Admitida una querella contra Gago

Ya ha sido admitida a trámite (o sea, se han incoado diligencias previas, que es la terminología exacta) la querella criminal que interpusimos hace ya un tiempito a Víctor Rodríguez Gago, ex jefe del gabinete del presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Manuel Soria. Lo ha hecho el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, Tomás Martín, después de que no hubiera avenencia en el acto de conciliación previo. Les iremos contando los pormenores de este asunto, derivado de un artículo del tal Gago publicado en un panfletillo del PP canario y en Libertad Digital, el periódico de Jiménez Losantos, en el que nos ponía bonitos. Por cierto, el PP ha dejado en la estacada a su secretario de Comunicación en Telde, el pobre Antonio Uche, que aparece como alma, corazón y vida del mentado panfletillo clandestino, lo que le podría acarrear algunos disgustos de nada. A ver qué abogado defiende a estos grandes profesionales de la comunicación. Y quién actúa de procuradora, que siempre tiene su morbillo.

Ya ha sido admitida a trámite (o sea, se han incoado diligencias previas, que es la terminología exacta) la querella criminal que interpusimos hace ya un tiempito a Víctor Rodríguez Gago, ex jefe del gabinete del presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Manuel Soria. Lo ha hecho el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, Tomás Martín, después de que no hubiera avenencia en el acto de conciliación previo. Les iremos contando los pormenores de este asunto, derivado de un artículo del tal Gago publicado en un panfletillo del PP canario y en Libertad Digital, el periódico de Jiménez Losantos, en el que nos ponía bonitos. Por cierto, el PP ha dejado en la estacada a su secretario de Comunicación en Telde, el pobre Antonio Uche, que aparece como alma, corazón y vida del mentado panfletillo clandestino, lo que le podría acarrear algunos disgustos de nada. A ver qué abogado defiende a estos grandes profesionales de la comunicación. Y quién actúa de procuradora, que siempre tiene su morbillo.