La sustantividad del pueblo canario en política

La propia pregunta sobre si existe un nacionalismo político en Canarias genera suspicacias, en tanto en cuanto el protagonismo por antonomasia de lo que significa este espectro político lo patrocina una formación política de marcado carácter regionalista.

Las diferentes posturas alrededor de una diferenciación entre el canario y el no canario son de sobra conocidas y, aunque han tenido un difícil encaje institucional por sí mismas, siempre han tenido su propio lugar y se han ido colando incluso dentro de los posicionamientos de las organizaciones políticas estatales.

En este tipo florecer político está asociado a la naturaleza mestiza y pluri-identitaria de la sociedad canaria, que con mayor o menor éxito ha conducido su forma de ser a través de las instituciones. Además de las propias diferencias culturales entre canarios por generaciones y canarios asimilados, debe también saberse que la propia situación geográfica diferenciada de Europa necesita de un arbitrio distinto en tantas materias comunes. 

Si bien en Nueva Canarias o Drago anidan propuestas claramente enfocadas en un entendimiento de Canarias como nación dentro de la pluralidad de naciones del Estado, en Coalición Canaria no podemos decir lo mismo, en tanto en cuanto conviven dentro de la formación diferentes posturas, entre las que destacan mucho más las regionalistas que las nacionalistas, por eso no deja de ser cansado y sorprendente que desde todas las tribunas se llame y se les considere “los nacionalistas canarios”, en tanto ni quieren nacionalizar canariamente a los habitantes de esta tierra, ni nacionalizar tampoco cualquier otra cosa susceptible de nacionalización.

Para entenderlo con mesura, CC viene a decirte: “España está muy bien, pero lo mío está mejor; yo soy distinto”. Ese no es un planteamiento propio de un nacionalista, sino de un regionalista, en tanto su voluntad es que lo canario esté más presente dentro de un modelo que se performa como unidad y referencia, como es para ellos España.

Estas propuestas políticas evolucionan constantemente y, si bien con el tiempo es posible que veamos una mayor voluntad de diferenciación de los canarios frente a los que no lo son, que lo veremos ahora con detenimiento en elecciones europeas, las organizaciones protagonistas serán un poco las mismas, con una presencia fuerte de CC, con Nueva Canarias y sus socios consolidándose como cuarta fuerza política y un Vox asomado al quinto puesto en diálogo constante con un Parlamento de Canarias con cada vez menos consensos. Regionalismo liberal con base en Tenerife y La Palma, y nacionalismo ecologista y de izquierdas con base en Gran Canaria y Lanzarote.

La polémica está servida en el archipiélago, y la diferenciación de ideas y propuestas cada vez más presente. Hay una constante lógica actual en extremar las posiciones que diferencian a los canarios de los extranjeros, digamos al pueblo canario de lo distinto, al residente del que no es residente, en tanto en cuanto el gran progreso y fortalecimiento económico que experimenta nuestra sociedad en los últimos años nos está llevando a aumentar el valor añadido de lo que somos, haciéndonos consciente de que la demanda no puede ser eterna, y que para controlarla, la oferta debe subir su precio, siempre en la mentalidad de vendernos hacia fuera, pues nosotros somos tan pobres, que ni siquiera podríamos comprar lo que vendemos.

Toda esta retórica va siempre hilada a la voluntad de que el canario se dé cuenta de que si privilegia su estatus, podrá vender al distinto lo que para sí solo cuida y disfruta, su tierra, la tierra de los canarios, una tierra con tanto tanto que poner en la dirección del interés colectivo y general, del interés de lo común, de lo que todos somos por igual.