El 28 de mayo se celebran elecciones al Parlamento de Canarias, a los Cabildos y a los ayuntamientos. Tras 40 años de existencia del Gobierno de Canarias, y más de 30 de pertenencia del archipiélago a la UE, la mayoría de quienes habitan estas periféricas islas tienden a pensar que como somos una democracia, nosotros elegimos a quienes toman las decisiones. Y, como no estamos en un sistema centralizado, muchas de las decisiones que nos afectan a nosotros las tomamos nosotros mismos. Que las calles estén más o menos limpias depende del Ayuntamiento, y votamos a quien elegimos como alcalde o alcaldesa. Otras cuestiones se deciden en el Cabildo, en el Gobierno de Canarias, en el de España o incluso en la Comisión Europea, que vendría a ser el “gobierno de la Unión Europea. Saber qué corresponde exactamente a cada administración es una tarea complicadísima que queda fuera del alcance del ciudadano común, entre otros motivos, por la diferencia entre la gestión de una competencia y la financiación de la misma: las carreteras son de los Cabildos, pero cuando hay que construirlas las financian no sólo el Gobierno de Canarias, sino también el de España, y normalmente con ayudas europeas. Pero, ¿es verdaderamente cierto que nosotros elijamos a quienes toman las decisiones?
¿Qué capacidad tenemos como ciudadanos de conocer cómo y por qué se toman las decisiones que nos afectan? “Sólo cuando la acción de los responsables públicos se somete a escrutinio, cuando los ciudadanos pueden conocer cómo se toman las decisiones que les afectan, cómo se manejan los fondos públicos o bajo qué criterios actúan nuestras instituciones podremos hablar del inicio de un proceso en el que los poderes públicos comienzan a responder a una sociedad que es crítica, exigente y que demanda participación de los poderes públicos”. Eso dice la Ley de Transparencia, cuya trasposición a la legislación canaria se vino a publicar en el BOC ya en febrero de 2015, es decir, poco antes de las penúltimas elecciones autonómicas y locales. Tras varios años de funcionamiento de la ley de transparencia los ciudadanos tenemos a nuestra disposición una enorme cantidad de información sobre el funcionamiento de nuestras administraciones públicas, pero apenas la usamos ¿Cuánto ganan nuestros políticos? ¿Quién toma qué decisiones?
En realidad, en Canarias no sale a cuenta dedicarse a la política: cualquiera puede comprobar en la web, en el apartado de Transparencia, que quien ha presidido el Gobierno de Canarias en los últimos cuatro años ha tenido una “Retribución íntegra anual” de 76.823,82 € anuales, o lo que es lo mismo, poco más de 6.400 euros al mes. Si tenemos en cuenta la ratio “euros por veces que la gente se acuerda de tu parentela” me parece que sale algo más a cuenta ser Consejero/a: han ganado 500 euros menos al mes (70.994,82 al año). Aunque diría que lo que sale más a cuenta es ocupar una Secretaría General Técnica, o una Dirección General: han cobrado 65.000 euros al año por desempeñar un cargo que la mayoría de ciudadanos no saben ni siquiera que existe, no hablemos ya de lo que hace. Y no, no estoy insinuando que no hagan nada, sino constatando un hecho: los ciudadanos desconocemos cómo funciona la administración. Así que, a título de mero ejemplo, y por tratarse de un sector de tanta transcendencia en Canarias me centraré a continuación en el turismo. Empecemos por lo más básico: ¿se gestiona el turismo a través de una Consejería de Turismo? Por concretar aún más la pregunta, dejemos de lado la famosa co gobernanza, ya sabemos que habrá cuestiones, como los Aeropuertos, o costas que dependen en último término de AENA o del Ministerio, pero, ¿se gestiona el turismo de las islas a través de una Consejería de Turismo? Pues sí y no. En la última legislatura ha existido una “Consejería de Turismo, Industria y Comercio”, pero en la legislatura anterior se denominaba “Consejería de Turismo, Cultura y Deportes”, mientras que en las primeras legislaturas del Gobierno de Canarias se denominaba “Consejería de Turismo y Transportes” ¿Por qué unos relacionan el turismo con la industria y otros con la cultura? Y no siempre ha existido una “Consejería de Turismo” en el Gobierno de Canarias, ya pasó bajo la presidencia de Paulino Rivero. Aunque PODEMOS declaró recientemente que si se vuelve a reeditar el “Pacto de las Flores” querría para sí la Consejería de Turismo lo cierto es que quienes votamos en Canarias nunca hemos elegido al consejero/a de Turismo. En el caso de las últimas elecciones, votamos a determinadas formaciones políticas, que acabaron conformando un gobierno. El presidente del Gobierno nombró a una Consejera de Turismo, Industria y Comercio, que, a su vez, nombró a un Vice consejero de Turismo (y, cuando éste renunció, a una Vice Consejera), y también a las personas que ocupan las Direcciones Generales adscritas a dicha consejería. No es exacto decir que nosotros elijamos a quienes toman las decisiones: elegimos a personas (presidentes) que eligen a personas (consejeros) que eligen a personas (directores generales, vice consejeras) que toman decisiones, en base a leyes que reflejan supuestamente el interés general. Hace más de 100 años, en La política como vocación, Weber analizaba cuestiones como el sistema del spoils system y la emergencia de una clase técnica funcionarial que se pueden aplicar en la actualidad a Canarias. Confiemos en que, en un futuro próximo, conozcamos mejor cómo se toman las decisiones que nos afectan, y cómo se manejan los fondos públicos, pues, al fin y al cabo, es algo que está escrito en una ley, la de Transparencia, que tiene ya casi 10 años.