Espacio de opinión de Canarias Ahora
Nada de sorpresas
El PSOE ha vuelto a ganar en Canarias por segunda vez en menos de un año, a la vez que el PP y Coalición Canaria experimentan una notable caída en el apoyo popular. Es cierto que las de este domingo no fueron elecciones autonómicas, que ésas se celebraron en 2007, pero del mismo modo que entonces no se podía trasladar el resultado a la Carrera de San Jerónimo, quedó claro como ahora que los canarios dieron la espalda al pacto Rivero-Soria.
Ninguno de los dos socios se ha propuesto hacer autocrítica: Rivero, porque ve salvado el tipo con los dos diputados por Santa Cruz de Tenerife, su feudo natural, el que se ha comprometido con Soria a salvar de la debacle. Y el presidente del PP canario porque con su empate a cuatro en la provincia de Las Palmas, pese a la notable caída en el número de votos y el espectacular triunfo de López Aguilar, tiene argucias dialécticas para decir que aquí no ha pasado nada.
Pero ha pasado y mucho. Al PP canario le ha salvado de una derrota más sonora Cristina Tavío, que ha sabido hacerse con los votos que ATI perdió en Tenerife a pesar de los continuos desplantes de su jefe regional, mientras que Coalición Canaria ve reducida su presencia a esa misma circunscripción, donde sufre incluso la humillación de perder plaza en el Senado, nada menos que la que tenía en propiedad Ricardo Melchior.
En la provincia de Las Palmas, su granero, su finca que parecía vitalicia, José Manuel Soria pierde a manos de Juan Fernando López Aguilar, que experimenta la mayor subida en respaldo popular de toda España y se vuelve a colocar como un valor seguro para Rodríguez Zapatero. Dos en uno.
Pero ni Soria ni Rivero quieren pensar más allá de sus propios intereses y los de los miles de paniaguados que han de mantener enchufados en la Administración autonómica para que el invento siga funcionando. Por eso no va a haber sorpresas, por mucho que Canarias siga padeciendo la injusticia de un Gobierno formado a espaldas de sus ciudadanos.
El PSOE ha vuelto a ganar en Canarias por segunda vez en menos de un año, a la vez que el PP y Coalición Canaria experimentan una notable caída en el apoyo popular. Es cierto que las de este domingo no fueron elecciones autonómicas, que ésas se celebraron en 2007, pero del mismo modo que entonces no se podía trasladar el resultado a la Carrera de San Jerónimo, quedó claro como ahora que los canarios dieron la espalda al pacto Rivero-Soria.
Ninguno de los dos socios se ha propuesto hacer autocrítica: Rivero, porque ve salvado el tipo con los dos diputados por Santa Cruz de Tenerife, su feudo natural, el que se ha comprometido con Soria a salvar de la debacle. Y el presidente del PP canario porque con su empate a cuatro en la provincia de Las Palmas, pese a la notable caída en el número de votos y el espectacular triunfo de López Aguilar, tiene argucias dialécticas para decir que aquí no ha pasado nada.