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No entienden nada

La actividad política debería ser circunstancial, eventual, pero hay muchos que la han convertido en su modus vivendi desde hace mucho tiempo. Hay políticos que llevan toda su vida laboral viviendo de su nómina como cargo público.

Estos políticos taponan a las siguientes generaciones que pisan fuerte y están mejor preparadas que ellos. Quizá por eso, por el temor a perder la poltrona, se aferran a ella. Desde que tienen uso de razón no se han bajado del coche oficial y su objetivo es vivir toda la vida del cuento.

Los más preocupados por las consecuencias del movimiento del 15-M son estos políticos que creían que tenían su vida solucionada y que, ante la queja de los indignados de las plazas, solo se les ocurre responder: “pues que se presenten a las elecciones, a ver si salen”, con lo que demuestran que no se han enterado de nada.

Una de las reivindicaciones de los ciudadanos cabreados es precisamente la de desbloquear las listas electorales y hacerlas abiertas para evitar, entre otras cosas, la corrupción. Otra petición es poner límites temporales a los mandatos y que éstos no se limiten al voto cada cuatro años.

El otro día una joven navarra se encaró con el príncipe Felipe exigiendo un referendo para saber si los españoles quieren monarquía o república. El príncipe tuvo el gesto de acercarse a ella en vez de huir el problema, pero no se entendieron porque hablaban idiomas distintos.

El presidente del Gobierno de Navarra trató en plan pelota de echar una mano al príncipe. El cobista Miguel Sanz le espetó la manida frase: “preséntate con un partido y a ver si sales”. Todos saben que esta chica republicana nada tiene que hacer con las maquinarias millonarias de los partidos convencionales. Es como si Mike Thyson le retara a Paulino Rivero a dirimir sus diferencias encima de un ring.

No entienden nada. Precisamente por eso los ciudadanos los quieren echar de sus poltronas.

La actividad política debería ser circunstancial, eventual, pero hay muchos que la han convertido en su modus vivendi desde hace mucho tiempo. Hay políticos que llevan toda su vida laboral viviendo de su nómina como cargo público.

Estos políticos taponan a las siguientes generaciones que pisan fuerte y están mejor preparadas que ellos. Quizá por eso, por el temor a perder la poltrona, se aferran a ella. Desde que tienen uso de razón no se han bajado del coche oficial y su objetivo es vivir toda la vida del cuento.