Espacio de opinión de Canarias Ahora
Perros de baja presa, jueces de alto postín
Por eso, entre otras razones, se oye últimamente hablar mucho del juez Baltasar Garzón y poco del magistrado José Antonio Martín. El primero llena páginas y páginas de los diarios, pero el segundo se acoge a su derecho a no declarar, silencio absoluto. De Garzón sabemos que encarceló a la cúpula del GAL y de ETA, a narcos (Oubiña), políticos (Correa), periodistas (Pepe Rey)... De José Antonio Martín sólo conocemos, y de chiripa, sus tranquilizadores consejos a un narco: “Confianza y seguridad. Dile que explique la procedencia del dinero, que lo explique clarito y sencillo. Y que está dispuesto a prestar una fianza. La cantidad que se le diga”. Todo ello, trufado además de presiones sobre el Fiscal Antidroga ?“¿Por qué no pides una fianza, aunque sea de doscientos millones de pesetas?”- y a sus propios compañeros de Sala, dilemas que concluyeron con una pequeña discusión al terminar la deliberación en los pasillos de la Sección Primera de la Audiencia, según nos cuenta el periodista Pedro Guerra.
Las tertulias gastan decenas de horas en Garzón, pero José Antonio Martín, aquel juez que se codeaba con la alta sociedad de Las Palmas de Gran Canaria, que telefoneaba con familiaridad a un poderoso editor y ex banquero, era amigo del gran líder político de la isla, hacía y deshacía a su antojo, fue sorprendido como asesor de un narco. De eso no se habla aunque es un feo, muy feo asunto. Al tesorero del PP, Luis Bárcenas, Garzón le sorprende con un abultado patrimonio inmobiliario de complicada justificación, según “El Mundo”, y ganó 600.000 euros con el “soplo” de la OPA de Enel sobre Endesa. Curiosamente su presidente, Manuel Pizarro, terminó en el PP. Pero aquí hablamos de Garzón, de los “perros” de presa ?así nos llamaba un editor para el que trabajé? y del Estado de la Nacionalidad. ¿Pues como está la Nacionalidad? ¿Como va a estar con estos singulares jueces, políticos, periodistas y editores?... podrida, hombre, podrida... Y así las cosas, va a requerir un esfuerzo hercúleo distinguir el grano de la paja porque los árboles apenas nos dejan ver el bosque... No obstante, y en la medida de nuestras escasas fuerzas, lo intentaremos...
Federico Utrera
Por eso, entre otras razones, se oye últimamente hablar mucho del juez Baltasar Garzón y poco del magistrado José Antonio Martín. El primero llena páginas y páginas de los diarios, pero el segundo se acoge a su derecho a no declarar, silencio absoluto. De Garzón sabemos que encarceló a la cúpula del GAL y de ETA, a narcos (Oubiña), políticos (Correa), periodistas (Pepe Rey)... De José Antonio Martín sólo conocemos, y de chiripa, sus tranquilizadores consejos a un narco: “Confianza y seguridad. Dile que explique la procedencia del dinero, que lo explique clarito y sencillo. Y que está dispuesto a prestar una fianza. La cantidad que se le diga”. Todo ello, trufado además de presiones sobre el Fiscal Antidroga ?“¿Por qué no pides una fianza, aunque sea de doscientos millones de pesetas?”- y a sus propios compañeros de Sala, dilemas que concluyeron con una pequeña discusión al terminar la deliberación en los pasillos de la Sección Primera de la Audiencia, según nos cuenta el periodista Pedro Guerra.
Las tertulias gastan decenas de horas en Garzón, pero José Antonio Martín, aquel juez que se codeaba con la alta sociedad de Las Palmas de Gran Canaria, que telefoneaba con familiaridad a un poderoso editor y ex banquero, era amigo del gran líder político de la isla, hacía y deshacía a su antojo, fue sorprendido como asesor de un narco. De eso no se habla aunque es un feo, muy feo asunto. Al tesorero del PP, Luis Bárcenas, Garzón le sorprende con un abultado patrimonio inmobiliario de complicada justificación, según “El Mundo”, y ganó 600.000 euros con el “soplo” de la OPA de Enel sobre Endesa. Curiosamente su presidente, Manuel Pizarro, terminó en el PP. Pero aquí hablamos de Garzón, de los “perros” de presa ?así nos llamaba un editor para el que trabajé? y del Estado de la Nacionalidad. ¿Pues como está la Nacionalidad? ¿Como va a estar con estos singulares jueces, políticos, periodistas y editores?... podrida, hombre, podrida... Y así las cosas, va a requerir un esfuerzo hercúleo distinguir el grano de la paja porque los árboles apenas nos dejan ver el bosque... No obstante, y en la medida de nuestras escasas fuerzas, lo intentaremos...