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Del escepticismo a la indignación
No sé si sabían que candidato viene de cándido, de limpio. Así fue el origen. Hoy, ya ven, unos cuantos se presentan sólo para saltarse a la justicia de base y negociar con magistrados de alturas, elegidos por los mismos que los juzgan. Ustedes, que cada cuatro años nos llaman ciudadanos y se interesan por nuestros barrios, ustedes que de repente tiene teléfonos accesibles, que están en las calles peatonales después de 3 años entrando en el coche oficial directos al garaje de las instituciones, ustedes que logran que hasta el escenario llegue alguien en silla de ruedas mientras dejan que la ciudad sea una carrera de obstáculos para los discapacitados.
Ustedes deben saber lo que pasó ayer en 50 ciudades españolas. Pasó que, por ejemplo, en las palmas de Gran Canaria, sin guaguas que los llevaran, sin bocadillos garantizados, sin melodías de Noelia, Noelia, Patria Canaria o gracias de Pepe Blanco, sin que nadie pasara lista, sin buscar un puestito para después del 23 M, con el único interés por echar la indignación para afuera, miles de personas salieron a la calle. Un domingo por la tarde y sin apoyo en los periódicos presagiaba poco público, pero se puede decir que fue un éxito.
Caras nuevas en la pancarta. Jóvenes que no se habían manifestado nunca, escépticos que vivieron otras mil manifestaciones, mayores que abandonaron los partidos del sistema, candidatos de la utopía, cristianos de base, ateos de altura, feministas de ayer y de hoy, habitantes de redes sociales, twitteros de 24 horas, feisbuqueros de casi todos los días, hartos de estar hartos, gente que pasó del escepticismo a la indignación, de la pantalla a las aceras. Gente que decidió pasar del escepticismo casero o el cabreo en la barra del bar a la indignación colectiva.
Y los gritos sonaban a nuevo, a espontáneos, a brisas de cambio: “Recortes a los banqueros no al obrero”, “No hay pan para tanto chorizo”, “A siempre de canapés yo no llego a fin de mes”,“Francia y Grecia luchan, España triunfa en fútbol”, “No es crisis es estafa”. Pitidos de alegría, tambores. Triana fue un río de gentes. La pancarta que cubre un edificio de 10 pisos en Triana con las grandes caras de Soria,Bravo y Cardona compitió en pitidos con la fachada del BBVA, es difícil adivinar de ellos obtuvo más rechazo.
Tengo la impresión de que la próxima manifestación de esta gente acabará frente a la sede del BBVA, del Banco de Santander (también recibió sonoras pitadas) o de alguna empresa del Ibex 35, se trata de señalar las entrañas de sistema, al fin y al cabo los políticos de los grandes partidos son unos intermediarios del poder financiero y económico. Cuando desde casi todas las siglas nos prometen la bajada de impuesto nos esconden que ya se los están bajando a los vampiros: entre 2007 y 2009, los primeros años de los recortes sociales, las empresas del Ibex 35 redujeron su contribución fiscal un 55%, a pesar de que esos mismos años crecieron de forma importante sus inversiones en paraísos fiscales. Según el Informe de Responsabilidad corporativa de las empresas del Ibex 35, estas empresas cuyos beneficios deben cotizar al 30% al final no llegan a cotizar ni un 10% debido a diferentes figuras fiscales.
Estos datos no suelen destacarse en las portadas de los medios masivos, a pesar de la cantidad de páginas que dedican a la economía. Los mismos periódicos que anoche destacaban los disturbios protagonizados por un centenar de personas en Madrid frente a la cívica protesta de decenas de miles de personas en 50 ciudades. También le daban más importancia a la detención del director del Fondo Monetario Internacional por presuntos abusos sexuales. Ya ven, todo lo que nos han escondido los abusos del Fondo Monetario Internacional con sus planes de ajuste contra los pueblos más pobres, con sus propuestas contra los que peor lo pasan en Grecia, Portugal o Irlanda, hasta hace poco referencia para ese FMI.Y a Strauss-Kahn lo detienen como a Al Capone, por un incidente que no costó ninguna vida, pero que para los periódicos es más importante que todos los crímenes del FMI juntos.
Los organizadores valoraron las manifestaciones de ayer como un primer paso. Así hay que verlas, un sistema no se tumba desahogando la indignación un día. Habrá que ver si después de las manifestaciones vienen propuestas de políticas alternativas, acciones de desobediencia civil frente al poder financiero o sus representantes políticos, rebeliones masivas de consumidores de esas empresas del Ibex 35. Habrá que ver si toda esa nueva gente que ayer salió a las calles y regresó corriendo a contarlo por twitter, también se organiza para pasar a la banca ética, para no comprar en comercios que encargan la mercancía a explotadores de niños, para pedir a Hacienda que no destine dinero a gastos militares, para convertir en exigencias cotidianas lo que los poderosos etiquetan de utopías. Un servidor es optimista, de ayer no puede quedarse en un alegre paseo por una razón muy sencilla: o cambiamos esto o nos resignamos a convertirnos en esclavos.
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Juan GarcÃa Luján
No sé si sabían que candidato viene de cándido, de limpio. Así fue el origen. Hoy, ya ven, unos cuantos se presentan sólo para saltarse a la justicia de base y negociar con magistrados de alturas, elegidos por los mismos que los juzgan. Ustedes, que cada cuatro años nos llaman ciudadanos y se interesan por nuestros barrios, ustedes que de repente tiene teléfonos accesibles, que están en las calles peatonales después de 3 años entrando en el coche oficial directos al garaje de las instituciones, ustedes que logran que hasta el escenario llegue alguien en silla de ruedas mientras dejan que la ciudad sea una carrera de obstáculos para los discapacitados.
Ustedes deben saber lo que pasó ayer en 50 ciudades españolas. Pasó que, por ejemplo, en las palmas de Gran Canaria, sin guaguas que los llevaran, sin bocadillos garantizados, sin melodías de Noelia, Noelia, Patria Canaria o gracias de Pepe Blanco, sin que nadie pasara lista, sin buscar un puestito para después del 23 M, con el único interés por echar la indignación para afuera, miles de personas salieron a la calle. Un domingo por la tarde y sin apoyo en los periódicos presagiaba poco público, pero se puede decir que fue un éxito.