Espacio de opinión de Canarias Ahora
Y si Patxi López fuera Lehendakari
Salvando todas las distancias y la existencia de un prejuicio racial directo, en Euskadi, en su corta historia autonómica, no ha habido ocasión de que un candidato no nacionalista haya alcanzado la lendakaritza. Pudiera decirse que durante estos últimos años estaba establecido tácitamente que la presidencia del gobierno vasco estaba reservada para los dirigentes del PNV y, en todo caso, para una persona de ideología nacionalista.
La lucha por la hegemonía del nacionalismo ha sido un peldaño para el PNV y lo ha querido realizar desde la definición de un proyecto exclusivo para la parte de la población que abraza su ideología. Esta situación ha estado agravada por el hecho cierto de que con contadas excepciones las amenazas de ETA han estado proferidas contra ciudadanos de ideología no nacionalista que además constituyen la inmensa mayoría del porcentaje de víctimas del terrorismo.
El PNV ha entrado en una deriva desintegradota con sectores claramente enfrentados. El que lidera por lo menos desde el escaparate el lehendakari Ibarretxe ha llegado a la estación término de tratar de promover un referéndum desde la ilegalidad. Su proyecto ha terminado desde la demostración más palmaria de que el camino hacia el soberanismo no tienen ningún punto de apoyo dentro de la sociedad española pero tampoco en la Unión Europea. El PNV ha estado jugando a una política de monopoly sin que tuviera el coraje nunca de enunciar los condiciones reales, no de laboratorio, para realizar su proyecto.
Ha llegado la hora del cambio y es la oportunidad histórica de lograr que se produzca la alternancia como demostración práctica de que la democracia está viva en Euskadi.
* Periodista y analista político de elplural.com
Carlos Carnicero*
Salvando todas las distancias y la existencia de un prejuicio racial directo, en Euskadi, en su corta historia autonómica, no ha habido ocasión de que un candidato no nacionalista haya alcanzado la lendakaritza. Pudiera decirse que durante estos últimos años estaba establecido tácitamente que la presidencia del gobierno vasco estaba reservada para los dirigentes del PNV y, en todo caso, para una persona de ideología nacionalista.
La lucha por la hegemonía del nacionalismo ha sido un peldaño para el PNV y lo ha querido realizar desde la definición de un proyecto exclusivo para la parte de la población que abraza su ideología. Esta situación ha estado agravada por el hecho cierto de que con contadas excepciones las amenazas de ETA han estado proferidas contra ciudadanos de ideología no nacionalista que además constituyen la inmensa mayoría del porcentaje de víctimas del terrorismo.