Espacio de opinión de Canarias Ahora
Justicia mediática
Es una escena terrible. Cualquiera que tenga dos dedos de frente y una pizca de sensibilidad siente ganas de hacer una barbaridad. Afortunadamente, tenemos un sistema de justicia para actuar en estas situaciones. Un sistema con sus luces y sus sombras, pero un sistema independiente. Que no puede funcionar a golpe de share como se pretende hacer en estos días. Días en los que parece que sólo existe lo que sale por la tele.
El agresor del tren, Xavier M. M., cometió un delito y además quedó prueba irrefutable del mismo y testimonios que lo corroboran. Y el juez ha actuado no sólo en consecuencia, sino que ha ido más allá de lo que suele ser habitual en estas ocasiones, sin duda, presionado por el circo mediático que se ha generado en torno al caso. Pedir cárcel en la calle para este caso y no pedirla para otros tantos que nos tropezamos por las esquinas pero no vemos en televisión es hipócrita e incoherente.
Es racista lo que ese chico ha hecho. Pero también es racista pensar que por haber nacido donde hemos nacido tenemos más derechos, o preferencias a la hora de elegir colegio, cita en el ambulatorio, una ayuda para una casa o para cualquier otra cosa. Es racista no querer tener de vecinos a unos magrebíes porque acostumbran a escupir en el suelo, o no alquilarle un piso a un chino por si pone un taller ilegal. Y el que más y el que menos hemos tenido uno de esos pensamientos. Éstas no son agresiones físicas pero tampoco son loables.
Creo que el joven Xavier M. M. es un desgraciado digno de lástima y necesitado de mucha ayuda. También es la presa perfecta para caer en el pimpampún mediático que tanto vende. Xavier es tonto y entra en la trampa de las cámaras con una facilidad simplona. Es carnaza segura.
No creo que este joven debiera ir a la cárcel, yo le mandaría unos días a un calabozo y u nos meses a un centro de acogida de inmigrantes. Pero yo no soy juez. Quien debería ir a la cárcel, sin duda alguna, es el salvaje que apaleó a un joven nigeriano hace siete meses en Madrid y que lo dejó tetrapléjico. Ése, que está identificado y localizado, ni siquiera tiene que firmar dos veces al día en la policía, tampoco tiene limitados sus movimientos como Xavier. Claro que a ése no le hemos visto la cara, y la paliza no salió por la tele.
Esperanza Pamplona
Es una escena terrible. Cualquiera que tenga dos dedos de frente y una pizca de sensibilidad siente ganas de hacer una barbaridad. Afortunadamente, tenemos un sistema de justicia para actuar en estas situaciones. Un sistema con sus luces y sus sombras, pero un sistema independiente. Que no puede funcionar a golpe de share como se pretende hacer en estos días. Días en los que parece que sólo existe lo que sale por la tele.
El agresor del tren, Xavier M. M., cometió un delito y además quedó prueba irrefutable del mismo y testimonios que lo corroboran. Y el juez ha actuado no sólo en consecuencia, sino que ha ido más allá de lo que suele ser habitual en estas ocasiones, sin duda, presionado por el circo mediático que se ha generado en torno al caso. Pedir cárcel en la calle para este caso y no pedirla para otros tantos que nos tropezamos por las esquinas pero no vemos en televisión es hipócrita e incoherente.