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Meditación e imaginaciones gráficas de Zulia García

Teo Mesa

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Acaba de ser presentados en el Club La Provincia, el libro de meditaciones íntimas y una muestra de pinturas, que sobre el mismo argumento ha concebido la polifacética artista Zulia García Parra. Temas que ha recopilado durante años de trabajo creativo para ser impresos en un volumen de preconcebidos contenidos varios: prosa, poemas, microcuentos, etc. Y las plasmaciones pictóricas están enraizadas también, en los subjetivos pensamientos, privativamente únicos e invariables, que durante sus meditaciones visionarias, de forma muy particular, acuden a su mente. A ambos proyectos culturales los ha titulado: “Cuando el amor está presente”.

Zulia García nos presenta una obra cultural heterogénea, afín con su inquieta naturaleza. Es además una activa estudiosa y aplicada en todas las labores que se propone y como obligación se tiene, para expresar esa vocación congénita que reverbera en su interior. Su filantrópica personalidad o formas que la definen en su conspicua entrega a su creación, queda de manifiesto en dicho libro y muestra plástica, para que esas vivencias intelectuales muy interiores y personales, lo sean también, escritas y pintadas.

Las pinturas de Zulia García Parra provienen de las meditaciones en los recónditos de su mente. Son gestadas las quiméricas imágenes en su clarividencia eventual que solo ella ve. Las figuras, los objetos, las cromías, los paisajes, y todo lo que contextualiza ese ambiente onírico, pertenece a su mundo interior, inseparable, subjetivo, inabordable para los demás y privativamente personal. No pinta lo que ve, pinta y dibuja lo que ha visto a través de la meditación.

Todo este totum revolutum de figuras y paisajes que percibe cuando medita, son generadas por las visiones internas mediante la sinrazón del subconsciente, del excepcional sentir en el que pervivió momentáneamente. Todas ellas, las intenta dibujar y representar gráficamente en un ambiente ‘supuestamente real’, en el que ahora sí actúa el intelecto más razonado y consciente. Empero, en la rememoración de esos paisajes esotéricos, únicos, subjetivamente personales por la demencia pasajera, en la búsqueda de ese imposible símil por el que fue iluminada en su interior, durante un momento de irrepetible trance, en los sueños de aquel estado emocional de mente tránsfuga y sin par, no los podrá conseguir jamás, tal cual se le presentaron en su momento de resplandecida fabulación. Esa transmutación mental solo se produce una vez: en ese instante de surreal sensibilidad estética y enigmáticas visiones.

Los misteriosos paisajes y composiciones vegetales que nos presenta la artista polifacética Zulia García Parra, particularmente se corresponden con una narrativa de imágenes soñadas por la autora. Las figuras humanas u objetuales, y las campiñas, que tienen perdido el horizonte, son representadas desde su particular visión interiorizada, éstas en su propio estilo de autoinstruida, son pulcras, suaves en los contrastes, con transparentes veladuras, armónicas en los temas y cromos, ordenadas en su construcción y prolijas en la plasmación. Todas ellas están cargadas de amor por amor. Ella misma es todo esto en su personalidad: fiel a su espíritu, honesta a su pensamiento y entrega afectiva a lo que hace y a sus artes.

Las pinturas de Zulia tienen dos fuentes inspirativas: la meditación trascendental y la Naturaleza, en sus imaginadas variaciones estéticas. La una y la otra, son las consecuencias de sus creaciones plásticas, siempre imaginadas, nunca plagiadas. Sin ellas, de momento, no existiría su arte purista. Todo mana de su talento estético por su fina sensibilidad, que con todas las pasiones realiza su arte (y todo a lo que se obliga en su existencia).

Técnicamente, sus obras plásticas están elaboradas con un dibujo y paisaje y color, exacerbados en la descripción de cada una de las imágenes, en las que no pierde detalle alguno de las simbólicas figuras componentes del argumento narrado. Es, en este análisis de las imágenes, los paisajes, las formas y cromos, refinado: espejo de su ser.

Acaba de ser presentados en el Club La Provincia, el libro de meditaciones íntimas y una muestra de pinturas, que sobre el mismo argumento ha concebido la polifacética artista Zulia García Parra. Temas que ha recopilado durante años de trabajo creativo para ser impresos en un volumen de preconcebidos contenidos varios: prosa, poemas, microcuentos, etc. Y las plasmaciones pictóricas están enraizadas también, en los subjetivos pensamientos, privativamente únicos e invariables, que durante sus meditaciones visionarias, de forma muy particular, acuden a su mente. A ambos proyectos culturales los ha titulado: “Cuando el amor está presente”.

Zulia García nos presenta una obra cultural heterogénea, afín con su inquieta naturaleza. Es además una activa estudiosa y aplicada en todas las labores que se propone y como obligación se tiene, para expresar esa vocación congénita que reverbera en su interior. Su filantrópica personalidad o formas que la definen en su conspicua entrega a su creación, queda de manifiesto en dicho libro y muestra plástica, para que esas vivencias intelectuales muy interiores y personales, lo sean también, escritas y pintadas.