Espacio de opinión de Canarias Ahora
Gestión de los incendios forestales
Cuando se produce un desastre como el actual de Gran Canaria, surgen opiniones, reivindicaciones y reproches, por la impotencia de luchar con todos los medios disponibles sin lograr resultados inmediatos, o al menos con la prontitud que sería deseable en el control y extinción de tan dramática destrucción.
Ante la frustración por la inevitable incapacidad y desde la mejor de las intenciones, aparecen titulares y declaraciones oficiales, con apoyo de los correspondientes cometarios populares en las redes, exigiendo bases permanentes de hidroaviones en Canarias.
Hace algo más de un año, 23/04/2018, fue publicado en este mismo medio (archivado en el blog abajo referido) el artículo Hidroaviones Vs helicópteros, donde con criterios exclusivamente técnicos se explicaba por qué la orografía de las islas y otros condicionantes hacían que la precisión y eficacia de los helicópteros superasen aquí con creces la operatividad de los aviones, cuyas características los hacen válidos e imprescindibles para incendios en terreno llano o los producidos cerca de las cumbres; no en laderas, valles ni mucho menos en barrancos, donde por seguridad tienen que soltar el agua desde demasiada altitud; llega pulverizada y se evapora antes de alcanzar las llamas. En cambio, la maniobrabilidad de los helicópteros permite una rapidez en la secuencia de carga y descarga que, unida a la precisión, compensa con éxito su menor capacidad de agua.
No es conveniente “retratarse” con reclamaciones que son rebatibles con datos técnicos y por sentido común; pues de este modo se manifiesta cierto desconocimiento en las autoridades que puede ser aprovechado para, por correlación, ver denegadas otras exigencias razonables como si fueran “petición viciosa”. Así nos va, por ejemplo, con AENA en Canarias que, con la pasividad generalizada de nuestros representantes políticos ante los desmanes y abuso de autoridad del ente semiprivatizado, nadie reacciona ni le planta cara, con una especie de sumisión que mucho tiene que ver con la falta de conocimiento técnico y errores de criterio en reivindicaciones absurdas, por las que se nos pierde el respeto y redundan en menosprecio –la recalcitrante cantinela con la 2ª pista en el Sur… o la esperpéntica propuesta de construcción de una faraónica terminal, en plan Singapur o Chicago [sic], tras demoler lo existente–.
Así sucede que ante los verdaderos problemas estructurales y operativos, delatados con reiteración desde este “observatorio” desinteresado y bien informado, AENA ignora ostensible y despectivamente cualquier reclamación que, a través de algunos medios comprometidos, les llega por algún representante político quien, ante los oídos sordos, se achanta y no persevera en las demandas por los motivos aducidos: temor a meter la pata ante un abusón ejerciente y falta de conocimiento suficiente para replicar con argumentos sólidos. Tres ejemplos de asignaturas pendientes, suspendidas año tras año y con pinta de que estos tampoco se van a presentar en septiembre.
- Inaceptable situación en El Hierro y La Gomera, cuyos aeropuertos abiertos al tráfico civil carecen de Control de Torre, sustituido (año 2011) por el AFIS, un servicio de telefonía que solo informa del viento. Un “aterriza como puedas” incompatible con el respeto a los usuarios y con la seguridad aérea. De vez en cuando, alguna cabeza visible protesta un poco; pero luego pasa del tema.
- En enero de 2017, en un Pleno del Cabildo se aprobó por unanimidad exigir a AENA una 2ª terminal de pasajeros en el Sur, pues la vetusta T-1 se había quedado pequeña y estaba muy vieja. Nadie sabía, a pesar de haberlo denunciado con denuedo en este foro, que la T-2 llevaba construida desde 2008. Inaugurada a bombo y platillo. Cerrada a cal y canto al día siguiente de su inauguración. Treinta y ocho millones de € invertidos en un suntuoso edificio sin estrenar en 10 años. Todavía no existe explicación a semejante disparate.
- La CAT III en Los Rodeos. Es el sistema automático de aterrizaje sin visibilidad que AENA se resiste a activar so pretextos poco aceptables como la “cizalladura”. Argumento desmontado en otro artículo: “Cizalladura en Los Rodeos, ¿una argucia evasiva?”, archivado en el mismo blog de referencia el 30/12/2018. Sería muy importante para los intereses de esta población que AENA declarase los verdaderos motivos de su incomprensible negativa.
Esta relación de hechos constata que el ente paraestatal campa a sus anchas, que va por libre sin impedimentos ni cortapisas. Que aquí se hace o deja de hacerse lo que decide AENA, sin oposición y con consentimiento explícito.
Por cuestión de espacio, en la siguiente entrega dominical abordaremos cuestiones internas sobre el negocio de la extinción de incendios. Externalización a empresas privadas de helicópteros que, generosamente pagadas con dinero público, se forran con beneficios millonarios a costa de imponer unas condiciones laborales de precariedad extrema a sus operarios. Solo la prensa especializada divulga esta problemática. Explicaremos cómo en Las Palmas de Gran Canaria los rescatadores y operadores de grúa del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias (Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, la Palma y el Hierro) vuelven a sufrir retrasos en el cobro de su nómina. O cómo Los sindicatos UGT, CCOO, SLTA y CGT se han visto obligados a convocar una huelga, pues mientras los gerentes de la empresa más importante se suben el salario un 27% anuncian recortes de salarios a los trabajadores de un 30%. ¡Ojo! El sueldo tipo de un piloto es de 1400 €.
Esperemos que el próximo capítulo podamos redactarlo con la satisfacción de hablar en pasado del terrible trance que está sufriendo nuestra querida isla vecina y que se hayan superado con éxito todas las operaciones de extinción definitiva.
También consideraremos la conveniencia de “apagar” los incendios en invierno. Es decir, actuar sobre la prevención con la limpieza de zonas combustibles y rescatar el pastoreo antiguo para consumir áreas de pastos inflamables cuando se secan.
Cuando se produce un desastre como el actual de Gran Canaria, surgen opiniones, reivindicaciones y reproches, por la impotencia de luchar con todos los medios disponibles sin lograr resultados inmediatos, o al menos con la prontitud que sería deseable en el control y extinción de tan dramática destrucción.
Ante la frustración por la inevitable incapacidad y desde la mejor de las intenciones, aparecen titulares y declaraciones oficiales, con apoyo de los correspondientes cometarios populares en las redes, exigiendo bases permanentes de hidroaviones en Canarias.