Espacio de opinión de Canarias Ahora
“Las Palmas de Gran Canaria: ¡Que no pare la música!”
Como todos, yo también tengo algunas habilidades; incluso puedo decir que soy buena en alguna de ellas. Lo que no tengo es ninguna habilidad para la música: no canto, berreo. Recuerdo un campamento de verano al que me enviaron mis padres, y en el que me apunté en el coro musical, el único instrumento que me dejaron tocar era una botella de anís con un palito y, así y todo, desafinaba.
Pero me gusta la música. Mientras conduzco siempre voy escuchando una emisora musical y, cuando pinchan una canción que me conozco, canto y canto como las locas, ¡si voy sola, claro!
Vivo la música, la de mi época ochentera, adoro el heavy, el rock, los grupos de la movida madrileña y también de la canaria, y siento cierta envidia sana por aquellas personas que sí tienen esa habilidad: la de cantar o tocar un instrumento.
La música forma parte de la cultura y de la historia, marca épocas y generaciones, nos sienta bien, nos anima y, alguna que otra vez, también nos hace llorar.
Y lo que para unos es un complemento de nuestra vida, para otros es su vida. Esto sucede con los profesores y estudiantes de la Escuela Municipal de Educación Musical (EMEM). Para los que no la conocen, decirles que tiene más estudiantes que el propio conservatorio, un profesorado con la misma cualificación y, encima, admite a alumnado de todas las edades, con diferentes capacidades y diferentes rentas.
Es por eso que la EMEM es la mayor Escuela Municipal de Música de Canarias, que cuenta con una lista de espera de cerca de 400 personas y que, siendo enseñanza no reglada, tiene una demanda que supera al propio conservatorio. Porque los que estudian en la EMEM, no lo hacen para buscar una salida profesional, lo hacen por amor a la música, por lo que la música les aporta, por lo que la música significa para su vida, y para algunos de ellos, sobre todo para los que padecen algún tipo de discapacidad, la música es el eje central de su vida.
Pues este “magnífico” equipo de gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que se jacta de apostar por la Cultura, que se jacta de ser solidario con los más necesitados, de generar empleo a través de sus inversiones, ha cerrado la EMEM y ha dejado en la calle a 36 profesores, muchos de ellos sin paro acumulado para poder subsistir hasta octubre, que 2 sería el comienzo del nuevo curso. La razón: el contrato que existe con la empresa concesionaria de la EMEM no pone nada de enseñanza online y, por lo tanto, no hará frente a las facturas que presente la empresa y no le permite que se ponga al cobro la cuota que pagan los estudiantes.
Este grupo de gobierno municipal cancela el servicio el último día de marzo, sin previo aviso y cuando sus estudiantes y profesores ya llevaban 15 días de enseñanza no presencial, como todos los estudiantes de España.
“No se puede modificar el contrato”, eso dicen, y yo les pregunto ¿y qué necesidad hay de modificarlo? Alguna persona de las que me esté leyendo y que tengan hijos estudiando, ¿les han pedido que firmen algo para pasar la enseñanza a no presencial? ¡NO! Porque no es necesario, porque el gobierno de España ha establecido un Real Decreto de 14 de marzo en el que permite dos cosas muy importantes: a) el paso a teletrabajo en aquellas profesiones que se puedan (artículo 5), y b) el paso de la enseñanza presencial a no presencial en aquellas especialidades que se pueda (artículo 9), y la EMEM cumple los dos requisitos.
Para mantener abierta, de forma no presencial, la EMEM, no hacen caso de este Real Decreto, aunque sí lo utilizan de manera, a mi juicio, desproporcionada, para dictar resoluciones en materia urbanística (nada menos que 160) amparándose en la disposición adicional tercera, que permite la suspensión de los procedimientos administrativos ¡Vamos, que para saltarse los procedimientos administrativos y construir en el Parque de Las Rehoyas, o dar la licencia para el taller de Megayates, el Real Decreto de 14 de marzo les viene al pelo, pero para mantener 36 puestos de trabajo y que más de 1.600 estudiantes puedan continuar con su formación musical, en estos momentos de estado de alarma más necesaria que nunca, el RD no se puede aplicar!
“El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pone a tu alcance los estudios musicales que estabas esperando. Para ello, la Escuela Municipal de Educación Musical propone una oferta de educación musical adecuada a cada edad. Sin estudios ni conocimientos musicales previos. Si la música es tu sueño, ya puedes despertar. Tu escuela está aquí. En tu ciudad. Y es para todas las personas. Solicita ya tu plaza”.
Esta es la bienvenida que encontramos en la web de la EMEM, y usted, Sr. Hidalgo, les ha roto su sueño a más de 1.600 personas para los que la música es su vida, y ha contribuido a incrementar el ya altísimo número de parados que tenemos en nuestro municipio.
Como todos, yo también tengo algunas habilidades; incluso puedo decir que soy buena en alguna de ellas. Lo que no tengo es ninguna habilidad para la música: no canto, berreo. Recuerdo un campamento de verano al que me enviaron mis padres, y en el que me apunté en el coro musical, el único instrumento que me dejaron tocar era una botella de anís con un palito y, así y todo, desafinaba.
Pero me gusta la música. Mientras conduzco siempre voy escuchando una emisora musical y, cuando pinchan una canción que me conozco, canto y canto como las locas, ¡si voy sola, claro!