Espacio de opinión de Canarias Ahora
Obras eclesiásticas
A mi el interés de ambos europarlamentarios por el asunto me parece encomiable, si quieren que les diga. Hay que aclarar estas cuestiones, mayormente en un estado que sigue presumiendo de aconfesional. La comisaria Neelie Kroes, que es quien debe responder institucionalmente a las preocupaciones de don Willy y don Marco no lo tiene claro aún y va siendo hora de que se aclare, porque una cuarta pregunta empezaría a mosquear, y con razón, a los interpelantes. Yo sé Âo imagino- que la resolución del tema no es sencilla, sobre todo porque cuando un gobierno de izquierdas cae en estas contradicciones, a los lejanos comisarios comunitarios les debe dar un cierto no sé qué intervenir en tan peliagudas y extrañas situaciones. Y, además, porque, la Iglesia Católica Ây les escribe esto un agnóstico absoluto- lleva acabo obras y obras. Quiero decir que, probablemente, no deberían ser considerados fiscalmente iguales la recuperación de un tesoro arquitectónico e histórico (pienso en el edificio del obispado de La Laguna, sin ir más lejos) que el proyecto de una nueva, modernísima y tecnológicamente avanzada Escuela Superior de Teología, que sería la Madre de Todas las Paradojas, un suponer. Aún considerando esas diferencias, habría que aquilatar hasta qué punto y en general las obras y construcciones de valor cultural público y comunal están exentas del pago de los tributos e impuestos de los que se exime a la Iglesia. Si no hay tratamientos específicos y especiales para los proyectos civiles de esta clase, sería injusto y criticable que los hubiera para los eclesiásticos. De cualquier modo, me entero y asombro de que, en estos momentos socialistoides y zapateriles, el Estado anticipa a la Iglesia ¡cada mes! doce millones y medio de euros, a liquidar en 2008 según lo que hayan aportado a Hacienda y en concepto de ayuda a su fe los católicos de este país. Una pasta, en definitiva, como para pagar lo que se les ponga a los curas por delante, oigan.
José H. Chela
A mi el interés de ambos europarlamentarios por el asunto me parece encomiable, si quieren que les diga. Hay que aclarar estas cuestiones, mayormente en un estado que sigue presumiendo de aconfesional. La comisaria Neelie Kroes, que es quien debe responder institucionalmente a las preocupaciones de don Willy y don Marco no lo tiene claro aún y va siendo hora de que se aclare, porque una cuarta pregunta empezaría a mosquear, y con razón, a los interpelantes. Yo sé Âo imagino- que la resolución del tema no es sencilla, sobre todo porque cuando un gobierno de izquierdas cae en estas contradicciones, a los lejanos comisarios comunitarios les debe dar un cierto no sé qué intervenir en tan peliagudas y extrañas situaciones. Y, además, porque, la Iglesia Católica Ây les escribe esto un agnóstico absoluto- lleva acabo obras y obras. Quiero decir que, probablemente, no deberían ser considerados fiscalmente iguales la recuperación de un tesoro arquitectónico e histórico (pienso en el edificio del obispado de La Laguna, sin ir más lejos) que el proyecto de una nueva, modernísima y tecnológicamente avanzada Escuela Superior de Teología, que sería la Madre de Todas las Paradojas, un suponer. Aún considerando esas diferencias, habría que aquilatar hasta qué punto y en general las obras y construcciones de valor cultural público y comunal están exentas del pago de los tributos e impuestos de los que se exime a la Iglesia. Si no hay tratamientos específicos y especiales para los proyectos civiles de esta clase, sería injusto y criticable que los hubiera para los eclesiásticos. De cualquier modo, me entero y asombro de que, en estos momentos socialistoides y zapateriles, el Estado anticipa a la Iglesia ¡cada mes! doce millones y medio de euros, a liquidar en 2008 según lo que hayan aportado a Hacienda y en concepto de ayuda a su fe los católicos de este país. Una pasta, en definitiva, como para pagar lo que se les ponga a los curas por delante, oigan.
José H. Chela