Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Rajoy aguantó sólo un tiempo

Cayó Rajoy, y cayó peleando -fue una derrota quizás más amplia que en el primer partido- pero ambos contendientes se prepararon mejor, construyeron mejor sus discursos, captaron mejor la atención del ciudadano medio. Pero dos debates no arreglan una legislatura y Rajoy, aunque lo intentó, no pudo a mi juicio despegarse de ese atavismo con el que el PP se ha puesto la capa de caballero católico español al que le importa más una idea de España -la suya, claro- que perder un debate, o lo que es peor, unas elecciones. Eso le dicen sus asesores y cuando uno pretende jugar sólo de cara a la galería -su galería- y desprecia olímpicamente a la afición del adversario -aunque vaya por delante en esta absurda liga televisiva y mediática- pasa lo que pasa. Y lo que ocurre es que, tras el debate de ayer, el PP no sólo ha perdido la discusión sino la última oportunidad de ganar las elecciones.

Federico Utrera

Cayó Rajoy, y cayó peleando -fue una derrota quizás más amplia que en el primer partido- pero ambos contendientes se prepararon mejor, construyeron mejor sus discursos, captaron mejor la atención del ciudadano medio. Pero dos debates no arreglan una legislatura y Rajoy, aunque lo intentó, no pudo a mi juicio despegarse de ese atavismo con el que el PP se ha puesto la capa de caballero católico español al que le importa más una idea de España -la suya, claro- que perder un debate, o lo que es peor, unas elecciones. Eso le dicen sus asesores y cuando uno pretende jugar sólo de cara a la galería -su galería- y desprecia olímpicamente a la afición del adversario -aunque vaya por delante en esta absurda liga televisiva y mediática- pasa lo que pasa. Y lo que ocurre es que, tras el debate de ayer, el PP no sólo ha perdido la discusión sino la última oportunidad de ganar las elecciones.

Federico Utrera