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La población de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria

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El propósito de este artículo es abordar un tema que entiendo es de capital importancia para centrar las estrategias y actuaciones que deben emprenderse para impulsar la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria (RBGC). Como sabemos, las reservas de la biosfera se basan en un concepto que apunta, de manera clara y rotunda, a conciliar la conservación y el desarrollo sostenible y parece necesario subrayar de nuevo que desde la UNESCO se concibe a estos espacios naturales - como asimismo lo entiende la legislación española (general y autonómica) - como lugares especiales en los que se debe desarrollar un modelo participativo y sostenible para una eficaz gestión de los recursos naturales. Sus objetivos son la conservación de la biodiversidad y del patrimonio cultural; el desarrollo de actividades de investigación; la observación permanente de los fenómenos ambientales; la educación ambiental y, de forma sinérgica e integrada, el desarrollo (sostenible) y mejora de la calidad de vida de la POBLACIÓN LOCAL.

Además, se entiende que su gestión debe incluir a representantes de las instituciones públicas, de las organizaciones de la sociedad civil y de los residentes de la localidad. Es decir que lo que se viene planteando desde hace unos años (desde la legislatura anterior) por parte de determinados colectivos de la sociedad civil organizada, la representación de población local en los órganos de planificación y de gestión no es una gracia que tiene a bien conceder el Cabildo Insular y/o el Gobierno de Canarias, sino una condición imprescindible para alcanzar los objetivos planteados para esta zona de la isla, que no olvidemos abarca cerca de la mitad de su territorio y una buena parte del litoral.

En las últimas semanas han salido a la luz pública algunas noticias relacionadas con acciones que se pretenden poner en marcha en la RBGC y es ineludible realizar algunas consideraciones para enfocar algunas cuestiones relacionadas con la población de la zona que no están claras y que es oportuno exponer.

En primer lugar, es necesario saber cuántos habitantes hay actualmente en la RBGC, una zona de la isla que sufre un decrecimiento demográfico secular (calculado para los últimos 50 años en una cifra próxima al - 40%), a la inversa de lo que ha ocurrido en el conjunto de Gran Canaria y en resto de la Islas que han conocido, para el mismo período, un crecimiento por encima del 150% y del 215%, respectivamente.

Evidentemente, conocer ese dato referido al total de la población de la RBGC es sumamente importante y por ello, con el ánimo de actualizar los datos demográficos ?atendiendo a los resultados del Padrón de 2012-, analizamos la “Memoria de la Propuesta para la declaración de la RBGC” que elaboró hace una década la Corporación Insular. Así, en el citado documento se apunta que la población de la RBGC, en 2003, es de 18.322 habitantes, cifra que teóricamente surge de la suma de los efectivos poblaciones censados que se localizan en la RBGC.

No obstante, una lectura pormenorizada de la documentación citada nos ha permitido detectar algunas contradicciones en cuanto a las cifras y en lo relativo a la metodología seguida para señalar las entidades de población afectadas. Esta es una cuestión que tiene su intríngulis pues, no en vano, si la población local, como se ha dicho, debe ser protagonista en los objetivos planteados, debe conocerse con exactitud cuáles son las entidades poblacionales que están dentro de la RBGC.

Si seguimos la documentación oficial que nos indica cual es el área afectada, podemos observar que la cifra dada para ese año 2003 no coincide con los datos del INE, a pesar, supuestamente, de que esa es la fuente utilizada. Así verbi gratia, si comparamos la cifra que la “Memoria” da para el total de vecinos afectados por la delimitación de la RBGC en el T.M de Agaete leemos que es de 395, sin embargo a nosotros la suma de los vecinos de Agaete, signados por el INE, con su domicilio censal en el interior de espacios naturales protegidos (eennpp), es decir los de El Risco y Guayedra, localizados en el PN de Tamadaba; más los de los núcleos situados por encima de la cota 300 s.n.m; es decir los ubicados en Los Berrazales, El Hornillo y El Sao, nos da, para ese mismo año, la cantidad de 299, es decir 96 habitantes menos de los que están reflejados en la citada Memoria. Nos vale este ejemplo, sin necesidad de seguir pormenorizando en este tipo de detalles, para alertarnos del estricto cuidado que se ha de tener a la hora de actualizar el “censo” de la RBGC

Empero, por otra parte, sí que es preciso indicar que en ese cómputo, a nivel de cuantificación de la población de la RBGC, se ha incluido íntegramente a la totalidad de vecinos del TM de La Aldea (“Memoria de la Propuesta para la declaración de la RBGC”, T.I. p.101), cuando sabemos que todas las entidades de población de este municipio ?con excepción de una- están situadas por debajo de la cota 300, que es la que marca el límite inferior de la RBGC, por lo que los únicos núcleos de población que están afectados por la RB son los que están emplazados en el interior del PR del Nublo.

Aquí se observa una contradicción manifiesta pues, si por una parte se dice que el 100% de la población de la Aldea está localizada en la RB, sin embargo en la misma documentación oficial se hace un planteamiento que no casa con lo expuesto y en la citada memoria podemos leer que: “El área propuesta como Reserva de la Biosfera ocupa, aproximadamente, el tercio suroccidental de la isla, incluyendo los espacios naturales protegidos del Parque Rural de El Nublo, el Parque Natural de Pilancones, el Monumento Natural de Tauro, la Reserva Natural Especial de Güigüí y el Parque Natural de Tamadaba, además de la Reserva Natural Integral de Inagua, el Monumento Natural de El Roque Nublo y el Monumento Natural de los Riscos de Tirajana, ambos incluidos en el Parque Rural de El Nublo (sic). También incluye el territorio que se localiza por encima de la cota altitudinal de 300 metros de los municipios ya comprometidos en la propuesta por localizarse en ellos algunos de los espacios naturales antes mencionados. Esta porción territorial, definida altitudinalmente, se corresponde con el criterio establecido por el Programa Operativo Leader Plus de Gran Canaria como ámbito propio. (?)” (Memoria Reserva, T.I. p. 71).

Aclarar estas y otras cuestiones demográficas es fundamental para poder planificar y gestionar con coherencia el futuro de la RBGC; por ejemplo, para discernir justamente la representatividad de la población local afectada en la gobernanza de la RB. Es importante saber cuántos habitantes están directamente afectados por esta declaración, y cuantas personas están a su vez afectadas por una doble declaración de protección, es decir los que habitan en los eennpp incardinados en la Red Natura 2000 que forman parte de la RB. ¿Hablamos tal vez de una “doble insularidad”, como a veces se ha planteado para las denominadas “islas periféricas”, que se daría también en Gran Canaria? En mi opinión, este es un aspecto que debe tenerse en cuenta porque es evidente que, al menos mientras no cambien las tornas, los habitantes del interior insular estaremos siendo perjudicados ya por la NO GESTIÓN de los eennpp protegidos que, hasta la fecha, ha imperado en Gran Canaria, ya por las más recientes propuestas que, desde el órgano de Gestión (?) de la RBGC, se han realizado. A estas las hemos de calificar, como mínimo, de arbitrarias, o como fuera de lugar, nunca mejor dicho, si nos atenemos a otro dato que nos sirve para, a más a más, ilustrar la reflexión que realizamos. Veamos. En las últimas fechas, se ha presentado desde las más altas instancias de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo grancanario una serie de acciones que se pretenden realizar en la RBGC, de las que casi ninguna de ellas está prevista en el Plan de Acción presentado en su momento, pero eso que ya es bastante no es lo más llamativo, aún lo es más que en este “plan” se halla incluido el desarrollo de una acción en Ariñez, localidad del TM de San Mateo, que se encuentra fuera de los límites de la RBGC. Aquí nos volvemos a encontrar no ya una contradicción, como las planteadas anteriormente, sino ante un error supino que en cierta medida nos explica que lo que se hace (?) en la reserva no sigue ningún criterio, o al menos se hace al margen de lo que se plantea en documentación oficial de la RBGC, donde taxativamente se especifica que : “La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria abarca siete municipios: Agaete, Artenara, Tejeda, San Bartolomé de Tirajana, Mogán, La Aldea de San Nicolás y Vega de San Mateo (EL TERRITORIO AFECTADO POR LA RESERVA DE ESTE ÚLTIMO MUNICIPIO CARECE DE POBLACIÓN). (Memoria Reserva, T.I. p. 99)

Situados en el ecuador de la presente legislatura, observamos que se intenta cubrir el expediente con la RBGC y se promueven acciones, como las citadas, que no están avaladas por el Plan de Acción previsto, ni consensuadas con la población local y más bien parecen hijas de la improvisación (o de la iluminación urbanita). Más allá, que también, de focalizar errores y contradicciones, estamos ante un momento clave para el futuro de la RBGC pues hay que superar la política inconexa que, desde hace ya demasiado tiempo, se viene desarrollando desde el área de Medioambiente del Cabildo, no solo porque corremos el peligro de perder la categoría y/o apoyo de la UNESCO, algo que una “isla turística”, que forma parte de una de las regiones naturales del mundo que alberga mayor biodiversidad, no se puede permitir. Es pertinente que la sociedad civil organizada, como lo comienza a estar con el camino emprendido por la Asociación La Trasierra, que ha liderado la constitución de la Unión de Asociaciones de la RBGC, abra una nueva trayectoria en relación con el protagonismo a alcanzar en la planificación y gestión de este preciado espacio natural.

Es preciso recordar a la ciudadanía, como ya he expuesto en distintas ocasiones, que las estrategias que en un futuro ?espero que inmediato- se decidan y determinen por parte de los órganos competentes para que la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria funcione adecuadamente, como una herramienta que implemente las políticas de conservación del patrimonio y las actividades propias del mundo rural, deben contar con la participación e implicación, en primer lugar, de la población afectada por la declaración, y , en segundo término pero no en distinto nivel, de los representantes públicos, técnicos, ?, y de los grancanarios, así como de los canarios en general. Una actitud de corresponsabilidad seguramente favorecerá que el “corazón” de Gran Canaria pueda apoyarse en una herramienta de gestión potente, clave para armar un futuro mejor para la población de la RB y, sin duda, para el conjunto de los canarios.

El propósito de este artículo es abordar un tema que entiendo es de capital importancia para centrar las estrategias y actuaciones que deben emprenderse para impulsar la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria (RBGC). Como sabemos, las reservas de la biosfera se basan en un concepto que apunta, de manera clara y rotunda, a conciliar la conservación y el desarrollo sostenible y parece necesario subrayar de nuevo que desde la UNESCO se concibe a estos espacios naturales - como asimismo lo entiende la legislación española (general y autonómica) - como lugares especiales en los que se debe desarrollar un modelo participativo y sostenible para una eficaz gestión de los recursos naturales. Sus objetivos son la conservación de la biodiversidad y del patrimonio cultural; el desarrollo de actividades de investigación; la observación permanente de los fenómenos ambientales; la educación ambiental y, de forma sinérgica e integrada, el desarrollo (sostenible) y mejora de la calidad de vida de la POBLACIÓN LOCAL.

Además, se entiende que su gestión debe incluir a representantes de las instituciones públicas, de las organizaciones de la sociedad civil y de los residentes de la localidad. Es decir que lo que se viene planteando desde hace unos años (desde la legislatura anterior) por parte de determinados colectivos de la sociedad civil organizada, la representación de población local en los órganos de planificación y de gestión no es una gracia que tiene a bien conceder el Cabildo Insular y/o el Gobierno de Canarias, sino una condición imprescindible para alcanzar los objetivos planteados para esta zona de la isla, que no olvidemos abarca cerca de la mitad de su territorio y una buena parte del litoral.