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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Ahora, el Gobierno

Superados con muchas víctimas colaterales el primer escollo de la aplicación del pacto en cascada entre Coalición Canaria y el PSOE, esta semana que ahora empieza será protagonizada en exclusiva –salvo cataclismo por ahora imprevisto- por la formación y toma de posesión del Gobierno de Canarias. Algunos de los negociadores más reputados respiraron tranquilos el sábado cuando se firmó entre Carlos Alonso y Aurelio Abreu el pacto de gobierno en el Cabildo de Tenerife, a pesar del cabreo indisimulado de los socialistas por el desprecio con que el presidente insular les ha tratado. Igualmente cabreado está en La Laguna Javier Abreu, número dos a la fuerza de un pacto que nace con duración limitada pero sin fecha de caducidad concreta. Nadie debe extrañarse que en la puerta del despacho del líder socialista local pueda aparecer un mañana de estas un cartelito con el que probablemente se convierta en el eslogan de la temporada: “Hay más días que lentejas”. Tanto en La Laguna como en Santa Cruz de Tenerife, ciudad esta última donde CC le metió otro doloroso cuerno al PSOE, podrían producirse interesantes cambios a partir de las elecciones generales de fin de año (dicen que Rajoy quiere llegar a diciembre). Será entonces cuando los concejales de Ciudadanos reciban indicaciones de Barcelona en el sentido de propiciar pactos en unas determinadas direcciones o, en caso de duda, bajo el criterio de cada localidad. Si se levantara el veto a propiciar gobiernos nacionalistas, el PP en Santa Cruz podría tener los días contados porque, llegado el caso, el PSOE hará ejercer su exigencia de cumplimiento del acuerdo y el alcalde Bermúdez habría de integrarlo en el gobierno municipal junto a Ciudadanos. Desde ahora hasta fin de año se supone que CC habrá de arreglar los problemas que ha generado en Puerto de la Cruz y Arico, entre otras localidades tinerfeñas, que es donde más se han violado las condiciones del pacto. Veremos.

Formar Gobierno, otro marrón

Pero, como decíamos al principio, lo que toca esta semana es la formación del nuevo Gobierno de Canarias, tarea en la que andan afanados los dos líderes de los partidos firmantes del pacto. Es una tarea complicada porque, en el caso de Coalición Canaria, Clavijo ha de contentar a todas las islas con tan solo seis consejerías, lo que obligará a mantener intacta la estructura de altos cargos, y a ser posible, incrementarla. Teniendo en cuenta que él es de Tenerife y que también lo es la que en todas las quinielas aparece como consejera de Hacienda, Rosa Dávila, el esfuerzo se redobla. Dávila ha sido hasta ahora directora general de Transportes y, en el proceso de elección y lanzamiento del nuevo presidente, figura clave en su equipo. Por El Hierro se da desde hace tiempo por segura la presencia en el Ejecutivo del senador Narvay Quintero. Bien, sólo faltan cinco islas. Fernando Clavijo ha sorprendido a propios y extraños eligiendo a un independiente, Pedro Ortega, para la estratégica Consejería de Economía, Industria, Comercio, Energía y Nuevas Tecnologías. Y la sorpresa ha sido grata, sobre todo en Gran Canaria, isla de la que es natural este terorense de 53 años que presidió Asinca y ahora dirigía la histórica La Isleña. A Ortega se le reconocen no solamente capacidad y méritos profesionales (algo tan infrecuente en política) sino también una alta facilidad para el diálogo y las relaciones, lo que tampoco abunda. Por parte de la futura vicepresidenta, Patricia Hernández, sólo hay seguro que ella se ocupará de dos de las materias que han correspondido al PSOE, muy probablemente Empleo y Políticas Sociales. A Hernández no le preocupa tanto la variable geográfica de sus compañeros de Consejo de Gobierno como la de género. Quiere una mujer para Presidencia y Justicia, y un hombre (a ser posible de isla menor) para Obras Públicas. El otro varón de su equipo será con casi total posibilidad el grancanario Jesús Morera, que aparece en las quinielas como consejero de Sanidad. Y lo será por su doble condición de médico y de grancanario, aunque no le habrán de restar méritos precisamente sus cuatro años como parlamentario experto en Sanidad que se ha metido entre pecho y espalda esta última legislatura. Morera parece haber superado a la otra candidata para el puesto, la también médico y grancanaria Pilar Grande, a cuyos méritos profesionales y políticos se sumaba su estrecha relación de amistad y de escaño con Patricia Hernández estos últimos años en la Carrera de San Jerónimo.

Isabel Mena, indiscutible

El resto de la estructura gubernamental, viceconsejeros y viceconsejeras, directores y directoras generales, secretarios y secretarias generales técnicos… serán nombrados en una segunda oleada a partir de que el presidente del Gobierno firme su primer decreto, el de configuración de la estructura del Ejecutivo, conteniendo los cambios en nomenclaturas y funciones. Como ocurriera en la anterior legislatura, no habrá cruces de cargos intermedios entre CC y el PSOE, con la única excepción –repetida- de la Dirección General de Promoción Económica, que se supone se adscribirá a la nueva consejería de Economía y que dependerá de un o una socialista. En estos segundos niveles de las quinielas hay nombres que parecen indiscutibles, como el de Isabel Mena, hasta ahora portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a quien el chanismo imperante en la Agrupación Local de la ciudad envió al ostracismo de manera absurda e injusta. Mena se ha significado en la campaña para la elección de Patricia Hernández y es una de las personas de su máxima confianza. Estará, con toda probabilidad, en la estructura de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales. El nombre de Roberto Moreno, que hizo una destacada labor al frente de la Dirección General de Comunicaciones y Nuevas Tecnologías, también aparece en puestos relevantes, pero nada es seguro porque nada ha trascendido del entorno de la inminente vicepresidenta.

Luego, los del WhatsApp

No hay cama pa tanta gente, ni en Coalición Canaria ni en el PSOE. Clavijo y Hernández se comprometieron, uno más públicamente que la otra, a compensar territorialmente el hecho novedoso de que el presidente y el vicepresidente sean de la misma isla. El nombramiento de la grancanaria Carolina Darias como presidenta del Parlamento y el mantenimiento de Luis Ibarra al frente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, junto a la designación de Pedro Ortega como consejero de Economía, podrían aliviar de alguna manera las suspicacias levantadas. Pero para muchos, incluidos los propios, resulta claramente insuficiente, de ahí que se intensifique estos días el tráfico de aspirantes a puestos de ringo rango. De la dirección de la isla de Gran Canaria se están haciendo propuestas muy serias, como la de Guacimara Medina, hasta ahora viceconsejera de Medio Ambiente, batalladora como ella sola. O Fernando Navarro, ex concejal en la oposición de Las Palmas de Gran Canaria tras haberlo sido con Jerónimo Saavedra. Luego ya vienen los rellenos. En un grupo de WhatsApp que tiene la dirección del PSOE grancanario para estos menesteres se han podido leer nombres tan futbolísticos con Dani, Molina u Onofre (sin más detalles) junto a los de Juan Jesús Moreno, Cristóbal González o Conchi Narváez. Lo que ponemos en general conocimiento para que, si los nombran, sepan de dónde salieron.

Superados con muchas víctimas colaterales el primer escollo de la aplicación del pacto en cascada entre Coalición Canaria y el PSOE, esta semana que ahora empieza será protagonizada en exclusiva –salvo cataclismo por ahora imprevisto- por la formación y toma de posesión del Gobierno de Canarias. Algunos de los negociadores más reputados respiraron tranquilos el sábado cuando se firmó entre Carlos Alonso y Aurelio Abreu el pacto de gobierno en el Cabildo de Tenerife, a pesar del cabreo indisimulado de los socialistas por el desprecio con que el presidente insular les ha tratado. Igualmente cabreado está en La Laguna Javier Abreu, número dos a la fuerza de un pacto que nace con duración limitada pero sin fecha de caducidad concreta. Nadie debe extrañarse que en la puerta del despacho del líder socialista local pueda aparecer un mañana de estas un cartelito con el que probablemente se convierta en el eslogan de la temporada: “Hay más días que lentejas”. Tanto en La Laguna como en Santa Cruz de Tenerife, ciudad esta última donde CC le metió otro doloroso cuerno al PSOE, podrían producirse interesantes cambios a partir de las elecciones generales de fin de año (dicen que Rajoy quiere llegar a diciembre). Será entonces cuando los concejales de Ciudadanos reciban indicaciones de Barcelona en el sentido de propiciar pactos en unas determinadas direcciones o, en caso de duda, bajo el criterio de cada localidad. Si se levantara el veto a propiciar gobiernos nacionalistas, el PP en Santa Cruz podría tener los días contados porque, llegado el caso, el PSOE hará ejercer su exigencia de cumplimiento del acuerdo y el alcalde Bermúdez habría de integrarlo en el gobierno municipal junto a Ciudadanos. Desde ahora hasta fin de año se supone que CC habrá de arreglar los problemas que ha generado en Puerto de la Cruz y Arico, entre otras localidades tinerfeñas, que es donde más se han violado las condiciones del pacto. Veremos.

Formar Gobierno, otro marrón