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Pedro Sánchez traiciona al pueblo saharaui

28 de marzo de 2022 16:45 h

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A la vista del contenido de la carta remitida por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, al rey de Marruecos afirmando que “la propuesta marroquí para resolver el conflicto en el Sáhara Occidental de un estatuto de autonomía para el territorio bajo la soberanía de Marruecos es la base más seria, realista y creíble para zanjar este contencioso”, se hace necesario realizar una serie de consideraciones: 

1. La naturaleza del conflicto que afecta al Sáhara Occidental es un asunto de descolonización inacabado por la intransigencia del Gobierno de Marruecos, que está bajo el marco de las Naciones Unidas y que, en aplicación de la Carta de la ONU, se debe resolver por el reconocimiento del Derecho de Autodeterminación y su ejercicio mediante un referéndum, libre y sin coacciones, donde se planteen las dos opciones: la aceptación de la soberanía del país ocupante o la independencia. Este derecho lo tienen reconocido todos los pueblos colonizados por la Resolución 1514, de 1960, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.  

2. El Sáhara Occidental tiene reconocido este Derecho de Autodeterminación al ser una antigua colonia del Estado español hasta 1975. Este derecho del pueblo saharaui está recogido en: 

− Más de 60 resoluciones del Consejo de Seguridad y Asamblea General de la ONU.  

− Resolución del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, en 1975. 

− Múltiples resoluciones del Parlamento de la Unión Europea.  

− Acuerdos de la Unión Africana, de la que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) forma parte.  

− Pronunciamientos de centenares de gobiernos locales y regionales. 

− Sentencia reciente de la Corte de Justicia de la Unión Europea, en 2019, que anula los acuerdos económicos de la Comisión Europea con Marruecos porque afectan al Sáhara Occidental y este territorio no es marroquí.  

− Resolución de la Audiencia Nacional de España, en 2014, que afirma que el Estado español sigue siendo la Potencia Administradora de iure del Sáhara Occidental. El Tribunal lo presidió el magistrado Grande Marlaska.  

3. El Pueblo Saharaui lleva luchando desde hace más de 50 años por ejercitar este derecho reconocido de la Autodeterminación, que no se ha alcanzado por la negativa del Gobierno de Marruecos a celebrar un Referéndum con todas las opciones, vulnerando la legalidad internacional y las resoluciones de la ONU, y ocupando violentamente el territorio con la violación de los Derechos Humanos de la población saharaui y el expolio de sus recursos naturales.  

4. Existe una responsabilidad directa del Estado español al ser la antigua potencia colonial, y propiciar la firma de los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid en 1975 que posibilitó la ocupación del Sáhara Occidental por los ejércitos de Marruecos y Mauritania. Esta responsabilidad histórica, política, jurídica y moral aún no ha sido saldada por los diversos gobiernos de la etapa democrática presididos por Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, Jose Mª Aznar, Jose Luis Rodríguez Zapatero (que tiene la más alta condecoración del Gobierno de Marruecos), Mariano Rajoy o Pedro Sánchez. En el dossier de las Naciones Unidas, el Estado español sigue siendo considerado la Potencia Administradora de iure del Sáhara Occidental.  

5. Un momento de inflexión en este largo proceso se produce en 1991, con la firma de un Acuerdo, bajo los auspicios de la ONU y la UA, entre el Frente Polisario y el Gobierno de Marruecos con varios puntos esenciales: 

− Alto el fuego en la guerra mantenida entre el ejército de Marruecos y el ejército saharaui desde 1975. 

− Celebración de un Referéndum de Autodeterminación en 1992, con todas las opciones. 

− Despliegue de la MINURSO, fuerza de las Naciones Unidas para la organización de la consulta. 

Este acuerdo, aceptado por el Gobierno de Marruecos, el Frente Polisario, la ONU y la UA, constituye el marco para resolver por la vía pacífica el conflicto y respeta, además, la legalidad internacional y el marco de las Naciones Unidas.  

6. Marruecos se niega a cumplir estos acuerdos para el alto el fuego y la celebración del Referéndum de Autodeterminación, y propone en 2007 una nueva estrategia basada en un Estatuto de Autonomía del territorio bajo la soberanía de Marruecos, y realizar la consulta excluyendo la opción de la independencia. Este planteamiento adultera lo esencial del Referéndum de Autodeterminación en el marco de las Naciones Unidas al tratarse de un asunto de descolonización. Impone la soberanía unilateral marroquí en el territorio del Sáhara Occidental, sin que el Pueblo Saharaui emita su opinión mediante referéndum. 

7. En este contexto, el presidente del Gobierno de España se compromete con el rey de Marruecos en apoyar la posición marroquí del reconocimiento unilateral de su soberanía en el Sáhara Occidental, como “la base más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto. Este posicionamiento, público y por escrito, constituye una gravísima traición al pueblo saharaui que tiene sus legítimos derechos reconocidos por todas las instancias internacionales, y un abandono de la tradicional posición de “neutralidad activa” (?) que hasta ahora había mantenido, ya que: 

− Es un reconocimiento unilateral de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental al margen de la ONU, pues se trata de un asunto de descolonización. − Pedro Sánchez coloca a España fuera de los principios de la legalidad internacional para resolver el conflicto por la vía pacífica. 

− Se somete al chantaje intolerable del Gobierno de Marruecos, que no duda en utilizar la inmigración y la amenaza territorial sobre Ceuta, Melilla y el mar territorial en Canarias para culminar su ocupación violenta del Sáhara Occidental. 

− Pedro Sánchez toma esta decisión sin contar con nadie, ni siquiera con su socio de Gobierno, ni los partidos que apoyaron su investidura, ni los grupos de la oposición. Pedro Sánchez solo cuenta con el 34% de los votos del Congreso. No está políticamente legitimado para ese compromiso con el Rey de Marruecos.

− Además no ha tenido en cuenta el alto nivel de sensibilidad que la causa saharaui tiene en la sociedad española, en los medios de comunicación, en los partidos políticos, en los sindicatos, en los intelectuales y artistas, en los jóvenes, en organizaciones sociales, altamente comprometidos con la justicia para el pueblo saharaui. 

− Pedro Sánchez pone en riesgo los intereses del Estado español al provocar un conflicto con el Gobierno de Argelia, principal suministrador de gas a España en estos momentos tan convulsos en el escenario internacional. 

− Esta declaración unilateral no tiene en cuenta que implica respaldar una monarquía de corte feudal, donde durante 46 años ha ocupado violenta e ilegalmente el territorio del Sáhara Occidental, violando los derechos humanos, torturando y encarcelando a la población saharaui y expoliando sus recursos naturales. No se puede mirar para otro lado. Y es una verdadera lástima que eso lo haga un presidente socialista que no respeta ni su programa electoral, ni los acuerdos congresuales del PSOE. 

− Esta declaración aumenta la inestabilidad en la zona ya que en estos momentos, desde noviembre de 2020, se ha reanudado el conflicto bélico por la violación del alto el fuego por el ejército marroquí en la zona de Guerguerat. 

8. Desde el punto de vista de los intereses de Canarias lo peor es que tenga un Sáhara marroquí a 100 kilómetros de las islas, con la estrategia expansionista de Marruecos donde pretende incrementar su mar territorial en aguas del Sáhara Occidental cercanas a Canarias. 

9. No vale el argumento de que se sigue lo expresado por el Gobierno de EE.UU., Alemania, Francia o la Unión Europea. Esto es falso. Ninguno de estos gobiernos ha realizado una declaración unilateral reconociendo la soberanía marroquí del Sáhara Occidental. Todos han reiterado el marco de las Naciones Unidas y el respeto a un referéndum de autodeterminación con todas las opciones: soberanía marroquí o independencia. Pedro Sánchez no dice lo mismo, imita a Donald Trump desgraciadamente. 

10. Desde Canarias y el conjunto del Estado español se sigue exigiendo que la solución pacífica, viable y realista es el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, como proceso de descolonización, y que se celebre lo antes posible un referéndum de autodeterminación con las dos opciones organizado por la ONU. Lo que plantea Pedro Sánchez es otra traición al pueblo saharaui.