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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Paralelismo histórico Richard Nixon, Mariano Rajoy

El generalizado comentario de sus paisanos, tiene ciertos tintes de parecido con aquel Presidente estadounidense llamado Richard Nixon y su Watergate, que le llevo a su dimisión, hace ahora treinta y siete años, a la vista de la sentencia del Gran Jurado federal que le consideró coparticipe en la conspiración para obstruir la acción de la justicia en la investigación del escándalo del Watergate. Hasta aquí el comentario de mi buena amiga Carmen. Pero la visión de lo que acontece en torno a la política española y sus trapos sucios, cabría reflexionar sobre la cierta similitud de las estrategias, que en su día, pusiesen los colaboradores de Richard Nixon, para tapar el espionaje practicado sobre el partido Demócrata de los EE.UU. con las estrategias de defensa y dilación que desde los bufetes de abogados que coordina el Sr. Trillo Figueroa, se ponen a la justicia , para dilatar en el tiempo la corrupta trama, denomina Gürtel, y, que implica a lo más florido de la clase política del Partido Popular.

Cabría preguntarse: ¿Hasta donde llega la implicación de D. Mariano Rajoy en la trama corrupta? ¿Por qué D. Mariano elude responder a las preguntas de los informadores que se refieren al caso comentado? ¿Por qué D. Mariano parece no “conocer” al Sr. Costa como uno de sus más devotos militantes? ¿Hasta donde llega el poder de D. Mariano, en la casa común del P.P.? Y por último, ¿se siente D. Mariano, una marioneta en manos de los corruptos que anidan en la casa común de la “Derecha” española? Esas y muchísimas más, son las preguntas que se hacen la mayoría de los españoles, con respecto a su ambigüedad, y que tienen fiel reflejo en las encuestas; pues si bien es cierto que Rodríguez Zapatero se quema hasta sus llamativas cejas, en busca de salidas a una crisis, que él no provocó, pero que no supo adivinar, a pesar de ser Presidente Heredero de aquella nefasta Ley de José María Aznar, considerando todo el suelo patrio, urbanizable. D. Mariano, no sólo, no ayuda, él y sus correligionarios, han venido poniendo de forma sistemática palos a la carreta de la crisis, con el único propósito de llegar a la Moncloa, dejando en el camino mucho paro, mucha hambre, mucha desilusión.

Pero D. Mariano y los suyos no han calibrado el efecto boomerang que tiene su estrategia, pues de todos los españoles es conocida su visión de nuestra economía, en línea con el gobierno británico y alemán, que será, si las urnas no ponen remedio: más desigualdad, más trabajo precario, más incentivos bancarios, más desigual en el reparto de la riqueza. En definitiva que somos los españoles, en última instancia, los que tenemos la palabra. O apostamos por un “compás de espera” a la salida de la crisis. O al llanto y el crujir de dientes, ante la visión de un gobierno que ignora el Bienestar Social, que su oculto programa defiende la Sanidad Privada, que ya la practican, sin ningún reparo, en las Comunidades que gobierna, léase Madrid, Valencia, Murcia, pero que, cuando les toca personalmente, o a sus allegados, tiran de la pública y sin lista de espera, como es el caso de Dª. Esperanza Aguirre de Biedma, presidenta madrileña, a la que le deseo una salud de hierro, que no es óbice para hacer la crítica a su reciente intervención quirúrgica en un Centro Sanitario Público, sin esperas, mientras el Ejecutivo que preside privatiza a marchas forzadas los servicios a prestar a los madrileños.

Y como me encanta la sabiduría popular, reflejada en el refranero, recordar a nuestros paisanos aquel que dice: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. O dicho en nuestra peculiar socarronería canariensis: Dios nos libre de tener que hacer uso de nuestra Sanidad Pública, ante tanto recorte presupuestario. En breve los apósitos se sustituirán por tiritas y los galenos tendrán que auscultar con el fonendoscopio que sus papis les regalaron al concluir el MIR, pues los dineros se destinan a oscuros concursos, a mantener la Guanchancha, la “Caja Tonta” Canaria o a enriquecer a los amigos de turno y mantener una “Tocata y Fuga” de celebre programa informático de la Justicia isleña. Que cual barquilla de hojalata, hace aguas, por donde entran “ojos indiscretos” para malestar y desgracia de S.Sª.

Antonio Ortega Santana

El generalizado comentario de sus paisanos, tiene ciertos tintes de parecido con aquel Presidente estadounidense llamado Richard Nixon y su Watergate, que le llevo a su dimisión, hace ahora treinta y siete años, a la vista de la sentencia del Gran Jurado federal que le consideró coparticipe en la conspiración para obstruir la acción de la justicia en la investigación del escándalo del Watergate. Hasta aquí el comentario de mi buena amiga Carmen. Pero la visión de lo que acontece en torno a la política española y sus trapos sucios, cabría reflexionar sobre la cierta similitud de las estrategias, que en su día, pusiesen los colaboradores de Richard Nixon, para tapar el espionaje practicado sobre el partido Demócrata de los EE.UU. con las estrategias de defensa y dilación que desde los bufetes de abogados que coordina el Sr. Trillo Figueroa, se ponen a la justicia , para dilatar en el tiempo la corrupta trama, denomina Gürtel, y, que implica a lo más florido de la clase política del Partido Popular.

Cabría preguntarse: ¿Hasta donde llega la implicación de D. Mariano Rajoy en la trama corrupta? ¿Por qué D. Mariano elude responder a las preguntas de los informadores que se refieren al caso comentado? ¿Por qué D. Mariano parece no “conocer” al Sr. Costa como uno de sus más devotos militantes? ¿Hasta donde llega el poder de D. Mariano, en la casa común del P.P.? Y por último, ¿se siente D. Mariano, una marioneta en manos de los corruptos que anidan en la casa común de la “Derecha” española? Esas y muchísimas más, son las preguntas que se hacen la mayoría de los españoles, con respecto a su ambigüedad, y que tienen fiel reflejo en las encuestas; pues si bien es cierto que Rodríguez Zapatero se quema hasta sus llamativas cejas, en busca de salidas a una crisis, que él no provocó, pero que no supo adivinar, a pesar de ser Presidente Heredero de aquella nefasta Ley de José María Aznar, considerando todo el suelo patrio, urbanizable. D. Mariano, no sólo, no ayuda, él y sus correligionarios, han venido poniendo de forma sistemática palos a la carreta de la crisis, con el único propósito de llegar a la Moncloa, dejando en el camino mucho paro, mucha hambre, mucha desilusión.