Espacio de opinión de Canarias Ahora
Difícil de justificar
“Ustedes necesitan el poder como el resto el aire para respirar”, le espetó Patricia Hernández a José Manuel Bermúdez en el debate de la moción de censura. El resultado estaba cantado, pero Hernández no se quiso marchar de la alcaldía sin mostrar públicamente su enfado. La exalcaldesa llegó a explicar que no solo se comió alguna mentira de Bermúdez, sino que en el PSOE habían descubierto regalos como el caso Juan Luis Guerra o Emmasa. Pero el argumento de peso en esa moción lo dio Bermúdez en su discurso, tímido y casi de soslayo. El nuevo alcalde nos explicó en el punto cuatro de su discurso-lectura que en su partido no perdonan la paralización del Plan Especial de Las Teresitas.
Resulta que, el Plan Especial de Las Teresitas que Coalición Canaria y el Partido Popular han defendido es otra de las razones por las que los nacionalistas querían volver a la alcaldía, ese plan que se parece mucho a las ideas que tenía Miguel Zerolo para la ciudad y que acabó con un entramado corrupto alrededor de la playa, desembocando entre otras cosas en lo que hoy conocemos como caso ‘Mamotreto’. Por supuesto, el plan no solo plantea la posibilidad de tener un edificio de aparcamientos, sino, también, un hotel. Según Bermúdez, las discrepancias respecto al Plan Especial de Las Teresitas, no solo con el PSOE sino también con Matilde Zambudio, fue la razón principal por la que Lazcano se marchó.
Al son de Juan Luis Guerra, el martes por la mañana el nuevo alcalde ya tenía repartidas las áreas: Seguridad Ciudadana y Movilidad, la Sociedad de Desarrollo y el área de Medio Ambiente le caían a Evelyn Alonso por obra y gracia de Coalición Canaria, Urbanismo para Carlos Tarife y Fiestas para Cabello. Ese mismo martes, cuando Bermúdez apenas llevaba 24 horas en el cargo nos enteramos de que, en un ataque de soberbia, el alcalde prescindió de los servicios de Ruymán Torres, uno de los juristas que consiguió que el Ayuntamiento de Santa Cruz pudiese recuperar los 95 millones de euros malversados por Plasencia y compañía. Punto y mini punto para el equipo nacionalista.
Pasas de la negación a la sorpresa, porque, aunque sea un mensaje claro para el Partido Socialista, también lo es para la ciudadanía que dentro de unos años recordará que ‘Bermúdez desalojó a Patricia Hernández y echó del Ayuntamiento a la persona que recuperó los 95 millones de Las Teresitas’. Si tramar una moción por Zoom no es un gesto de valentía o heroicidad, el gesto de Bermúdez con Torres refuerza aún más el argumentario de Hernández. En cualquier otro lugar a Torres se le mostraría respeto y admiración, pero en el Ayuntamiento de Santa Cruz pasan cosas difíciles de justificar.
“Ustedes necesitan el poder como el resto el aire para respirar”, le espetó Patricia Hernández a José Manuel Bermúdez en el debate de la moción de censura. El resultado estaba cantado, pero Hernández no se quiso marchar de la alcaldía sin mostrar públicamente su enfado. La exalcaldesa llegó a explicar que no solo se comió alguna mentira de Bermúdez, sino que en el PSOE habían descubierto regalos como el caso Juan Luis Guerra o Emmasa. Pero el argumento de peso en esa moción lo dio Bermúdez en su discurso, tímido y casi de soslayo. El nuevo alcalde nos explicó en el punto cuatro de su discurso-lectura que en su partido no perdonan la paralización del Plan Especial de Las Teresitas.
Resulta que, el Plan Especial de Las Teresitas que Coalición Canaria y el Partido Popular han defendido es otra de las razones por las que los nacionalistas querían volver a la alcaldía, ese plan que se parece mucho a las ideas que tenía Miguel Zerolo para la ciudad y que acabó con un entramado corrupto alrededor de la playa, desembocando entre otras cosas en lo que hoy conocemos como caso ‘Mamotreto’. Por supuesto, el plan no solo plantea la posibilidad de tener un edificio de aparcamientos, sino, también, un hotel. Según Bermúdez, las discrepancias respecto al Plan Especial de Las Teresitas, no solo con el PSOE sino también con Matilde Zambudio, fue la razón principal por la que Lazcano se marchó.