Espacio de opinión de Canarias Ahora
Las comparaciones son odiosas, pero…
En los últimos meses le he dedicado algunos artículos a la gestión de los munícipes del gobierno de Las Palmas de Gran Canaria, que en mi opinión deja mucho que desear. No solo en lo relativo a los recursos económicos, sino de otros asuntos como la Participación Ciudadana – donde no participa ni el 0,2% de la población del municipio – de la gestión de las licencias de obra – retrasos de 9 meses a un año – o de la transparencia que no existe (quejas por no informar a la ciudadanía sobre expedientes como, por ejemplo, el de la Metroguagua).
Cuando hablamos de temas económicos, que afectan a la ciudad y a sus ciudadanos, la cosa es igual de grave o más. No hay explicaciones de ningún tipo que convenzan a nadie de por qué se ha aceptado el reparto del FDCAN en el modo que ha efectuado el Cabildo Insular, con grave perjuicio para la ciudad, en comparación con otros municipios de Gran Canaria. Nuestra ciudad tiene el 45% de los habitantes de Gran Canaria y recibe el 27% de los fondos.
O por qué se ha aceptado que el Gobierno de Canarias reparta un millón de euros para la lucha contra el paro a cada una de las mayores ciudades de Canarias (Telde, La Laguna, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria) sin tener en cuenta el número de parados. A 31 de marzo Telde tenía 13.371 parados y Las Palmas de Gran Canaria 45.459. El gobierno municipal, en la figura de su alcalde, salió en la foto sonriendo cuando firmó y acepto el donativo, en vez de negarse y manifestar que no se pueden tratar de forma igualitaria a los que son desiguales.
También es mala la gestión en temas económicos cuando los diversos departamentos municipales no son capaces de gastar los recursos que ellos mismos han presupuestado. Como por ejemplo el área de Cohesión Social, que, en la ejecución presupuestaria a 30 de septiembre, habiendo transcurrido 9 meses del año, solo había utilizado 4,17 millones de euros de un presupuesto anual para 2016 de 9,5 millones de euros.
Asimismo, cuando se presupuestan 1,7 millones para la ayuda al pago del IBI de las familias con menos recursos, el Ayuntamiento se gasta una pasta en publicidad, pregona a los cuatro vientos que tienen derecho a cobrar la ayuda unos 30.000 vecinos, y solo recurren a la ayuda 5.175, ascendiendo el importe gastado a tan solo 384.063 euros.
Todo lo anterior es indicativo de que la gestión municipal, en los temas señalados, ha sido mala o muy mala. Sin paliativos. Cuando se presentan a elecciones municipales unos señores, encuadrados en sus diversos partidos, la ciudadanía lo que pide es que sean eficaces en la gestión. Exactamente lo contrario a lo que está pasando en nuestra ciudad. Algunos de nuestros munícipes del equipo de gobierno, están pasando su sarampión en lo de gestionar, cosa que no habían hecho nunca. Y se les nota. Y si nunca han tenido la posibilidad de gestionar, no tienen aptitudes, o no tienen conocimientos, el que lo paga es el ciudadano.
Se espera que este mes el gobierno municipal presente con detalle la liquidación del presupuesto municipal de 2016. Es el primer presupuesto que ha sido diseñado y ejecutado por el equipo de gobierno actual. El presupuesto del año 2015, al haber sido gestionado medio año por el PP y otro medio por el actual gobierno, no puede servir para ver el grado de ejecución.
Mientras esperamos ese detalle – que va a señalar con el dedo que concejalías y que áreas municipales han hecho bien, mal o regular sus deberes – se dispone ya de los datos en bruto de la liquidación del presupuesto del año 2016. Digo en bruto porque solo se indican los capítulos de las partidas de ingresos y gastos.
En el capítulo de ingresos, de un total presupuestado de 377,3 millones de euros, se han recaudado 336,4 millones de euros, quedando pendiente de cobro 40,8 millones de euros. Estos números igual no le dice nada a nuestro lector, pero si se traducen a porcentaje, la cosa cambia. El grado de ejecución de los ingresos previstos se ha cumplido en un 89,19 %.
En el capítulo de gastos, de un total presupuestado de 349,2 millones de euros, se han pagado 298,7 millones de euros, quedando por gastar 50,5 millones de euros, que, traducido a porcentaje del grado de ejecución del gasto previsto, se ha cumplido en un 85,53 %.
Como todo en la vida, la cosa depende del color del cristal con que se mire. Estos números en solitario no dicen nada, pero si los comparamos con la liquidación del presupuesto del año 2014 (último año completo en que gobernó el PP), la cosa cambia.
El capítulo de ingresos presupuestados en el año 2014 fue de 378,1 millones de euros y se ejecutaron 374,4 millones de euros, quedando por cobrar 3,7 millones de euros, que en porcentaje de ejecución de los ingresos previstos fue del 99,03 %.
El capítulo de gastos presupuestados ese 2014 fue de 372,8 millones de euros, y se gastaron 350 millones de euros, quedando por gastar 22,8 millones de euros, que en porcentaje de ejecución de gastos previstos fue del 93,87 %.
El grado de ejecución de los ingresos del 2016 es de 10 puntos menos en comparación con los del 2014, y la ejecución de los gastos en 2016 es de 8,34 puntos menos, en comparación con los de 2014.
Las comparaciones son odiosas, pero la gestión del PP en 2014 fue de matrícula, mientras que la del tripartito en 2016, si no de suspenso, sí de aprobado raspado.
Y a esto se le llama capacidad de gestionar. Pero ¿qué podemos esperar si tenemos un Ayuntamiento que no tiene concejal de Hacienda? Bueno, es el alcalde, pero, en fin, ya vemos…
En los últimos meses le he dedicado algunos artículos a la gestión de los munícipes del gobierno de Las Palmas de Gran Canaria, que en mi opinión deja mucho que desear. No solo en lo relativo a los recursos económicos, sino de otros asuntos como la Participación Ciudadana – donde no participa ni el 0,2% de la población del municipio – de la gestión de las licencias de obra – retrasos de 9 meses a un año – o de la transparencia que no existe (quejas por no informar a la ciudadanía sobre expedientes como, por ejemplo, el de la Metroguagua).
Cuando hablamos de temas económicos, que afectan a la ciudad y a sus ciudadanos, la cosa es igual de grave o más. No hay explicaciones de ningún tipo que convenzan a nadie de por qué se ha aceptado el reparto del FDCAN en el modo que ha efectuado el Cabildo Insular, con grave perjuicio para la ciudad, en comparación con otros municipios de Gran Canaria. Nuestra ciudad tiene el 45% de los habitantes de Gran Canaria y recibe el 27% de los fondos.