Se palpan, se sienten las elecciones están presentes

El pasado domingo, el suplemento semanal de La Provincia (nosotros sí somos respetuosos con el origen de la información), nos ofrecía una entrevista, con nuestra sin par, Bernarda Barrios, Nardy, para los amigos, política de rompe y raja, que no pierde ocasión para lucirse como política populista y “comprometida” que dejando a un lado el “rubor” nos viene a descubrir que: “Soy tan conocida como la Virgen del Pino”. Una vez más se pone de manifiesto, que nadie es profeta en su tierra, pues nuestra flamante tercera teniente de alcalde en nuestra capital, nació en la isla hermana de Tenerife, y seguro que en el Toscal, es mucho menos conocida que la Virgen de la Candelaria. Manifestaciones que ponen de relieve que ya se palpa la proximidad del “florido” mayo del 2011. Lo que si me extraña, es que Dª. Nardy, con los años que lleva junta, no revuelta, con nuestro alcalde, no haya descubierto aún, la peculiar socarronería y la sarcástica sonrisa de Jerónimo, cuándo manifiesta su “interés” por nombrar hijo adoptivo de la ciudad, al mencey del Sauzal, nuestro ínclito, y nunca bien ponderado Presidente Autonómico.

No alejado en el tiempo, otro “mencey” éste de la parte de acá, no pierde ocasión para hacer “oposiciones” a “manda más” del reino canarión, arrastrando la carreta cabildicia hacia el precipicio económico, negándole el pan y la sal; con el beneplácito

del otro mencey; que ve zozobrar, sin remedio, la barca de ATI-ccc en la isla redonda, pues ya los Gran Canarios, estamos hartos de tanto ninguneo de éste atrabiliario Soria, excéntrico y anglófilo político ultra liberal, que llevamos años soportándolo, y que, como otro Don Pepito, nos margina sistemáticamente, con un enfermizo afán, de estar, escalones arriba, del resto de los que, irónicamente llama paisanos. Sin embargo, sí que ha tenido tiempo y formas para ir colocando a todo aquel que le rinde pleitesía y a su entorno familiar; pues ya dice el refrán, que: “Pueden dos tetas más que dos carretas”.

Cuando la clase empresarial canaria, clama por la reducción de ese “monstruo” político-administrativo creado y ensolerado en las “bodegas” de ATI-cc-PP, nuestros “representantes” autonómicos se sacrifican apretándole el cinturón a sus convecinos en la política, dejándoles las migajas del “banquete” autonómico, sin reparar que, son los ciudadanos, en última instancia, los que sufrimos el nepotismo, amiguismo y corruptelas que erizan nuestra sufrida tierra canaria. Sirva como ejemplos, los incumplimientos económicos de toda índole, que padecen los Cabildos y Ayuntamientos de la provincia, que aporta al Tesoro Autonómico, los mayores ingresos fiscales del archipiélago. Como diría un canarión de tierra adentro,

D. Pepito: píquemelo menudito a ver si me lo trago y no me indigesto.

Antonio Ortega Santana

El pasado domingo, el suplemento semanal de La Provincia (nosotros sí somos respetuosos con el origen de la información), nos ofrecía una entrevista, con nuestra sin par, Bernarda Barrios, Nardy, para los amigos, política de rompe y raja, que no pierde ocasión para lucirse como política populista y “comprometida” que dejando a un lado el “rubor” nos viene a descubrir que: “Soy tan conocida como la Virgen del Pino”. Una vez más se pone de manifiesto, que nadie es profeta en su tierra, pues nuestra flamante tercera teniente de alcalde en nuestra capital, nació en la isla hermana de Tenerife, y seguro que en el Toscal, es mucho menos conocida que la Virgen de la Candelaria. Manifestaciones que ponen de relieve que ya se palpa la proximidad del “florido” mayo del 2011. Lo que si me extraña, es que Dª. Nardy, con los años que lleva junta, no revuelta, con nuestro alcalde, no haya descubierto aún, la peculiar socarronería y la sarcástica sonrisa de Jerónimo, cuándo manifiesta su “interés” por nombrar hijo adoptivo de la ciudad, al mencey del Sauzal, nuestro ínclito, y nunca bien ponderado Presidente Autonómico.

No alejado en el tiempo, otro “mencey” éste de la parte de acá, no pierde ocasión para hacer “oposiciones” a “manda más” del reino canarión, arrastrando la carreta cabildicia hacia el precipicio económico, negándole el pan y la sal; con el beneplácito