Para los que no me conozcan que, afortunadamente, serán casi todos, mi nombre es Sandra Rodríguez Vázquez, soy abogada. Al parecer el otro día cometí un “pecado mortal”: estaba trabajando y, en un descanso, escuché en Instagram de la concejala del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Matilde Zambudio durante una entrevista que le habían hecho en Radio Club Tenerife. La entrevista se ha había hecho una señora a la que llaman Puchi. Pues bien, yo, osada de mí e ignorante de lo que se me venía encima, después de escuchar la entrevista política escribí el siguiente comentario en la cuenta de Instragram de la concejala: “Si Pepa Bueno, Barceló y Francino se enteran del nivelazo de la tal Puchi lo flipan… quizás ni la conozcan”.
Unos días después, un compañero abogado me llama al móvil y me dice que la tal Puchi estaba hablando de mí en la radio. Yo dije ¿de mí?, ¿por qué?, ¡cuánto honor! Mi compañero me dice que no lo escuchó bien, pero que creyó entender que estaba hablando de mí y de mi marido. Como no tengo por costumbre oír esa radio, pasadas unas horas logré acceder al audio para comprobar que doña Puchi, muy ofendida, hizo el siguiente comentario en su programa:
“Y fíjense que en el abucheo de hoy no quiero meter a nadie porque creo que es la primera vez en mi vida que utilizo Radio Club Tenerife para esclarecer algo mío, lo que pasa es que no es nada de mi vida personal, ni mucho menos, porque saben que mi vida personal es una vida normal y corriente y que está fuera de estas paredes. La verdad es que les digo una cosa, aquellos que utilizan las redes sociales y en especial Twitter, para echar porquería por la boca e insultar, no insulta el que quiere, no, no, no, porque el otro no se ofende, y en este caso con nombre y apellidos lo digo, la abogada Sandra Rodríguez Vázquez, esposa, mujer o compañera de Juan Fernando López Aguilar, ayer publica en el Twitter: Si Pepa Bueno, Barceló, y no son los hoteles, sino Àngels y Francino, que por cierto es Carles, se enteran del nivelazo de la tal Puchi, lo flipan, quizás ni la conozcan. Miren yo no soy nadie en la radio pero si les puede decir que conozco a mis compañeros de Madrid y además de conocerlos aprendo todos los días de ellos, pero debo decir otra cosa, que si no me conocen no pasa nada, porque yo tengo mi familia que me conocen, no tengo por qué salir en los medios a ensuciar a la gente y eso del nivelazo, el nivelazo que lo flipan, lo que flipo yo es como su esposo, marido o compañero siempre cada vez que lo entrevisto y lo he entrevistado históricamente me ensalzaba porque le encantaba cómo le hacía las entrevistas, yo se lo digo a él porque ella tiene el Twitter con candado, cerradito, no se le puede decir nada, en fin, es la primera vez y espero que sea la última que me defiendo de algo tan sucio como lo que ha hecho esta señora en antena, en antena, perdón en el Twitter. Y les digo una cosa, a mi me da igual quien gobierne, que gobierne la mayoría por las urnas o por las que salgan de los pactos, yo estoy aquí para informar a los oyentes y sobre todo saben para qué, para entretenerles, porque esa es mi misión, esto es un Magazine de entretenimiento y de información, así que señora Sandra, cuando usted me vea no me salude como me ha saludado toda la vida; pues con esa cara de hola, no, no dígame las cosas a la cara, tienes mal nivel, efectivamente, no acabé derecho, entre otras cosas, porque alguno de sus representados, me torció la carrera y a las pruebas me remito y cuando quiera se lo cuento, hasta tercero llegué y luego me cambié y me quedé en Radio Club, once y treinta y ocho, es lo que hay, tú me habías oído alguna vez así enfadada…, primera vez en mi vida, que utilizo mi medio, el medio radio porque el Twitter no es mi medio, para quejarme de algo, ya esta bien de insultos señores, dígamelo a la cara, que tiene mi móvil y su marido también y dígame el nivel que tengo, en fin que no ofende quien quiere sino quien puede y mi vida personal, familiar es super plena y está de esa pared pa fuera aunque aquí dentro tengo una cantidad de compañeros estupendos y si no miren lo que tengo por aquí, a ver vamos al lío, oye no pongo el abucheo, claaaro”
Tengo que confesar que me quedé atónita: ¿toda esa retahíla por una opinión crítica sobre su nivel de profesionalidad, en tono jocoso, en una red social? ¿Toda una “periodista” experimentada, con un programa diario desde hace más de 20 años, que está sometida a la valoración de la audiencia, no aguanta una mínima opinión discrepante, una pequeña crítica? ¿Insultos?, ¡pero si yo no he insultado a nadie!
Yo, la verdad, me alegro mucho de que esta señora tenga una vida personal normal y corriente fuera de la radio, yo nunca me he referido a eso. Ella, sin embargo, sí se ha referido a la mía. Yo no tengo Twitter, el comentario lo hice en Instagram, deben habérselo contado mal. No he echado ninguna porquería ni he insultado a nadie. He escrito mi opinión sobre la entrevista en cuestión, de hecho, invito a todo el que tenga ganas que la escuche y saque sus propias conclusiones. En cualquier caso, resulta muy llamativo que personas que llevan media vida pontificando en la radio, de unos y otros, más de unos que de otros, la verdad, luego no les guste nada, pero nada, que alguien se atreva a hacerles una mínima crítica a su profesionalidad y cojan “su” micrófono, cual látigo, para atizarle, como represalia por haberse atrevido a tamaña ofensa. Yo firmé mi comentario con mi nombre y apellidos, desde luego no puse ese dato que a ella le parece muy relevante que es el nombre de mi marido y que a nadie debería importarle, desde luego a mí no me condiciona en absoluto. No sé lo que opina mi marido sobre el nivel profesional de esta señora. Alguien debería decirle a ella que las mujeres libres tenemos la fea costumbre de dar nuestra opinión sin importarnos lo que opinen ni nuestros maridos, ni nadie.
Dice doña Puchi muy airada que a ella le da igual quien gobierne. Para los juristas sería una clara, clarísima “excusatio non petita accusatio manifesta”. Yo en mi comentario nada de eso dije, ni siquiera lo insinué, ella sabrá por qué cree que debe aclararlo.
Tampoco hice yo ningún comentario sobre si esta señora tiene o no título universitario. Ni lo sé ni me importa. Sin embargo, resulta llamativo que ella saque ese tema y culpe de que no haya acabado la carrera de Derecho a uno de mis clientes, que supongo debe ser un profesor, que le torció la carrera dice. Entiendo que cree que la habrá suspendió sin razón, en fin, supongo que habrá habido algunas otras causas para su temprano abandono. En cualquier caso, eso que ella dice que hizo mi representado sería un delito de prevaricación y, desde luego, no deben hacerse esas afirmaciones alegremente en la radio, imputando delitos a terceros.
No me extiendo más porque ya creo haberle dedicado demasiado tiempo a esto. Pero quería terminar diciendo que lo que tiene esa señora se llama mandíbula de cristal y lo que yo he manifestado se llama libertad de expresión.
PD para entendidos: Me parece a mí que a esta señora no sólo le molesta mi humilde comentario en Instagram, creo que le incomodan y mucho algunos de mis clientes y las causas judiciales en las que participo libremente y sin miedo a las represalias, aunque algunas sean contra poderosos medios de comunicación.