Espacio de opinión de Canarias Ahora
Turismo, otra vez
Quiero decir que no explican si se refiere a la raza de los visitantes, si han de ser más altos y más guapos y si, caso de que no sea ése el estándar de referencia, cómo van a medirla; si por el procedimiento Isolux, pongamos, o aplicando el sistema Rajoy para los inmigrantes exigiéndole a cada turista el compromiso por escrito de gastarse una cantidad mínima de euros y respetar las costumbres del país no protestando si, por un casual, los alojan en zona de mucho ruido.
Digo yo que algo de eso será ante la evidencia de que aquí la calidad bien entendida no empieza por uno mismo. Porque no puede decirse que fuera tenida en cuenta con el nombramiento de la actual y muy penosa consejera de Turismo. Es llamativo que se descuide tanto en manos de quien se pone la gestión en un sector de la importancia del turístico. No creo que sea bueno confiar tanto en las titulaciones de la “universidad de la vida”.
Tampoco me parecen demasiado alentadoras algunas de las noticias aparecidas, ayer sin ir más lejos, en los periódicos. Sería el caso de esas dos mil construcciones en la costa a las que acecha la piqueta y entre las que figuran centros turísticos de lujo; de calidad, supongo. O los más de cinco mil expedientes abiertos por infracciones de la legislación medioambiental. Y no entro en los aspectos de formación y demás porque tampoco es cosa de recordar a cada rato el asunto de Hecansa y la Escuela de Santa Brígida y qué sé yo. Como bien dijo Arias Cañete, ex ministro aznárico y propagandista pepero, ya no hay camareros como los de antes, que entrabas por esa puerta y ya tenías delante el cafelito.
No les hablo del tratamiento de residuos sólidos porque donde no los entierran por las bravas (mientras “haiga” barrancos y compactadoras nos apañamos, dicen), los incineran de la peor de las maneras sin que parezca, por el momento, que se hayan sentado a hablar del problema, que no es fácil de resolver y no da votos. Ya habrán oído hablar del “continente” de basura a medio sumergir localizado en el Pacífico con una extensión del doble de los Estados Unidos. A Dios gracias, en caso de que aparezca algo parecido por estas latitudes siempre podemos explicarlo San Borondón mediante.
Quiero decir que no explican si se refiere a la raza de los visitantes, si han de ser más altos y más guapos y si, caso de que no sea ése el estándar de referencia, cómo van a medirla; si por el procedimiento Isolux, pongamos, o aplicando el sistema Rajoy para los inmigrantes exigiéndole a cada turista el compromiso por escrito de gastarse una cantidad mínima de euros y respetar las costumbres del país no protestando si, por un casual, los alojan en zona de mucho ruido.
Digo yo que algo de eso será ante la evidencia de que aquí la calidad bien entendida no empieza por uno mismo. Porque no puede decirse que fuera tenida en cuenta con el nombramiento de la actual y muy penosa consejera de Turismo. Es llamativo que se descuide tanto en manos de quien se pone la gestión en un sector de la importancia del turístico. No creo que sea bueno confiar tanto en las titulaciones de la “universidad de la vida”.