Espacio de opinión de Canarias Ahora
De Las Teresitas a La Favorita
Pero, digan lo que digan, el hecho es que la empresa Inversiones Las Teresitas adquirió la zona por 5.500 millones de pesetas y poco después se la vendió al Ayuntamiento en 8.750; con lo que obtuvo, de una mano a la otra, un beneficio de 3.259 millones salidos de la caja municipal. Dado que, encima, el Ayuntamiento sólo compró el 10% de aquel suelo, casualmente el no susceptible de aprovechamiento urbanístico, el vendedor podrá redondear el pelotazo con mayores resultas. Diz que hubo un compromiso de las partes para fijar el precio de la operación. Estupendo. Las preguntas se imponen: ¿Por qué no adquirió Zerolo la totalidad de Las Teresitas por 5.500 millones y permitió adelantarse a una mercantil privada, a la que pagaría luego 8.750 por sólo el 10% de su superficie? Misterio. ¿Por qué fue un grupo ecologista quien pechó con los recursos? ¿Por qué los demás partidos, incluido el PSC, apoyaron la operación? Más misterio. No entro en derivaciones penales que no me incumben. Y en cuanto a que el fallo se publicara en tiempo electoral, subrayaré que de todo han dicho y hecho (en Canarias, of course) los políticos en pro y en contra; salvo dar explicaciones a la misma ciudadanía a la que se le pide ahora el voto. Llevado por mi manía al macho Soria (que acaba, por cierto, de posar en La Graciosa para el calendario adulto 2008 de la Caja), traigo de nuevo a colación el caso de La Favorita dada la similitud de modus operandi. Como saben, Jorge Rodríguez, hombre de Soria total, había ofertado el inmueble al precio en que lo adquiriera Santana Cazorla, quien se lo vendería al Ayuntamiento de Las Palmas por el doble de lo que había pagado. Tampoco se ha explicado la compra de La Favorita. Otro misterio. Su única consecuencia ha sido la condena de Carlos Sosa, director de este periódico, que informó del asunto. La sentencia está recurrida y ya veremos en qué acaba. De momento, disponen ustedes de datos para sacar sus conclusiones. Yo acabo aquí porque tengo hora con el psiquiatra y se me hace tarde; que ando loco diferenciando ÂconfianzaÂ, todo junto, de Âcon fianzaÂ. Grave trastorno, presumo.
Pero, digan lo que digan, el hecho es que la empresa Inversiones Las Teresitas adquirió la zona por 5.500 millones de pesetas y poco después se la vendió al Ayuntamiento en 8.750; con lo que obtuvo, de una mano a la otra, un beneficio de 3.259 millones salidos de la caja municipal. Dado que, encima, el Ayuntamiento sólo compró el 10% de aquel suelo, casualmente el no susceptible de aprovechamiento urbanístico, el vendedor podrá redondear el pelotazo con mayores resultas. Diz que hubo un compromiso de las partes para fijar el precio de la operación. Estupendo. Las preguntas se imponen: ¿Por qué no adquirió Zerolo la totalidad de Las Teresitas por 5.500 millones y permitió adelantarse a una mercantil privada, a la que pagaría luego 8.750 por sólo el 10% de su superficie? Misterio. ¿Por qué fue un grupo ecologista quien pechó con los recursos? ¿Por qué los demás partidos, incluido el PSC, apoyaron la operación? Más misterio. No entro en derivaciones penales que no me incumben. Y en cuanto a que el fallo se publicara en tiempo electoral, subrayaré que de todo han dicho y hecho (en Canarias, of course) los políticos en pro y en contra; salvo dar explicaciones a la misma ciudadanía a la que se le pide ahora el voto. Llevado por mi manía al macho Soria (que acaba, por cierto, de posar en La Graciosa para el calendario adulto 2008 de la Caja), traigo de nuevo a colación el caso de La Favorita dada la similitud de modus operandi. Como saben, Jorge Rodríguez, hombre de Soria total, había ofertado el inmueble al precio en que lo adquiriera Santana Cazorla, quien se lo vendería al Ayuntamiento de Las Palmas por el doble de lo que había pagado. Tampoco se ha explicado la compra de La Favorita. Otro misterio. Su única consecuencia ha sido la condena de Carlos Sosa, director de este periódico, que informó del asunto. La sentencia está recurrida y ya veremos en qué acaba. De momento, disponen ustedes de datos para sacar sus conclusiones. Yo acabo aquí porque tengo hora con el psiquiatra y se me hace tarde; que ando loco diferenciando ÂconfianzaÂ, todo junto, de Âcon fianzaÂ. Grave trastorno, presumo.