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Las risas de Camps y Soria

La foto de ambos dos partidos de risa fue tomada en Palma durante el acto pepero de presentación de candidatos. Figuran, los dos, además, entre los firmantes del compromiso del PP para la regeneración política y la lucha contra la corrupción, etcétera, etcétera, etcétera (risas y aplausos), que viene a ser la repetición de dos o tres documentos anteriores por el estilo que, como los programas electorales, están para no cumplirlos. O sea, que se reían en la tranquilidad de que tampoco esta vez va en serio. Prometen “transparencia”, pero me da que quisieron decir “tramparencia”, que es lo mismo pero en más oscuro y exacto.

Camps, ya saben, fue aclamado por los concurrentes a la reunión en la que se pidió, manda huevos trillados, “celeridad” en la lucha contra la corrupción; como si fuera poca celeridad que los primeros en ir al banquillo por lo de Gürtel no sean los imputados sino el juez Garzón, que tiró de la manta, y Ángel Luna, el parlamentario psocialista valenciano que ha tenido la osadía de tocarle las partes húmedas al honorable Camps. No niego que puedan haber razones de procedimiento o las que sean, pero no me nieguen ustedes que es toda una alegoría de la Justicia.

Llegado a este punto entiendo mejor las risas de Camps y Soria en la foto de Mallorca: se ríen de nosotros. Camps por salirse con la suya y Soria porque está convencido de que obtendrá la presidencia como premio a sus desmanes gestores. Pretende quedarse con la piel del oso antes de cazarlo sin reparar en que lo suyo es la pesca. Algo grave le pasa a la democracia para que semejante sujeto se permita gallear.

Y acabo con un apunte nuclear. No hace mucho, Rajoy se proclamó partidario de la energía nuclear. Pero, como es tan gafe como Pepe Vélez, se encontró con el desastre de Japón. Al ser preguntada al respecto, Dolores de Cospedal, segunda de Rajoy, puso cara de quien acaba de descubrir el Mediterráneo y contestó que el PP estaría a lo que dijeran los técnicos y punto; lo que tranquiliza pues al menos podemos estar seguros que no le encomendarán las decisiones en la materia a licenciados en Filosofía y Letras. Como pedía Mafalda, paren el mundo que quiero bajarme.

La foto de ambos dos partidos de risa fue tomada en Palma durante el acto pepero de presentación de candidatos. Figuran, los dos, además, entre los firmantes del compromiso del PP para la regeneración política y la lucha contra la corrupción, etcétera, etcétera, etcétera (risas y aplausos), que viene a ser la repetición de dos o tres documentos anteriores por el estilo que, como los programas electorales, están para no cumplirlos. O sea, que se reían en la tranquilidad de que tampoco esta vez va en serio. Prometen “transparencia”, pero me da que quisieron decir “tramparencia”, que es lo mismo pero en más oscuro y exacto.

Camps, ya saben, fue aclamado por los concurrentes a la reunión en la que se pidió, manda huevos trillados, “celeridad” en la lucha contra la corrupción; como si fuera poca celeridad que los primeros en ir al banquillo por lo de Gürtel no sean los imputados sino el juez Garzón, que tiró de la manta, y Ángel Luna, el parlamentario psocialista valenciano que ha tenido la osadía de tocarle las partes húmedas al honorable Camps. No niego que puedan haber razones de procedimiento o las que sean, pero no me nieguen ustedes que es toda una alegoría de la Justicia.