. Pero si no, los recursos de inconstitucionalidad están cantados. Con cierto fundamento, aunque en mi opinión no determinante. Y las comunidades autónomas bajo gobiernos conservadores, VOX y Junts van a impugnar su constitucionalidad por todas las vías a su alcance alegando motivos competenciales. Porque el Estado tiene, en mi opinión, títulos suficientes para legislar al respecto y más en una situación como la actual; pero es verdad que la ejecución de la ley corresponderá a las comunidades autónomas en todo caso. Y todas han asumido en sus estatutos las más plenas competencias de atención a los menores, sin distingos entre si son españoles o no. El constituyente no era adivino y en 1978 España era un país de origen migratorio. Y no de destino, como ahora. Y todo eso servirá para retrasar la aplicación de la ley y continuar esta polémica de evidentes  connotaciones racistas.

La segunda es que Coalición Canaria no es ajena al uso partidista y xenófobo del fenómeno migratorio. Fueron ellos, de tapadillo, los que convocaron la vergonzosa manifestación  en Santa Cruz, en 2006,  en plena crisis migratoria, que afortunadamente fracasó. Son ellos, de Clavijo a Oramas, quienes han alarmado reiteradas veces con consignas como “van a convertir a Canarias en una segunda Lesbos” y otras del mismo cariz. Es Coalición Canaria la que ha fichado estelarmente a la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, la misma que abrió expedientes sancionatorios a los hoteles que alojaron temporalmente a parte de los inmigrantes que se hacinaban inhumanamente en el muelle de Arguineguín, a finales de 2020, en pleno repunte migratorio y aún bajo los efectos de la Pandemia. Y fue su ex alcalde en La Laguna, de cuyo nombre prefiero olvidarme, el que distribuyó panfletos fomentando agravios comparativos y xenofobia alegando que a cuántos canarios no les gustaría estar en esos hoteles con los gastos pagos. 

En fin, es sólo memoria. Ésa que custodiamos las personas mayores. Y sin la cual no es posible una democracia digna de tal nombre.