Los pasados días de mayo del 25 al 30, en la plaza parque San Telmo, se celebró la Feria del Libro. Hubo carpas ocupando el amplio espacio del parque y miles de personas, mayores y niños, pudieron visitar a las diversas editoriales, muchas de ellas canarias y pasar las hojas de los libros. Las colas más largas para recoger las firmas de autores correspondieron casi siempre a los de libros digitales infantiles de Titc Toc y similares. Una de la carpas más llenas el sábado 28 de mayo a las 12 del mediodía fue la Carpa Saramago para oír la intervención de Joaquim Bosch.
Su libro La patria en la cartera. Pasado y presente de la corrupción en España ha sido publicado este año 2022 por la Editorial Ariel.
El tema es de candente actualidad en el debate político español, especialmente en el área metropolitana de Madrid, con el caso de familiares de la líder del Partido Popular. Pero, desgraciadamente, el delito de la corrupción parece no haber menguado desde los tiempos de Larra ni las críticas morales de este tampoco parecen haber influido en las conductas de los privilegiados de nuestra sociedad, conductas reprochables que nuestro Pérez Galdós describiera en sus novelas.
Joachim Bosch es juez valenciano y sabe de qué habla. En su Patria en la cartera tampoco parecen haber cambiado mucho las cosas y como expuso en sus palabras de presentación, coincidiendo con la tesis principal del libro, la corrupción antigua se redobla en la Dictadura de Franco “cuando adquiere dimensiones institucionales que continúan hasta la actualidad”.
No por casualidad se hallaban presentes en la carpa dos personas afectadas de una manera u otra por la corrupción franquista y postfranquista.
La primera era Victoria Rosell, diputada de Unidas Podemos, que fue víctima de una conjura político-criminal por un juez corrupto compadre del Ministro Popular canario, Soria.
Una de las figuras más dignas de respeto de la política española actual es, sin duda, Victoria Rosell, jueza y delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Recordemos que hace unos años, en el 2016, el Gobierno Popular en funciones seleccionó a José Manuel Soria como candidato para director ejecutivo del Banco Mundial. Este político tuvo que renunciar debido tanto a la protesta de muchos influyentes ciudadanos como al hecho de haberse descubierto que tenía con su familia dineros no declarados a Hacienda española. Pero lo más gordo fue el caso del juez amigo suyo que falsificó documentos oficiales de la judicatura para desacreditar a Victoria Rosell y allanar el camino electoral al PP cuya cabecera ostentaba Soria,
El señor Soria no fue llevado a juzgado ni condenado por ningún tribunal por la persecución desde su puesto ministerial contra Victoria Rosell. Recordemos: la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha condenado al magistrado Salvador Alba a penas que suman 6 años y medio de prisión por confabular contra la también jueza y diputada de Unidas Podemos, Victoria Rosell y favorecer al exministro del PP José Manuel Soria en su disputa con la política podemista, a la que había denunciado ante el Supremo. Para ello, el juez condenado “torció un sumario y se concertó con un poderoso empresario canario con el fin de crear una investigación paralela contra ella”.
“Estuvieron a punto de acabar con mi carrera judicial, ya que en la política llevaba sólo 6 meses”, diría después Victoria Rosell y la persecución no se limitó a la diputada, sino que trató de estrangular al honesto y crítico periodista que es su compañero.
La estatura moral de Victoria Rosell en todo el calvario jurídico-político, nos da certeza del acierto de la ministra de Igualdad, Irene Montero, al nombrarla delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.
Victoria Rosell alcanzó una victoria contra las cloacas del Estado, pero, aunque ha ganado batallas, la guerra no ha terminado, aún no ha sido conquistado todo el terreno ya que sigue siendo verdad que mientras más poder (económico o político) más abusos, como se vio en los atestados falsos de un juez y su información a un Ministro con poder económico – pruebas falsas –tocando incluso a su pareja, cosas que en Italia ocurren en el “crimen organizado”, y que hace que se exclame: “Vaya ejemplo de político persiguiendo a la rival con métodos mafiosos”. Y todavía se sufre con el comportamiento ferozmente partidista de algunos jueces y, claro está, en la subordinación de la información de muchos medios televisivos y de prensa.
Un abogado, instigado por VOX, puso una querella contra Rosell y su pareja valiéndose de una colombiana que había sido empleada suya. Igualmente el diario ultrademocrático como OKdiario, dirigido por el anticomunista y antibolivariano Eduardo Inda, se dedicó a acosar mediáticamente a Victoria Rossell por supuesto incumplimiento, era el mismo Inda que instigó a los de VOX contra un periodista de izquierda tertuliano y contrario suyo en un programa de La Sexta. ¡Cosas veredes, Sancho amigo!
En la charla sobre corrupción que presenció Victoria Rosell estaba lloviendo sobre mojado, como se suele decir, ya que Rosell sabía, por experiencia profesional y personal, que nuestra legislación viene de una tradición y aplicación del más puro machismo patriarcal, no sólo desde el periodo del dictador Franco, sino de periodos anteriores a este. La víctima femenina parece convertirse en reo a través de la falta de respeto y consideración a su estado anímico en la comparecencia ante los tribunales.
Recordemos: en 2016 el exministro José Manuel Soria, del Partido Popular, su enemigo político en Canarias en aquellas elecciones generales de junio, presentó una querella contra ella por un caso que había dirigido como jueza, demanda que fue admitida a trámite por el Tribunal Supremo. Esto la llevó a renunciar a volver a presentarse a las elecciones en cumplimiento con el código ético de Podemos, que impide concurrir a cualquier imputado.
En diciembre del 2016 la causa contra Rosell fue sobreseída sin apreciarse delito. La pregunta es, ¿cómo fue posible que José Manuel Soria conociera detalles si él no estaba vinculado ni directa ni indirectamente en el caso? Esto hizo que comenzara una investigación contra el juez Salvador Alba, lo que llevó a su suspensión como juez por apreciarse delitos de prevaricación, cohecho, falsedad documental, revelación de secretos y negociaciones prohibidas a funcionarios. En marzo de 2019 Victoria Rosell anunció su vuelta a la política, encabezando la lista de Unidas Podemos en Gran Canaria para las elecciones generales de abril de 2019, volviendo a ser elegida diputada.
El caso Matesa y cómo me “insultaron”
Otro de los presentes en la charla de Joaquim Bosch era yo mismo y le pregunté, puesto que no había leído el libro si por casualidad en su trabajo hablaba del Caso Matesa, puesto que yo en aquel entonces estaba condenado en ausencia por los tribunales políticos fascistas por actividades “ilegales de agitación y propaganda” y al dictar Franco un indulto, me acogí al mismo porque rebajaba mi condena penitenciaria y me “perdonaba” la pena económica, que - si mal no recuerdo - era de 10.000 pesetas que entonces era bastante dinero para mis semivacíos bolsillos. Tal indulto me permitía “salir a la superficie”, como decíamos entonces y abandonar el terreno ilegal por el que me movía gracias a un documento falso de identidad que me proporcionó el Partido Comunista. Nosotros llamábamos al indulto con el sobrenombre de “insulto Matesa” ya que era un secreto a voces que Franco lo había ordenado por proteger a Juan Vilá Reyes. En 1969 estaban en el Gobierno los del Opus Dei, llamados “los López” por ser López Rodó comisario del Plan de Desarrollo y López-Bravo Ministro de Industria, y también en el gobierno los eternos “azules” de Falange y Movimiento Nacional con José Solís, Ministro-Secretario General del Movimiento Nacional (nombre edulcorado del partido fascista antes llamado Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Sindicalista). A los azules se había aliado Manuel Fraga Iribarne Ministro de Información y Turismo (Ministro de Uniformación y Terrorismo, en los círculos antifranquistas de aquellos años).
En aquel gobierno bicolor había división por más poder, especialmente por los azules que se veían arrinconados por el desarrollismo de los tecnócratas del Opus Dei y la mano militar del vicepresidente y Almirante Carrero Blanco. Así que cuando los azules descubrieron la estafa continuada a las arcas del Estado por la empresa Matesa de Juan Vilá Reyes, del Opus Dei, responsable de la compañía Matesa y presidente del equipo de futbol R.C.D. Español, vieron los cielos abiertos.
Matesa había fabricado un nuevo telar sin lanzadera que exportaba – aparentemente – a diversos países. Vilá Reyes había recibido condecoraciones como empresario modelo del Régimen. En 1969 se descubrió que Matesa tenía un saldo deudor de 10.000 millones de pesetas y que el Banco de Crédito Industrial había consumido gran parte de su línea de crédito con dicha empresa con graves irregularidades y falsificación de documentos. Como señala Bosch en su libro los periódicos del Movimiento controlados por el dúo azul de Solís y Fraga enfatizaron que los 10.000 millones del saldo deudor era cuantía superior al presupuesto anual del ministerio de Agricultura. Se insinuó que así se estaba autofinanciando el Opus. Caricaturesco resulta que una de las estafas de Matesa era exportar a Francia, al otro lado de frontera desarmar los telares y devolverlos a España y volverlos a montar y a exportar, recibiendo en cada operación millones de ayuda estatal del dinero de todos los españoles. Los azules formaron una comisión investigadora en las Cortes franquistas que remitió al Tribunal Supremo. El escándalo provocó la dimisión del Ministro de Hacienda Espinosa y obligó a remodelar el gobierno. Los tecnócratas reaccionan y Carrero Blanco, mano visible e interpuesta del Caudillo decide excluir a los azules que habían denunciado – sin permiso superior – el gran escándalo financiero.
Como bien dice Bosch, Franco actúa de forma expeditiva en el ámbito judicial, antes del juicio y concedió el indulto a todos los políticos encausados. Los periódicos del Régimen volvieron a ponerse firmes y apoyaron la forma del Caudillo de echar tierra sobre el asunto. Juan Vilá Reyes fue condenado a 223 años de prisión, de los cuales cumplió no más de 6 años al ser indultado por el rey Juan Carlos dos semanas después de su coronación. Vilá Reyes estaba en la cárcel de Carabanchel donde yo cumplía condena, parecía estar en una residencia hotelera pues le veíamos pasear por los patios cuando quería sin vigilancia y bien vestido. El caso Matesa me permitió ahorrar dinero y cárcel, pero evidenció las prácticas corruptas del Régimen. El libro de Bosch es de obligada lectura para quienes quieran conocer algo de la historia española ya algo lejana, pero cuyas secuelas siguen incrustadas en practicas políticas y judiciales actuales. El público asistente aplaudió en gran ovación al autor, expresando así el deseo y la necesidad de gran parte de nuestro pueblo,