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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

No con mi dinero

Hay demasiado paro en España, pero el Gobierno considera que, en vez de buscar fórmulas que faciliten que la gente pueda trabajar, lo que hay que hacer es imposibilitar un empleo digno a los numerosos candidatos.

Como Zapatero no cree en las jubilaciones prontas, coloca al frente de RTVE a un ex ministro de la UCD de 83 años. Si sólo un abuelete es capaz de dirigir los destinos del ente público por antonomasia, ¿qué les tocará a los cuarentones o cincuentones?

El panorama no es nada halagüeño pero menos aún es que se trate a los desempleados como escoria mientras que a los jubilados, que al menos ya tienen una paga por los servicios prestados en su vida laboral, se les encumbra en los tronos de las empresas públicas.

Si el BBVA o el Santander quieren adjudicar pensiones multimillonarias a sus gerifaltes, vale, es su problema como empresa privada, pero que el Estado haga lo mismo con sus funcionarios clama al cielo.

Los políticos que pretenden ampliar los años de cotización a los trabajadores corrientes y molientes no se aplican el cuento a sí mismos. A un trabajador normal le hacen cotizar cuarenta años para poder cobrar una mísera jubilación mientras que a diputados y senadores les basta cumplir con un par de lustros para retirarse con la pensión máxima.

Los políticos son una casta que están en una nube de algodón, aunque desgraciadamente la lluvia sólo nos cae al resto.

Hay demasiado paro en España, pero el Gobierno considera que, en vez de buscar fórmulas que faciliten que la gente pueda trabajar, lo que hay que hacer es imposibilitar un empleo digno a los numerosos candidatos.

Como Zapatero no cree en las jubilaciones prontas, coloca al frente de RTVE a un ex ministro de la UCD de 83 años. Si sólo un abuelete es capaz de dirigir los destinos del ente público por antonomasia, ¿qué les tocará a los cuarentones o cincuentones?