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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Lucha o huye

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Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes o de peligro como, por ejemplo, la presencia de depredadores, se experimenta una respuesta de “lucha o huida”. En este estado de alerta, se pueden activar una serie de respuestas fisiológicas, incluyendo la liberación de hormonas de estrés como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden tener varios efectos en el cuerpo, incluyendo la contracción de los músculos del tracto gastrointestinal que pueden contribuir a una evacuación intestinal repentina y, en algunos casos, a la liberación de heces. Según se dice, se hace para tener una mayor ligereza, aunque simplemente puede tratarse de nervios que atacan el estómago, materializando la diarrea mental en física.

Sin pretender ahondar en lo escatológico de la materia, lo cierto es que la irrupción de la inteligencia artificial genera amenazas (léase cagaleras) porque plantea desafíos significativos en términos de desplazamiento laboral y redefinición de habilidades, aunque también ofrece la posibilidad de mejorar la eficiencia, la productividad y la calidad de vida en el trabajo. Por esa razón, para maximizar sus beneficios y mitigar sus riesgos, en lugar de vivir de espaldas a ella, es necesario un enfoque equilibrado que combine inversiones en capacitación y reconversión laboral con una regulación ética y socialmente responsable del uso de esta tecnología en el lugar de trabajo.

Es cierto que una de las principales implicaciones de la inteligencia artificial es la automatización de tareas, lo que puede facilitar la toma de decisiones más informadas y precisas al analizar grandes volúmenes de datos de manera rápida, realizando tareas rutinarias y repetitivas de manera eficiente, lo que sí es cierto que amenaza la sustitución de profesiones en una variedad de sectores, yendo desde la fabricación de bienes corporales hasta el campo de los servicios. Este desplazamiento laboral plantea desafíos significativos, especialmente para aquellas personas cuyas habilidades son fácilmente reemplazables por déficits formativos o poca capacidad de adaptación. Por esa razón, la necesidad de una reeducación y reconversión laboral se vuelve crucial para garantizar una transición efectiva hacia nuevas oportunidades de empleo y así poder reconducir la situación a una mayor innovación y creatividad en el trabajo, así como a la mejora de la calidad de vida al permitirnos enfocarnos en tareas más gratificantes y significativas, pudiendo mejorar la capacidad de las organizaciones para anticipar tendencias, identificar oportunidades y responder de manera proactiva a los cambios en el mercado, sabiendo que las ocupaciones con cierto riesgo de sustitución pertenecen al campo de la automatización en la fabricación y logística, los servicios financieros y contabilidad, la atención al cliente, el desarrollo de software y la propia tecnología e, incluso, la atención médica y diagnóstico pasando por la educación y formación.

Vivimos en un mundo que impulsa algoritmos sofisticados y el procesamiento masivo de datos, lo que ha transformado la manera en que las organizaciones operan y cómo los individuos realizan su trabajo. Sin embargo, este cambio no está exento de implicaciones significativas que deben ser evaluadas y abordadas sin temor. Por esa razón, o defecamos por miedo, mientras se instaura una política activa de empleo basada en el suministro de pañales, o nos formamos para ser quiénes seamos los que diseñan o crean la tecnología en lugar de ser las personas que solo la usamos…

Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes o de peligro como, por ejemplo, la presencia de depredadores, se experimenta una respuesta de “lucha o huida”. En este estado de alerta, se pueden activar una serie de respuestas fisiológicas, incluyendo la liberación de hormonas de estrés como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden tener varios efectos en el cuerpo, incluyendo la contracción de los músculos del tracto gastrointestinal que pueden contribuir a una evacuación intestinal repentina y, en algunos casos, a la liberación de heces. Según se dice, se hace para tener una mayor ligereza, aunque simplemente puede tratarse de nervios que atacan el estómago, materializando la diarrea mental en física.

Sin pretender ahondar en lo escatológico de la materia, lo cierto es que la irrupción de la inteligencia artificial genera amenazas (léase cagaleras) porque plantea desafíos significativos en términos de desplazamiento laboral y redefinición de habilidades, aunque también ofrece la posibilidad de mejorar la eficiencia, la productividad y la calidad de vida en el trabajo. Por esa razón, para maximizar sus beneficios y mitigar sus riesgos, en lugar de vivir de espaldas a ella, es necesario un enfoque equilibrado que combine inversiones en capacitación y reconversión laboral con una regulación ética y socialmente responsable del uso de esta tecnología en el lugar de trabajo.