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La post-verdad de la depuración de aguas en España
Para comprender la situación de la gestión hídrica en España, hay que ver el bosque en su conjunto, no quedarse en el árbol, parcelando la dimensión-agua como único agente catalizador del fraude. De hecho, el propio proceso de redacción y aprobación del Plan Hidrológico Nacional (PHN) es un excelente ejemplo del ejercicio autoritario del poder y un modelo de gestión autoritaria del agua, como argumenta el catedrático de Economía Aplicada de la ULL, Dr. Federico Aguilera Klink, en sus artículos: Gestión Autoritaria versus Gestión Democrática del agua (1) y Veinte años (1993-2013) de “política hidrológica” en España: el secuestro de la política pública (2).
La directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas (91/271/CEE) se publicó en el BOE el 21 de mayo de 1991. El fracaso de la política del agua en España se vincula sin pudor a la “dictadura de las constructoras” (artículo publicado por Carlos de Prada (3), es un síntoma que se manifiesta en todos los gobiernos, igual les daba a unos por megaproyectos de trasvase de agua entre comunidades, como a otro llenar las costas de desaladoras que en su mayoría están si funcionar: no es cuestión de repartir bofetadas. El hecho es que los gestores de las Cuencas Hidrográficas en España olvidan -consciente o inconscientemente- las tecnologías que resuelven el problema sin demandar grandes inversiones en infraestructuras: sin lodos, sin combustibles, sin emisiones, sin olores, sin ruidos… sin obsolescencia programada, claro: me refiero a la depuración natural (4).
Desde que la Unión Europea ha subvencionado nuestra convergencia, hemos renunciado a resolver problemas de forma resiliente -con nuestros recursos propios y sin depender de dineros de fuera-, aprovechando nuestra agua residual, imitando en lo posible a la Naturaleza. Como con la depuración natural no se consume suelo, no demanda elevada inversión en infraestructura, -no interesa- ; no se puede rentabilizar con jugosas licitaciones de empresas corruptoras - quizás más que constructoras- (sugiero la lectura del artículo de Federico Aguilera Klink, “¿Geografía del despilfarro o secuestro de la política pública?” (5); no, no es el agua, eso es sólo la superficie de un profundo pozo.
En los países del sur de la UE se ha estandarizado la externalización de las aguas residuales municipales a grandes empresas, concretamente un 90% a dos: AGBAR y FCC; los hechos hablan por sí solos después de las noticias recientes: a golpe de infraestructura no se enmienda el entuerto. La ciudadanía se merece una valorización de todos sus recursos, al menos que se auditen varias posibilidades de resolución, más allá de alimentar el apetito de estos lobbies. Finalmente abonamos unas tasas por depurar “correctamente” -aquí está la enjundia- que van por el desagüe para acabar pervirtiendo el sistema: el agua también tiene puertas giratorias.
Si reconocemos una dificultad en la gestión del agua a nivel municipal, se puede dimensionar la demanda de depuración para disfrutar de una valorización completa, del agua residual y los residuos orgánicos que pueden tratarse conjuntamente. De hecho, se nos cobra un impuesto para una depuración eficiente -que no existe- y Bruselas nos acaba multando: en ambos casos el dinero sale de nuestros bolsillos.
¿Es necesario desalar tanta agua? ¿Se pueden aplicar los principios de la Economía Circular al agua? Tener petróleo para quemar -que no- es una razón peregrina, conseguir dinero para infraestructuras innecesarias, como de “interés estratégico” (sí, ése es el eufemismo), acaba siendo una condena de años de secuestro de la soberanía en la gestión de nuestra agua pública, aunque se 5 publicado en www.lacasademitia.es , el 11/7/18. Proceso de depuración de agua residual: desde el inicio al final. Fuente:J.L. Peraza Cano. empeñen en privatizarla. ¿Será más sostenible una correcta depuración que recircule el agua?
Las desaladoras no son inocuas, el rechazo -salmuera-, un agua muy saturada de sal, demanda de unos diseños adecuados para su dispersión, y además, el inventariado de estos es más bien escaso, según lo recogido en el trabajo de investigación que recientemente he publicado 6 ; por lo tanto, parte de la biota litoral encuentra su ecosistema salinizado, más allá de su capacidad de adaptación. Limitar las bondades de la desalación al coste energético es una visión sesgada de su realidad. Por supuesto que existe desalación con fuentes renovables, pero aún son escasas estas plantas; su tecnología está contrastada como eficiente desde hace décadas: tenemos el conocimiento, pero las reglas del juego dejan a actores importantes fuera de la partida.
Desde Bruselas han pasado de los apercibimientos a las multas, y la ciudadanía ya cuestiona la gestión de nuestra Administración Pública. Empieza a materializarse cierto empoderamiento cívico ante tremenda tropelía, me consta que en la isla de Tenerife hay ejemplo paradigmático: vecinos que quieren depuración natural y gestores que prefieren depuración industrial, empecinados en defender sus “infraestructuras de interés estratégico” que sólo pretenden alimentar a estos lobbies, poniendo la mano para obtener financiación de la UE, como si no fuéramos nosotros también parte activa de esta institución supranacional: hay mejor forma de invertir ese dinero.
Sí es verdad, después de todo, la post-verdad es la descripción -distorsionada y deliberada- de la realidad; en el caso que nos ocupa, podemos concluir que ya no hay quien se trague esta mentira.
1 Publicado originalmente en Archipiélago, 57, pp. 34-42, (2003).
2 Revista de Economía Crítica, nº17, primer semestre 2014, ISNN 2013-5254.
3 La Dictadura de las constructoras, Revista Ecosistemas, nº7 p.7, (1997.
4 El agua residual y los residuos orgánicos se tratan conjuntamente antes de concluir la depuración en unos humedales artificiales subsuperficiales; y el subproducto de la fracción orgánica se convierte en alimento para el suelo. La superficie empleada -menor ratio de superficie por población equivalente- actúa de sumidero de carbono favoreciendo la mitigación de las causas del Cambio Climático. Salida del efluente de la depuradora natural de Los Carrizales (Tenerife). Fuente:J.L. Peraza Cano.
5 Publicado en www.lacasademitia.es el 11/7/08
6 Huella Ecológica del agua industrial: Sostenibilidad versus Resiliencia, Publicia, 2018. ISBN:978-620-2-43063-0.
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