Quita tus sucias zarpas de la bandera

Como no le ha gustado nada el recadito que le ha dado José Miguel Pérez, al advertirle que no permitirá que ponga ?ni él ni ATI- sus sucias zarpas (sic) en el aeropuerto grancanario, el clon de Aznar, al que le pega más el acento tejano que al castellano (“estamos trabajando en ello”), se ha puesto borde, como en él es habitual y ha querido mofarse del socialista.

“Los socialistas nos tratan como si fuéramos menores”, ha dicho refiriéndose a la vindicada gestión aeroportuaria. ¿Ah, sí? ¿Dónde estaban Aznar y su clon en los ocho años consecutivos en los que el PP gobernó España? Jamás Soria reivindicó la gestión de los aeropuertos canarios al Gobierno central, y eso que los populares gobernaban en España y en Canarias al mismo tiempo. ¿Nos trataba Aznar a los canarios como si fuéramos niños chicos? ¿Era acaso Soria un niño chico por aquel entonces o se acojonaba ante sus correligionarios centralistas? ¿Sigue siendo hoy un niño chico, un mocoso imberbe?

Este hombre es muy gracioso. Se crece siempre ante la adversidad de sus contrincantes, como esos patéticos gladiadores de lucha libre que sueltan por la boca improperios antes de caer de bruces sobre la lona. En cambio, con los suyos es un acojonadito. Con los suyos superiores, los de la metrópoli, porque a los de aquí los tiene a palo y zanahoria.

Ahora al bigotudo altanero se le sube el ego y reivindica, chulesco y a voz en grito, la gestión de unos aeropuertos que nunca se atrevió a pedir cuando Aznar gobernó ocho años seguidos.

Es como lo del etarra De Juana Chaos. Los populares exigen al Gobierno ahora que cambie las leyes, pero ellos no se atrevieron a hacerlo en sus dos mandatos consecutivos, el segundo con mayoría absoluta.

Ahora piden que el bellaco terrorista siga en la cárcel, pasándose la ley a la torera, o que en el peor de los casos se le destierre a ultramar (¿lo mandamos a Fuerteventura, como Unamuno?). Lo que no dicen en el PP es que Aznar abrió el diálogo con el “Movimiento Vasco de Liberación Nacional” (sic), excarceló a muchos etarras, los acercó al País Vasco y sólo le faltó dar a cada uno un kit de supervivencia.

Los desmemoriados populares, con Soria a la cabeza, no se acuerdan de todo aquello, y por eso el consejero de Economía y Hacienda pide ahora a Pérez que vuelva a colocar la ridícula bandera de 360.000 euros que pagamos todos los grancanarios de manera absurda e inútil. ¿Se le ocurrirá levantar una bandera de Canarias aún mayor y multiplicando su coste por siete desde su atalaya vicepresidencial del Gobierno?

Las tonterías que hay que decir con tal de correr el tupido vela de una bandera en la que Soria se envuelve folclóricamente como una Isabel Pantoja de pacotilla para desviar la atención de lo esencial. Qué contento está el PSOE de que este hombre siga presidiendo los destinos del PP canario durante los próximos años. Los que deben estar llorando son sus propios correligionarios, que no levantan cabeza.

Como no le ha gustado nada el recadito que le ha dado José Miguel Pérez, al advertirle que no permitirá que ponga ?ni él ni ATI- sus sucias zarpas (sic) en el aeropuerto grancanario, el clon de Aznar, al que le pega más el acento tejano que al castellano (“estamos trabajando en ello”), se ha puesto borde, como en él es habitual y ha querido mofarse del socialista.

“Los socialistas nos tratan como si fuéramos menores”, ha dicho refiriéndose a la vindicada gestión aeroportuaria. ¿Ah, sí? ¿Dónde estaban Aznar y su clon en los ocho años consecutivos en los que el PP gobernó España? Jamás Soria reivindicó la gestión de los aeropuertos canarios al Gobierno central, y eso que los populares gobernaban en España y en Canarias al mismo tiempo. ¿Nos trataba Aznar a los canarios como si fuéramos niños chicos? ¿Era acaso Soria un niño chico por aquel entonces o se acojonaba ante sus correligionarios centralistas? ¿Sigue siendo hoy un niño chico, un mocoso imberbe?