Espacio de opinión de Canarias Ahora
Desafío sin fronteras
En el complejo panorama económico y social actual, las diferentes regiones, independientemente de su nivel de desarrollo económico y social, se enfrentan a una serie de desafíos multifacéticos que han estado conviviendo alrededor nuestro durante mucho tiempo pero que han sido exacerbados por la pandemia global. Es decir, se nos ha dado la vuelta la ropa, y se nos ven las costuras y, algunas de ellas, están deshilachadas. Hay que tener en consideración que las diferentes crisis económicas que nos han atravesado, ya sean de origen productivo, financiero o sanitario, nos han hecho recordar, a base de golpes en forma de caída del Producto Interior Bruto con el consecuente incremento del desempleo involuntario, las profundas brechas existentes, resaltando en pleno siglo XXI, las que determinan el acceso a la tecnología y habilidades digitales, así como las disparidades económicas y sociales que persisten, polarizándose incluso. En este contexto, la economía digital emerge como una herramienta poderosa que puede impulsar el desarrollo económico y social, pero también plantea desafíos significativos que deben ser abordados de manera proactiva porque elimina fronteras y asilamientos, tomando un especial y relevante significado si hablamos de entorno insulares, como es Canarias.
En este sentido, se ha constatado que uno de los principales obstáculos para aprovechar el potencial de la economía digital es la brecha digital. A pesar del rápido avance de la tecnología, la mayor y mejor evolución en la implementación a precios asequibles de la propia infraestructura limita el acceso a oportunidades educativas, de empleo y de emprendimiento, perpetuando así la desigualdad económica y social. Por esa razón, para abordar este desafío, es necesario invertir en la expansión de dicha infraestructura digital y en la reducción de la brecha de acceso a la tecnología si lo que realmente se quiere es diversificar la economía a base de fomentar las oportunidades. Pero, además del acceso a la tecnología, también es crucial desarrollar habilidades digitales entre la población. El rápido avance en este campo ha creado una demanda creciente de personas trabajadoras con habilidades digitales, de ahí que se tengan que elaborar programas de alfabetización digital a través de programas de capacitación y educación adecuados para satisfacer esta demanda. Por esa necesidad es fundamental invertir en programas de desarrollo de habilidades digitales que equipen a las personas con las competencias necesarias para participar en este mercado y así acceder a nichos de empleo relacionados con la inteligencia artificial, la ciberseguridad y el propio análisis de datos.
Además de abordar la brecha y las habilidades digitales, también es importante garantizar que la economía digital promueva un crecimiento equitativo y sustentable. La tecnología tiene el potencial de crear empleo, estimular el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de las personas, pero también corre el riesgo de profundizar las desigualdades si no se implementan políticas adecuadas, por lo que es crucial adoptar un enfoque integral que promueva la igualdad de oportunidades y aborde las causas subyacentes de la pobreza, la desigualdad y el desempleo. En este sentido, la cooperación institucional, tanto desde la esfera de lo público como de la privada, desempeña un papel crucial para responder de forma coordinada y consensuada, promoviendo políticas y programas que impulsen un desarrollo inclusivo y sostenible.
En el complejo panorama económico y social actual, las diferentes regiones, independientemente de su nivel de desarrollo económico y social, se enfrentan a una serie de desafíos multifacéticos que han estado conviviendo alrededor nuestro durante mucho tiempo pero que han sido exacerbados por la pandemia global. Es decir, se nos ha dado la vuelta la ropa, y se nos ven las costuras y, algunas de ellas, están deshilachadas. Hay que tener en consideración que las diferentes crisis económicas que nos han atravesado, ya sean de origen productivo, financiero o sanitario, nos han hecho recordar, a base de golpes en forma de caída del Producto Interior Bruto con el consecuente incremento del desempleo involuntario, las profundas brechas existentes, resaltando en pleno siglo XXI, las que determinan el acceso a la tecnología y habilidades digitales, así como las disparidades económicas y sociales que persisten, polarizándose incluso. En este contexto, la economía digital emerge como una herramienta poderosa que puede impulsar el desarrollo económico y social, pero también plantea desafíos significativos que deben ser abordados de manera proactiva porque elimina fronteras y asilamientos, tomando un especial y relevante significado si hablamos de entorno insulares, como es Canarias.
En este sentido, se ha constatado que uno de los principales obstáculos para aprovechar el potencial de la economía digital es la brecha digital. A pesar del rápido avance de la tecnología, la mayor y mejor evolución en la implementación a precios asequibles de la propia infraestructura limita el acceso a oportunidades educativas, de empleo y de emprendimiento, perpetuando así la desigualdad económica y social. Por esa razón, para abordar este desafío, es necesario invertir en la expansión de dicha infraestructura digital y en la reducción de la brecha de acceso a la tecnología si lo que realmente se quiere es diversificar la economía a base de fomentar las oportunidades. Pero, además del acceso a la tecnología, también es crucial desarrollar habilidades digitales entre la población. El rápido avance en este campo ha creado una demanda creciente de personas trabajadoras con habilidades digitales, de ahí que se tengan que elaborar programas de alfabetización digital a través de programas de capacitación y educación adecuados para satisfacer esta demanda. Por esa necesidad es fundamental invertir en programas de desarrollo de habilidades digitales que equipen a las personas con las competencias necesarias para participar en este mercado y así acceder a nichos de empleo relacionados con la inteligencia artificial, la ciberseguridad y el propio análisis de datos.