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Iconoclastia

Reza, Rosario

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Si los jueces quieren que se les respete tienen que empezar ellos por respetar a los demás y a sí mismos. No se puede acusar a los políticos desde la Judicatura al tiempo que los jueces se comportan de manera parcial y partidista. Si los jueces están realmente interesados en que se cumpla escrupulosamente la separación de poderes tienen que evitar primero su injerencia en los otros poderes del Estado. 

Los enfrentamientos pueriles entre el gobierno y el Poder Judicial o de este con el Parlamento son inadmisibles. Si la Magistratura quiere presumir de independencia tendría que comportarse de una manera diferente a cómo lo está haciendo ahora. El respeto se gana y no se regala. 

Peinado, un juez que tuvo cargos con el PP y es padre de una concejal del PP, no puede ser justo e independiente cuando, en vez de inhibirse, se muestra tan interesado en abrir unas diligencias raudamente a Begoña Gómez, desmintiendo de paso aquello de que la justicia es muy lenta y por eso no es justa, aunque tampoco es justa la justicia hiperdiligente y precoz que se muestra interesada en acabar un caso cuando este está empezando. Todo tiene su tiempo. 

Es evidente que el juez Peinado no tiene ninguna autoridad moral para investigar a Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, porque está contaminado por su afinidad al principal partido de la oposición. Algo parecido a lo que le ocurría al juez García Castellón, que fue nombrado Juez de enlace en Europa por un gobierno del PP. 

Cualquier otro juez que no estuviese pringado por la polémica podría perfectamente abrir diligencias si considera que la denuncia tiene algún peso, que en el caso de Gómez parece que no ya que los indicios son demasiado débiles como para investigarla judicialmente.

Ese juez del PP, que se ha dado tanta prisa en agilizar el caso de Begoña Gómez, se ha apresurado hasta en la citación de la mujer del presidente. En democracia siempre hay una ley no escrita que señala que los jueces no deben interferir en los procesos electorales. 

El juez ha emplazado a Gómez para julio, por lo que no tiene ningún sentido hacer pública la citación justo en vísperas de las elecciones europeas del próximo domingo. No hay que ser muy listo, sino tener simplemente sentido común o sensatez, para colegir que la actuación del juez Peinado es partidista y parcial. 

Por si eso fuera poco, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha autorizado una manifestación religiosa de ultra católicos junto a la sede del PSOE para rezar el rosario en voz alta a ver si los potenciales votantes socialistas se arrepienten de sus pecados y se lo piensan mejor antes de emitir su voto. 

Lo más curioso es que para estos días se han prohibido otras manifestaciones y concentraciones, ajenas incluso a la política, por lo que no interferían en las jornadas de reflexión y voto de las elecciones europeas. 

En este país está permitido que un grupo de cerebrados te dé el tostón a la puerta de tu casa durante el sábado de reflexión y el domingo de votación. Para esta gente marciana el rezo del rosario es un misterio de gozo o de gloria, aunque para muchos siga siendo de dolor. País, que diría el gran Forges. 

Devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás. Hay gente que cree que los problemas del mundo se arreglan rezando pero la humanidad lleva muchos siglos orando y los problemas no solo siguen sino que se agrandan.

Es inexplicable que unos creyentes quieran resolver los problemas acosando a los adversarios. Creía que eso se aprendía en primero de catecismo. 

Si los jueces quieren que se les respete tienen que empezar ellos por respetar a los demás y a sí mismos. No se puede acusar a los políticos desde la Judicatura al tiempo que los jueces se comportan de manera parcial y partidista. Si los jueces están realmente interesados en que se cumpla escrupulosamente la separación de poderes tienen que evitar primero su injerencia en los otros poderes del Estado. 

Los enfrentamientos pueriles entre el gobierno y el Poder Judicial o de este con el Parlamento son inadmisibles. Si la Magistratura quiere presumir de independencia tendría que comportarse de una manera diferente a cómo lo está haciendo ahora. El respeto se gana y no se regala.