Espacio de opinión de Canarias Ahora
La putrefacción del Partido Popular
La putrefacción, la inmoralidad, le llega al Partido Popular hasta los tuétanos. Le saltan escándalos lunes, miércoles y viernes, pero lo que no les perdono es que los domingos distraigan una jornada futbolera con la dimisión de Esperanza Aguirre. Estaba con la familia comiendo para luego ver el Sevilla-Unión Deportiva -¡que disgusto!- cuando me sonó el móvil y una garganta profunda va y me dice: “Esperanza Aguirre ha dimitido de presidenta del PP de Madrid”. Se me cayó una papa arrugá del tenedor, hice un par de llamadas, y le dije a otro informador en plan serio, en plan broma: “¡Coño, les he dicho a los del PP que los domingos no formen follones, y menos cuando juegue la Unión Deportiva!”. Lo cierto es que tras ver perder al equipo amarillo -¡que desgracia!- me entero que también Ignacio González, secretario general del PP madrileño, dimitió hace un mes en secreto, y Esperanza Aguirre no se lo había comunicado a nadie. Es algo insólito, es como si María Dolores de Cospedal dimitiera en el PP nacional, y Mariano Rajoy no se lo dijera ni a su señora esposa.
Me dice un colega periodista de Madrid que la dimisión de Esperanza Aguirre tiene más profundidades y oscuridades en las sustancia del tuétano del PP, y es que al parecer David Marjaliza, cerebro de la trama Púnica está cantando El ocaso de los Dioses de Wagner desde la Gran Vía a la calle de Alcalá, y que Francisco Granados, el que fuera segundo de a bordo de Aguirre, está filtrando documentos desde la cárcel de Estremera, que por cierto él mismo inauguró y en donde está enchironado desde hace un año y pico, y me dicen que últimamente se ha desmoronado preso de una gran depresión. El Partido Popular está tan putrefacto que en los cenáculos de Madrid se habla que habrá un cataclismo aún mayor en próximas fechas, y que la UCO de la Guardia Civil prepara detenciones que serán sonadas. Lo que ahora los especialistas anticorrupción de la Benemérita investigan es en donde está Ignacio González, y además todo lo relativo a su patrimonio. La dimisión parcial de Esperanza Aguirre –sigue de concejala en el Ayuntamiento de Madrid- no es sólo una venganza contra Mariano Rajoy, está íntimamente relacionada con la corrupción del PP, en la que ella presuntamente ha participado, o al menos consentido. Acción u omisión.
No sólo Mariano Rajoy está contra las cuerdas, a los pies de los caballos, está toda la dirección nacional del partido, todo el gobierno, porque los sumarios de Gürtel, Púnica, Taula, Ritaleaks, Palma Arena, y largo etcétera, son una losa de donde difícilmente va a salir el PP. Lo que resalta ahora mismo con todo lo que está cayendo en la línea de flotación de los “populares” es el ridículo espantoso que está haciendo Fernando Clavijo con la reunión con José Manuel Soria para darle a conocer al ministro de la Industria y el Petróleo los planes del Gobierno canario para dar a conocer en el extranjero las ventajas económicas y fiscales de Canarias, o como algunos la han denominado, la internacionalización del Archipiélago. Denota un despiste tremendo Clavijo, que sigue con su buen rollito, en este caso intentando hacer méritos para en el futuro ingresar en el Partido Popular cuando CC entre en barrena, porque no se entiende esta reunión con Soria, que ni es ministro de Economía, y además está con una pata fuera del Gobierno. Desde que está buscando su auto por toda La Laguna, Clavijo en política no da una a derechas. Como tampoco da en el clavo su mentora y protectora, Ana Oramas, que se ha significado públicamente en contra de Podemos, y un sector de CC, con José Miguel Barragán a la cabeza, están con los cuchillos afilados contra la diputada nacional. Todavía algunos no se han dado cuenta, o no quieren darse cuenta, de que el Partido Popular va a tener que ir a una refundación, incluso a cambiar de nombre, que ya en estos procesos tuvo la experiencia inicial de Alianza Popular, y luego Coalición Popular.
La putrefacción, la inmoralidad, le llega al Partido Popular hasta los tuétanos. Le saltan escándalos lunes, miércoles y viernes, pero lo que no les perdono es que los domingos distraigan una jornada futbolera con la dimisión de Esperanza Aguirre. Estaba con la familia comiendo para luego ver el Sevilla-Unión Deportiva -¡que disgusto!- cuando me sonó el móvil y una garganta profunda va y me dice: “Esperanza Aguirre ha dimitido de presidenta del PP de Madrid”. Se me cayó una papa arrugá del tenedor, hice un par de llamadas, y le dije a otro informador en plan serio, en plan broma: “¡Coño, les he dicho a los del PP que los domingos no formen follones, y menos cuando juegue la Unión Deportiva!”. Lo cierto es que tras ver perder al equipo amarillo -¡que desgracia!- me entero que también Ignacio González, secretario general del PP madrileño, dimitió hace un mes en secreto, y Esperanza Aguirre no se lo había comunicado a nadie. Es algo insólito, es como si María Dolores de Cospedal dimitiera en el PP nacional, y Mariano Rajoy no se lo dijera ni a su señora esposa.
Me dice un colega periodista de Madrid que la dimisión de Esperanza Aguirre tiene más profundidades y oscuridades en las sustancia del tuétano del PP, y es que al parecer David Marjaliza, cerebro de la trama Púnica está cantando El ocaso de los Dioses de Wagner desde la Gran Vía a la calle de Alcalá, y que Francisco Granados, el que fuera segundo de a bordo de Aguirre, está filtrando documentos desde la cárcel de Estremera, que por cierto él mismo inauguró y en donde está enchironado desde hace un año y pico, y me dicen que últimamente se ha desmoronado preso de una gran depresión. El Partido Popular está tan putrefacto que en los cenáculos de Madrid se habla que habrá un cataclismo aún mayor en próximas fechas, y que la UCO de la Guardia Civil prepara detenciones que serán sonadas. Lo que ahora los especialistas anticorrupción de la Benemérita investigan es en donde está Ignacio González, y además todo lo relativo a su patrimonio. La dimisión parcial de Esperanza Aguirre –sigue de concejala en el Ayuntamiento de Madrid- no es sólo una venganza contra Mariano Rajoy, está íntimamente relacionada con la corrupción del PP, en la que ella presuntamente ha participado, o al menos consentido. Acción u omisión.