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Terror y tortura en los circos con animales

Llega una vez más el terror y la tristeza de los circos con animales a Las Palmas de Gran Canaria, sus regidores municipales de nuevo han autorizado que el espectáculo más degradante del mundo inunde las calles con la imagen de la desgraciada elefanta Dumba, un ser mágico que no se merece ese trato, que debería vivir feliz y que ha sufrido los adiestramientos más salvajes por parte de sus domadores, seguramente desde que era un bebé. Estas aberraciones en los adiestramientos las podemos observar en cualquier imagen de YouTube, donde estos personajes sin escrúpulos maltratan para conseguir que hagan sus ridículas piruetas absolutamente antinaturales, humillantes, que consiguen que a base de palos, garrotes con clavos y otros instrumentos de tortura que animales como los tigres y leones atraviesen aros de fuego o que elefantes monten en bicicleta, agachando la cabeza de miedo ante el criminal látigo.

Los circos no pueden ni de lejos atender las necesidades naturales de los animales: giras interminables, viajes larguísimos, encadenamiento de una pata trasera y delantera que solo les permite tumbarse, levantarse o arrastrarse adelante o atrás en sus minúsculas jaulas. Traslados aprisionados dentro de camiones-jaula, donde sólo pisan tierra durante el cruel entrenamiento o los escasos minutos de su número, soportar el frío del invierno o el fuerte calor del verano, sin luz, sin apenas ventilación y rodeados de excrementos, manteniéndolos sedientos para que durante los viajes orinen menos y no se ensucie tanto la jaula, la bodega del barco o el habitáculo del camión.

No es cierto como dicen estos mercaderes del maltrato que los animales vivan más tiempo en un circo, la media de vida, por ejemplo, de un elefante en su medio natural es de 70 años, pero en cautividad no supera los 14 o 15 años. La falta de ejercicio, el estrés del encierro casi permanente, la obligación de hacer piruetas antinaturales, el maltrato constante de los domadores; les hace pasar una vida marcada por la tristeza y el miedo, sin apenas relación con los otros de su especie, aguantando golpes de las varas, de las estacas con pinchos, látigos, etcétera. Todo un conglomerado de acciones que vejan y quitan la dignidad a cualquier ser vivo, que nació para ser libre, no para ser enjaulado y utilizado para beneficio económico de ciertos empresarios circenses.

Afortunadamente cada vez más se les cierran las puertas en la Unión Europea a los circos con animales, muchos países como Austria, Holanda, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Suiza, Argentina, India o ciudades como Barcelona entre otras, los han prohibido, declarando su territorio como libre de espectáculos con animales.

Solo desde administraciones públicas gestionadas por políticos incultos y sin empatía con los seres vivos se sigue apoyando un espectáculo dantesco y triste. En este caso el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria colabora con su infraestructura y suelo público pagado por la ciudadanía, cediendo gratuitamente sus espacios y logística para que se siga explotando a los animales, mostrando a los niños y niñas sus comportamientos antinaturales, la violencia ilimitada de los domadores ante unos espectadores que desconocen lo que hay detrás del glamour y el esperpéntico show del maltrato animal.

Actualmente existen circos como el Cique du Soleil, El Circo de Oz, El circo New Pickle Famimy, Cirque D´Hiver, el Circo Ekún o el Circo Imperial Chino, que no utilizan animales como parte de su espectáculo. No estando en absoluto descafeinados como dicen ciertos directores de circos de la tortura, sino que ofrecen un espectáculo que dignifica a la especie humana en su relación con el resto de los seres vivos que habitan en el planeta Tierra.

Es falso que los circos con animales tengan alguna función conservacionista, sino que contribuyen directamente a la extinción de especies animales salvajes, para los cuales la normativa del Convenio CITES son solo papel mojado. Fomentan que las mafias del tráfico ilegal de animales se sigan lucrando, esquilmando especies que están a punto de desaparecer para siempre. Un estudio reciente de la RSPCA (Real Sociedad Protectora de Animales), reveló que, en más de un 40% de los casos analizados, los grandes felinos se resistían a salir a la pista por lo que había que obligarlos a latigazos y golpes, que de los 36 elefantes indios y africanos que viajaban en circo por el Reino Unido en 2006, 34 habían sido capturados en estado salvaje de forma ilegal por traficantes de animales, pasando bruscamente de la familia a la soledad y del campo a las jaulas y castigos.

Los circos despojan de la dignidad a magnificas criaturas, forzándoles a realizar todo tipo de trucos ridículos y dolorosos. Debemos mostrar a los niños y niñas que hay que respetar a los animales, al resto de los habitantes de la tierra. Cumplir como padres y madres, como educadores uno de las resoluciones de la Asociación de Profesores y Tutores del Estado Español, que recomienda que: “A los niños se les debería disuadir de asistir a cualquier exhibición o atracción que involucre animales en manifestación indigna, alojándoles en habitáculos no satisfactorios, o sometidos a sospechosos métodos de entrenamiento”.

La mejor argumentación para acabar con el maltrato animal es el boicot, por eso desde los movimientos animalistas o ecologistas se pide a la ciudadanía que no asistan a ningún circo con animales.

Las proezas que se presentan a bombo y platillo en estos horrendos espectáculos no son más que el resultado de golpes, trabajos forzados, penurias y vejaciones a unos seres que no tienen culpa del egoísmo y la infinita crueldad de ciertos miembros de la especie humana. Recordemos que lamentablemente al terminar las risas y los aplausos, la música, al finalizar la función no todos pueden regresar a casa, algunos están obligados a volver tras las rejas.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog Viajando entre la tormenta.

Llega una vez más el terror y la tristeza de los circos con animales a Las Palmas de Gran Canaria, sus regidores municipales de nuevo han autorizado que el espectáculo más degradante del mundo inunde las calles con la imagen de la desgraciada elefanta Dumba, un ser mágico que no se merece ese trato, que debería vivir feliz y que ha sufrido los adiestramientos más salvajes por parte de sus domadores, seguramente desde que era un bebé. Estas aberraciones en los adiestramientos las podemos observar en cualquier imagen de YouTube, donde estos personajes sin escrúpulos maltratan para conseguir que hagan sus ridículas piruetas absolutamente antinaturales, humillantes, que consiguen que a base de palos, garrotes con clavos y otros instrumentos de tortura que animales como los tigres y leones atraviesen aros de fuego o que elefantes monten en bicicleta, agachando la cabeza de miedo ante el criminal látigo.

Los circos no pueden ni de lejos atender las necesidades naturales de los animales: giras interminables, viajes larguísimos, encadenamiento de una pata trasera y delantera que solo les permite tumbarse, levantarse o arrastrarse adelante o atrás en sus minúsculas jaulas. Traslados aprisionados dentro de camiones-jaula, donde sólo pisan tierra durante el cruel entrenamiento o los escasos minutos de su número, soportar el frío del invierno o el fuerte calor del verano, sin luz, sin apenas ventilación y rodeados de excrementos, manteniéndolos sedientos para que durante los viajes orinen menos y no se ensucie tanto la jaula, la bodega del barco o el habitáculo del camión.