Espacio de opinión de Canarias Ahora
Al sucesor del sucesor de 'Txeroki', Rubalcaba ya lo está buscando
ETA ya no tiene departamentos estancos. Su apoyo social es mucho más débil: Euskadi no arde por los cuatro costados cuando los asesinos entran en el talego. La vida sigue cada vez que se detiene a un nuevo asesino.
Lejos de cualquier triunfalismo hay que estar preparados para la respuesta porque ETA seguramente volverá a matar, sólo para tratar de convencernos a nosotros, y sobre todo convencer a sus seguidores, de que siguen vivos. Y la forma de manifestar la vida es para ellos la muerte. Por tanto, estemos preparados para otra jornada de luto que es el precio inevitable que la sociedad civil tiene que pagar para ganar esta guerra.
No sólo no hay que bajar la guardia sino apretar la cuerda. Estudiar si hay una forma legal de desarticular la presencia de los socios de ETA en los ayuntamientos vascos. Intensificar la protección de quienes estén más amenazados, sabiendo que al estarlo todos los que no comulgamos con ETA, a la postre todos somos sus objetivos. Estar vigilantes para que los optimistas crónicos no vuelvan a caer en la tentación de que hay atajos para acabar con ETA por la vía de la negociación. Lanzar el mensaje claro de que la única conversación -que no negociación- posible con estos miserables asesinos es el tamaño de sus celdas y la rigidez de su presidio. Ya no hay vuelta atrás posible y la campaña es sin cuartel dentro de la más estricta legalidad pero sin piedad alguna.
El sucesor del sucesor de Txeroki volverá a ordenar matar. Y es muy posible que un asesino a su servicio acabe con la vida de otro español. Pero nosotros sabemos que ahora mismo hay un montón de cobardes asesinos que no pueden dormir por la noche porque no saben el alcance de las palabras del ministro de Interior cuando dice: “sea quien sea el sucesor del sucesor de Txeroki, tiene que saber que ya le estamos buscando”.
* Periodista y analista político de elplural.com elplural.com
Carlos Carnicero*
ETA ya no tiene departamentos estancos. Su apoyo social es mucho más débil: Euskadi no arde por los cuatro costados cuando los asesinos entran en el talego. La vida sigue cada vez que se detiene a un nuevo asesino.
Lejos de cualquier triunfalismo hay que estar preparados para la respuesta porque ETA seguramente volverá a matar, sólo para tratar de convencernos a nosotros, y sobre todo convencer a sus seguidores, de que siguen vivos. Y la forma de manifestar la vida es para ellos la muerte. Por tanto, estemos preparados para otra jornada de luto que es el precio inevitable que la sociedad civil tiene que pagar para ganar esta guerra.