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Los líos de los socialistas canarios

Los socialistas canarios están dando una sensación de división que unido a sus múltiples problemas hace que estén pasando posiblemente por sus horas más bajas desde la llamada transición. El epicentro de los últimos embrollos comenzó en Tenerife, y terminó con la marcha del partido de Santiago Pérez García, un gran referente, un histórico y hombre de gran prestigio al que persiguieron los Spínola, Julio Cruz, Julio Pérez, y el grupo de socioliberales que le acosaron por su firme posición de no querer pactar con Coalición Canaria, y hasta llegaron a cargarse a los Comités Insulares y el Local de Santa Cruz para eliminar al sector más socialdemócrata.

La crisis en Tenerife ha sido profunda, y la última dimisión ha sido la de Pedro Anatael Meneses como coordinador de Izquierda Socialista en Canarias, cansado de las zancadillas que siempre le han venido poniendo los dirigentes más derechosos del PSC/PSOE. En las últimas calendas de este año en curso la crisis de La Palma, y el empeño de Patricia Hernández de readmitir a los expulsados que pactaron con el PP y rompieron con CC, ha creado otro cisma de graves consecuencias.

Es evidente que este grupo que apoya a la nueva candidata a la presidencia de Canarias, la señora Hernández, intriga para cargarse al Gobierno Canario, pactar con el Partido Popular y eliminar a José Miguel Pérez de la secretaría general del partido. Otro intento de los socioliberales de hacer girar al partido más a la derecha. En los últimos días las intrigas han subido de tono, y se ha demostrado que no es cierto que Ferraz haya ordenado a José Miguel Pérez readmitir a los seis expulsados palmeros con Anselmo Pestana la cabeza, y me chisman que este bulo, el de la readmisión de los palmeros, fue difundido especialmente por Patricia Hernández y Chano Franquis. Pero a los iniciales despistes de Pedro Sánchez y del secretario de Organización, Cesar Luena, inducidos a estos despistes por Franquis en largas conversaciones en Ferraz, al fin ambos los dos, Sánchez y Luena, se han dado cuenta de la firmeza de José Miguel Pérez con la traición de los palmeros, y calibraron que una dimisión del secretario general y la creación de una Gestora a seis meses de las elecciones locales sería un desastre de gran magnitud. Así que han decidido mantener en el limbo a los seis expulsados, y dos rapaduras.

Si al follón de La Palma, el soterrado y cada vez más abierto de la Agrupación Juan Rodríguez Doreste de Las Palmas de Gran Canaria, unimos el lío de Casimiro Curbelo en La Gomera, y el de Lanzarote mayormente en Teguise, en donde los concejales de Coalición Canaria Echedey Eugenio y Antonio Callero han mantenido duras controversias con el Partido Socialista y especialmente con la concejala Lourdes Cabrera a cuenta de una partida de doscientos mil euros que anda volando de un lado a otro y menos mal que no la ha agarrado Dimas Martín, lo cierto es que el pacto entre CC y PSOE ha estado muy tenso en Teguise, aunque parece ya controlado por Paulino Rivero y José Miguel Pérez. En El Hierro también ha habido un torpedo en la línea de flotación del pacto regional CC/PSOE, al encabezar una moción de censura el líder socialista Alpidio Armas pactando con el PP en contra de la presidenta Belen Allende,de CC. Pero fue en los tiempos de Rubalcaba, y Pedro Sánchez no está por la labor de revisarlo todo, incluida la puerta giratoria de Felipe González en Gas Natural, tate quieto muchacho. Solo parece que en Fuerteventura es Blas Acosta el único que cuenta con un aprobado, máxime cuando en las europeas consiguió que el PSOE majorero ganara las elecciones, aunque hubo una gran abstención.

Los socialistas canarios están dando una sensación de división que unido a sus múltiples problemas hace que estén pasando posiblemente por sus horas más bajas desde la llamada transición. El epicentro de los últimos embrollos comenzó en Tenerife, y terminó con la marcha del partido de Santiago Pérez García, un gran referente, un histórico y hombre de gran prestigio al que persiguieron los Spínola, Julio Cruz, Julio Pérez, y el grupo de socioliberales que le acosaron por su firme posición de no querer pactar con Coalición Canaria, y hasta llegaron a cargarse a los Comités Insulares y el Local de Santa Cruz para eliminar al sector más socialdemócrata.

La crisis en Tenerife ha sido profunda, y la última dimisión ha sido la de Pedro Anatael Meneses como coordinador de Izquierda Socialista en Canarias, cansado de las zancadillas que siempre le han venido poniendo los dirigentes más derechosos del PSC/PSOE. En las últimas calendas de este año en curso la crisis de La Palma, y el empeño de Patricia Hernández de readmitir a los expulsados que pactaron con el PP y rompieron con CC, ha creado otro cisma de graves consecuencias.