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Pequeño milagro

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Sé que no lo harán, antes muertos que callados. Sé que mientras más y más veces repitan las mismas mentiras, mientras más veces salgan en la foto como si nada hubiera pasado, más oportunidades tendrán de salirse con la suya y volver a engañar a quienes juraron y/ o prometieron servir.

Hemos llegado a un punto donde sólo vale el dicho “sálvese quien pueda” y todo lo demás es secundario. Donde antes había que taparse las vergüenzas, ahora toca cubrir las miserias ideológicas apoyándose en tránsfugas, corruptos silenciados con indemnizaciones millonarias y en cualquier excusa por torticera, miserable y delictiva que ésta pudiera resultar.

Y poco importa el lado ideológico en el que se esté. Está claro que nadie está libre de pecado y, por eso, ni siquiera se atreven a levantar la voz, no les digo ya a tirar una pequeña piedrecita. Con tal de permanecer en el machito, disfrutar de las prebendas que sólo ellos disfrutan y seguir contribuyendo al engorde de las cuentas de resultados de quienes les financian las campañas, todo lo demás les resbala.

Lejos están los tiempos en donde los cantos de sirena electorales tenían embobados al común de los mortales con toda una sucesión de proyectos megalómanos, irresponsables y demenciales; es decir, un canto al derroche sin sentido elevado a la máxima potencia. Ahora no hay estrellas en el firmamento electoral, sino pleitos, disputas y desatinos, mientras la población empobrece, los servicios menguan y sólo importa el presente más inmediato.

¿Dónde están los que nos vendieron que éste, nuestro país, era una fuente inagotable de riqueza? ¿En qué agujero se encuentran aquellos que proclamaban que lo mejor para el país es que la gente se pusiera a trabajar y así llenar las arcas de la seguridad social cuando lo que se estaba fomentado era el abandono escolar y una burbuja inmobiliaria que nos ha llevado hasta donde estamos ahora?

¿En qué se han quedado las promesas de regeneración política, de transparencia, de sinceridad para con los ciudadanos cuando lo único que hacen es demorar las soluciones, empantanarlas y lograr que los delitos prescriban?

¿En qué cajón se quedaron los compromisos para con los más desfavorecidos, los parados, los dependientes, los desahuciados, los que menos tienen y más expuestos están a todo lo que sucede a su alrededor?

Toda esta situación suena igual que aquellos “hilillos de plastilina” que soltaba cierto petrolero, hilillos que se convirtieron en uno de los mayores vertidos de crudo de la historia de nuestra nación.

Esos hilillos son como los apuntes contables, las correas de motor, las donaciones anónimas y las mentiras de quienes se han visto sorprendido por una realidad que les es cada vez más adversa y no saben cómo reaccionar.

Muchos pensarán que esto antes no pasaba, no en nuestro país, dado que quienes no tenían sabían cuál era su lugar y no osaban vulnerar el estatus quo de los mandarines, arropados éstos por las fuerzas vivas de la sociedad bien pensante.

Claro que los tiempos cambian, el demonio de la red de redes no deja de crecer ?con su machaqueo constante de información- y la gente cada vez tiene menos mientras unos pocos aparecen con la panza bien repleta, para desesperación del resto.

Al final, uno termina por compadecer a quienes no saben comportase de otra manera, aquellos que se creen ungidos de unos dones especiales, para eso son nuestros políticos, y que ahora se ven atrapados en la redes de quienes no los quieren bien, o pretenden difamarlos sin más.

Aceptando el sin par octópodo como animal de compañía, queda añadir ¿No podrían seguir comportándose de la misma manera, engañar al ciudadano y salirse con la suya sin abrir la boca, aparecer en los medios o salir retratados en las cabeceras de los diarios?

La situación no cambiaría nada, pero, por lo menos, uno no tendría la sensación constante de que lo están insultando cada vez que se ponen delante de un micrófono, situación que empieza a ser perjudicial para la salud de los ciudadanos y nos acabará llevando a la tumba.

Por favor, señorías, ¿podrían hacernos ese pequeño favor a todos los españoles? ¿O les estoy pidiendo un milagro?

Sé que no lo harán, antes muertos que callados. Sé que mientras más y más veces repitan las mismas mentiras, mientras más veces salgan en la foto como si nada hubiera pasado, más oportunidades tendrán de salirse con la suya y volver a engañar a quienes juraron y/ o prometieron servir.

Hemos llegado a un punto donde sólo vale el dicho “sálvese quien pueda” y todo lo demás es secundario. Donde antes había que taparse las vergüenzas, ahora toca cubrir las miserias ideológicas apoyándose en tránsfugas, corruptos silenciados con indemnizaciones millonarias y en cualquier excusa por torticera, miserable y delictiva que ésta pudiera resultar.