Espacio de opinión de Canarias Ahora
El primer año perdido de Oswaldo Betancort
Oswaldo Betancort llegó al Cabildo con un compromiso firmado ante notario - emulando a Dimas Martín en sus mejores tiempos - dispuesto a resolver desde el primer momento los problemas de Lanzarote.
Esa disposición de la que hizo gala quedó en nada cuando, desde el primer momento, exactamente al cuarto día, renunció a recuperar dos millones de dinero público de Inalsa y del Consorcio del Agua al ordenar al abogado que llevaba el procedimiento que paralizara su actividad para después desistir de manera tácita del mismo. A continuación se subió el sueldo, pretendiendo cobrar más que el presidente de España y dando el espectáculo bochornoso de realizar una encuesta para preguntar si debía cobrar mucho, muchísimo o demasiado. Un inicio que nada tuvo que ver con los problemas de Lanzarote sino más bien con los problemas de Pedro San Ginés y con los suyos propios.
Si ese fue el primer mes después llegaron los meses de las ocurrencias y de las mentiras.
En mi opinión, la mayor ocurrencia y mentira a la que nos ha sometido durante este año ha sido la de repetir de manera incesante “ni un turista más ni un turista menos” mientras concedía dos nuevas licencias para hoteles y una para un complejo de apartamentos, contribuyendo así a la ya existente saturación turística que sufre la isla. Al tiempo, continúa negando el problema generado por la falta de regulación del alquiler vacacional que ha provocado la subida desmesurada del precio de los alquileres de las pocas viviendas disponibles.
Recuerdo que alrededor de su segundo mes de gobierno, Oswaldo Betancort anunció 90 millones de inversión en materia de aguas y la mejora del servicio de abastecimiento de forma inmediata. Otra gran mentira. Los cortes de agua en la isla de Lanzarote son constantes, las pérdidas de agua en la red de abastecimiento son cada vez mayores y las desaladoras no funcionan de forma adecuada. Y por si fuera poco, ahora Canal Gestión pretende revisar al alza las condiciones del contrato de concesión del ciclo integral del agua en Lanzarote, para cobrarnos más por un servicio que no presta, con el silencio cómplice de Oswaldo Betancort.
Donde sí tengo que reconocer que se han producido avances importantes es en materia de fiestas en cuanto a gasto se refiere. El gasto del Saborea del año 2023 dobló al del año anterior y las aportaciones económicas para las fiestas del municipio de Arrecife también han aumentado. Tanto han aumentado que tenemos un escenario permanente en la pista de atletismo de la Ciudad Deportiva, a la que ahora se puede ir a conciertos pero no a hacer deporte.
En definitiva, Oswaldo Betancort en su primer año de gobierno ha demostrado una ausencia total de proyecto de isla y una ocurrencia tras otra para salir del paso mientras despilfarra y desprotege el dinero de los habitantes de la isla.
Ha sido un primer año perdido, pero lo verdaderamente preocupante es que no se perciben signos de que los tres restantes no supongan una nueva decepción.
Oswaldo Betancort llegó al Cabildo con un compromiso firmado ante notario - emulando a Dimas Martín en sus mejores tiempos - dispuesto a resolver desde el primer momento los problemas de Lanzarote.
Esa disposición de la que hizo gala quedó en nada cuando, desde el primer momento, exactamente al cuarto día, renunció a recuperar dos millones de dinero público de Inalsa y del Consorcio del Agua al ordenar al abogado que llevaba el procedimiento que paralizara su actividad para después desistir de manera tácita del mismo. A continuación se subió el sueldo, pretendiendo cobrar más que el presidente de España y dando el espectáculo bochornoso de realizar una encuesta para preguntar si debía cobrar mucho, muchísimo o demasiado. Un inicio que nada tuvo que ver con los problemas de Lanzarote sino más bien con los problemas de Pedro San Ginés y con los suyos propios.