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La ilógica de Montelongo

Me explico. Es evidente que ella no está por el llamado Plan Canarias. Porque así se lo ha ordenado Soria o porque le ha dedicado horas y más horas a su lectura, estudio, subrayado y valiosas anotaciones al margen, como cabe esperar de quien ostenta alguna representación de la ciudadanía. Hasta ahí, vale. Lo anormal es que se comporte al revés del resto de los mortales pues a todos satisface que se incumpla algo que no nos gusta. O sea, ni al que asó la manteca se le ocurre denunciar en tono de reproche el incumplimiento de algo con lo que no estamos de acuerdo. Lo lógico hubiera sido que Montelongo mostrara su contento al extremo de felicitar al Gobierno canario, incluido el anterior en el que anduvo el ínclito Soria, por haberlo dejado en el cajón.

Volvió a desbarrar Montelongo al anunciar que el dicho Plan Canarias no compromete a Mariano Rajoy; “si gana las elecciones”, añadió para que se note menos que ya se están repartiendo la piel del oso. Sin especificar si eso significa que Rajoy dará más perras para las islas o todo lo contrario. Aplicando de nuevo la lógica, si Rajoy piensa ponernos morados de inversiones era de esperar que Montelongo tildara de rácanos y agarrados a los psocialistas y anunciara mayores compromisos (dineros, o sea) que Zapatero. Pero, queridísimos míos, al advertir que las perras del Plan Canarias no lo comprometen está anunciando, en realidad, drásticas rebajas. Piénsenlo ustedes y verán.

Frente al reproche montelonguiano por el incumplimiento de un Plan que no le gusta (por delegación soriana, presumo) Román Rodríguez afirma que se ha cumplido y que solo se necesita un añadido que él, de puro aficionado a los números redondos, fija en mil millones. No me pregunte que es más cierto porque del incumplimiento total de que habla Montelongo al cumplimiento apenas necesitado de aumentar los cuartos que dice de Román hay considerable distancia y no anda uno muy ducho en la cosa contable. Por más que ya hayan caído de la banda de acá más de 3.000 millones que a Montelongo no le parecen suficientes.

Por su parte, el psocialista Julio Cruz recordó que el Plan Canarias fue aprobado en Consejo de Ministros y que el PP pretende dar el auerdo por inexistente. Como saben, la mancha de mora roja se quita con otra verde (azul en este caso), cosa que quizá aprendiera Rajoy en de sus estancias en esta asirocada ínsula.

Me explico. Es evidente que ella no está por el llamado Plan Canarias. Porque así se lo ha ordenado Soria o porque le ha dedicado horas y más horas a su lectura, estudio, subrayado y valiosas anotaciones al margen, como cabe esperar de quien ostenta alguna representación de la ciudadanía. Hasta ahí, vale. Lo anormal es que se comporte al revés del resto de los mortales pues a todos satisface que se incumpla algo que no nos gusta. O sea, ni al que asó la manteca se le ocurre denunciar en tono de reproche el incumplimiento de algo con lo que no estamos de acuerdo. Lo lógico hubiera sido que Montelongo mostrara su contento al extremo de felicitar al Gobierno canario, incluido el anterior en el que anduvo el ínclito Soria, por haberlo dejado en el cajón.

Volvió a desbarrar Montelongo al anunciar que el dicho Plan Canarias no compromete a Mariano Rajoy; “si gana las elecciones”, añadió para que se note menos que ya se están repartiendo la piel del oso. Sin especificar si eso significa que Rajoy dará más perras para las islas o todo lo contrario. Aplicando de nuevo la lógica, si Rajoy piensa ponernos morados de inversiones era de esperar que Montelongo tildara de rácanos y agarrados a los psocialistas y anunciara mayores compromisos (dineros, o sea) que Zapatero. Pero, queridísimos míos, al advertir que las perras del Plan Canarias no lo comprometen está anunciando, en realidad, drásticas rebajas. Piénsenlo ustedes y verán.