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Es la hora de modificar el sistema electoral canario

Hoy se ha presentado en el Parlamento de Canarias, por doce partidos políticos, El Pacto por la Democracia, para modificar nuestro restrictivo sistema electoral.

Un sistema electoral tiene como finalidad, que los ciudadanos emitan su voto cada vez que van a elegir a sus representantes en el Parlamento, Ayuntamientos y Cabildos, y la ciudadanía debe votar en condiciones de igualdad, de tal forma, que ni por sexo, titulación, ubicación territorial, entre otras causas, existan diferencias en el valor del voto. Que el voto de cada ciudadano canario valga igual, con independencia de la Isla donde viva.

Sin embargo, esto no sucede en Canarias, y nuestro sistema electoral es el más injusto, desequilibrado y desigual que se conoce, no sólo por las barreras electorales, un partido que se presente y quiera obtener un parlamentario en el Parlamento de Canarias, debe obtener el 30 por ciento de los votos emitidos en la Isla, o el 6 por ciento de los votos emitidos en toda Canarias, sino que hace decenas de años los partidos políticos acordaron, lo que se denomina “la triple paridad”.

La triple paridad que ahora desgranaré brevemente, y que ha perjudicado de forma grave la igualdad en el valor del voto de los grancanarios y tinerfeños, con el resto de los otros votantes canarios, es lo siguiente:

Nuestro Parlamento tiene sesenta parlamentarios, y como somos un Archipiélago con ocho islas, en siete de ellas tienen sus vecinos derecho a votar un número de parlamentarios:

-30 parlamentarios se eligen en la Provincia de Las Palmas: Gran Canaria elige a 15, Lanzarote elige a 8, y Fuerteventura a 7.

-30 parlamentarios se eligen en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife: los vecinos de Tenerife eligen a 15 parlamentarios, La Palma 8, La Gomera, a 4, y el Hierro 3 parlamentarios.

Analizados los datos fríamente, pudiera parecer equitativo que las dos Islas capitalinas elijan cada una 15 parlamentarios, y las otras Islas no capitalinas elijan en cada Provincia, también 15 parlamentarios, pero es una igualdad que ha producido una grave desvalorización del voto de la ciudadanía de Gran Canaria y Tenerife, por lo que todos sabemos, ya que en Gran Canaria un candidato debe pertenecer a un partido político que haya obtenido en número de votos igual al 30 por ciento insular o el 6 por ciento regional, y además, que lo voten más de 22.000 personas, mientras que en el Hierro, es suficiente, para obtener un parlamentario, 3.000 votos, o en La Palma, 8.000 votos, por lo que llegamos a la conclusión que el voto del grancanario no es igual que el de otras Islas, porque sus candidatos precisan pocos votos para obtener un escaño en comparación con Gran Canaria, que precisa 20.000 más.

La solución existe a este grave problema, en primer lugar, eliminar las barreras electorales en su totalidad, ya que las existentes sólo benefician a los partidos que se reparten el poder en Canarias desde hace años.

En segundo lugar, en relación a la desproporcionalidad del valor del voto, la desigualdad que se produce entre lo logrado por un votante de La Gomera, o Fuerteventura, en comparación con un votante de Gran Canaria o Tenerife, puede ser solventada con la propuesta que un grupo de Profesores especializados en derecho y ciencia política elaboraron, y que es la siguiente: No deben aumentarse el número de parlamentarios, hasta 10 más, como proponen algunas fuerzas políticas, porque ello supondría un mayor gasto del Parlamento canario, ya de por sí desorbitado, y al ser una lista regional de 10, daría lugar a parlamentarios de primera, que los votan en todas las Islas, y parlamentarios de segunda, que se presentan para votarlos sólo en su Isla.

Este grupo de Especialistas proponen algo mucho más novedoso, y más actual: Una vez elegido el candidato, ya como parlamentario, en el momento de votar, al pulsar el botón, lo que suma no es su voto individual sino los, pongamos por ejemplo, 22.517 votos que ha obtenido en Gran Canaria, y el parlamentario, de La Palma, al apretar el botón, sumará los 8.136 votos que obtuvo en las elecciones, las cifras son ficticias, pero la idea es que, cuando voten los parlamentarios canarios, que cada uno de ellos lo haga por el número de votos obtenidos, así todos los votos emitidos en cualquier Isla serán iguales.

Esto no sólo va a permitir que el voto del grancanario valga igual que el del votante de cualquier otra Isla, sino que, en las circunstanciales actuales que estamos viviendo, con una grave crisis institucional y democrática, ya que la ciudadanía no confía en los políticos ni en los partidos políticos, alegando que son unos corruptos, gandules, y que sólo quieren acceder al poder para tener una poltrona, esta propuesta vincula al votante con la persona a la que votó, y cada vez que ese parlamentario apriete el botón, estará votando por todos los votos obtenidos, y de esta forma, el ciudadano sabrá que tendrá que exigirle al parlamentario lo que debe votar, ya sea en materia de educación, energía, sanidad, entre otros.

Yo entiendo que la propuesta es altamente avanzada, y que no sólo iguala los votos emitidos en Canarias, los parlamentarios de Gran Canaria y de Tenerife, tendrán el peso de los votos obtenidos, sino que acercará el candidato al ciudadano, al que no sólo ya no verá cada cuatro años, en campaña electoral, sino que estarán vinculados cada vez que el parlamentario emita el voto, dándole al elector el poder de dirigirse a él, en el día a día, para que vote con lo que se comprometió en campaña electoral.

Esta propuesta no tiene dificultad alguna, debido a los grandes avances tecnológicos, que permitirán sumar en segundos todos los votos de cada parlamentario.

Ha llegado la hora de ser valientes y defender el derecho a la igualdad de voto de los grancanarios.

Hoy se ha presentado en el Parlamento de Canarias, por doce partidos políticos, El Pacto por la Democracia, para modificar nuestro restrictivo sistema electoral.

Un sistema electoral tiene como finalidad, que los ciudadanos emitan su voto cada vez que van a elegir a sus representantes en el Parlamento, Ayuntamientos y Cabildos, y la ciudadanía debe votar en condiciones de igualdad, de tal forma, que ni por sexo, titulación, ubicación territorial, entre otras causas, existan diferencias en el valor del voto. Que el voto de cada ciudadano canario valga igual, con independencia de la Isla donde viva.