Espacio de opinión de Canarias Ahora
Reforma a toda costa
Solo en Canarias se cuenta con 1300 km. de costa. Representa el 20% de la totalidad del litoral del Estado. La protección y conservación es de vital importancia para los habitantes isleños. Económicamente es un activo para el turismo, pesca, ocio de playa y trabajos portuarios. Son casi todas las costas canarias, uno de los factores que más presiones recibe desde todos los sectores empresariales, sobremanera los especuladores del suelo, para que se flexibilicen en unas leyes más arbitrarias (por no apuntar, en salvajes).
El actual ministro de Medio Ambiente, y de otras carteras, es un experimentado, en usos y costumbres con solera propia, a la imposición legislativa por lo civil o militar. Su opinión prevalece por encima de todo. En otrora etapa como ministro, del gabinete que también formó parte, sus alocuciones eran por las bravas, bajo los autoritarismos más arcaicos. Mencionaba, en una de sus feraces leyes pasadas, que la impondría, haciendo alusión a sus viriles órganos de producción de espermatozoides. De esta manera atemorizaba a los negados contrarios a su eficacísima forma de implantar sus leyes (¿?para el bien común?). Leyes más que jurídicas, lactosas.
Esta 'profunda reforma' que desea imponer, de la Ley de Costas que rige desde 1988, es una consecuencia de la presiones de los especuladores, y sobremanera de Coalición Canaria, que desde tiempo ha, intenta en vano que se modifique en Madrid (habiendo hecho una reforma de costas, que le fue denegada en la Villa y Corte, por incompetencia en este asunto no transferido). Siendo aplaudidas las palabras, del ministro de los ovoides, con las orejas. Ya se encargaron estos depredadores de la naturaleza de descatalogar muchas especies de flora marina (con el deplorable apoyo del Gobierno del PSOE), para poder construir el adefesio e inoperante, científicamente demostrado, del puerto de Granadilla. Otro pelotazo empresarial, aunque no sirva para el atraque de buques, durante gran parte del año, por lo fuertes vientos.
Que no alberguen los afectados, que esto será un regalo del ministro testicular y de CC, para que las 398 viviendas en la provincia de Las Palmas; y 551 en la de Santa Cruz de Tenerife; de los barrios marineros de Tufia, Ojos de Garza, en Gran Canaria; Bajo la Cuesta y Cho Vito en Tenerife; El Golfo y La Santa, en Lanzarote; y en La Palma, Las Bombillas, próximas a los derribos por ser casas ilegales en la costa. Que han sido permitidas por las autoridades de turno, mirando a las estrellas y obviando la legalidad vigente, No, en absoluto. Esta es otra penosa excusa, del sainete para generar empleos. Sí genera atentados por el bárbaro cemento y la inmisericorde transformación de los ecosistemas costeros, por la especulación de las costas del Estado. Como si fueran poco las atrocidades cometidas, por tanto desalmado en atentar contra la conservación del medio natural rural y marino.
Mucho más espigones y alteración del paisaje costero serán los que surjan si esta ley, ¡por ?!, del ministro aludido, con su verborrea de feriante, se hace legalidad y derogue la anterior, se dañarán, aún más, las costas y todo su ecosistema. Por si fuera poco la ruina ecológica que, por ejemplo, se ha producido en la linda playa de Maspalomas (entre puertos deportivos, hamacas y chiringuitos sobre la playa), perdiendo cada año 44.000 metros cúbicos de la rubia arena de sus dunas; alteración de los vientos y corrientes marinas. Otra mendaz tropelía, para contentar a los ciegos en la lóbrega noche, haciéndoles ver la luz donde no existe. Mientras seguiremos lapidando nuestro entorno costero con el hormigón.
Teo Mesa
Solo en Canarias se cuenta con 1300 km. de costa. Representa el 20% de la totalidad del litoral del Estado. La protección y conservación es de vital importancia para los habitantes isleños. Económicamente es un activo para el turismo, pesca, ocio de playa y trabajos portuarios. Son casi todas las costas canarias, uno de los factores que más presiones recibe desde todos los sectores empresariales, sobremanera los especuladores del suelo, para que se flexibilicen en unas leyes más arbitrarias (por no apuntar, en salvajes).
El actual ministro de Medio Ambiente, y de otras carteras, es un experimentado, en usos y costumbres con solera propia, a la imposición legislativa por lo civil o militar. Su opinión prevalece por encima de todo. En otrora etapa como ministro, del gabinete que también formó parte, sus alocuciones eran por las bravas, bajo los autoritarismos más arcaicos. Mencionaba, en una de sus feraces leyes pasadas, que la impondría, haciendo alusión a sus viriles órganos de producción de espermatozoides. De esta manera atemorizaba a los negados contrarios a su eficacísima forma de implantar sus leyes (¿?para el bien común?). Leyes más que jurídicas, lactosas.