El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Aniñada operación policial
El alcalde en funciones de Gáldar ha esgrimido públicamente un par de poderosas razones para mantenerse en el machito, a pesar de las peticiones de dimisión, devolución del acta de concejal y del rosario del partido, formuladas por sus compañeros de grupo. Rodríguez -ya lo hemos dicho aquí- se mantiene y señala con el dedo especialmente al concejal de Policía, Vicente Moreno, Pipo, que en su día fue destituido del cargo de jefe del mismo cuerpo cuando el alcalde era Demetrio Suárez. No sabemos si las razones de entonces fueron las mismas que ahora, pero mucho nos tememos que tuvieron que ver con redadas frustradas por información privilegiada de los potenciales enredados. Pero el caso ahora es distinto: el alcalde ha abierto una investigación a ver si es verdad que una sola persona, que no duerme en Gáldar, sino en el límite entre Las Palmas y Tafira, fue el que compró todas las motos del potrero. Las motos desaparecieron sin que nadie se haya atrevido a denunciar, y peor aún, sin que nadie dé razones de su paredero.
El alcalde en funciones de Gáldar ha esgrimido públicamente un par de poderosas razones para mantenerse en el machito, a pesar de las peticiones de dimisión, devolución del acta de concejal y del rosario del partido, formuladas por sus compañeros de grupo. Rodríguez -ya lo hemos dicho aquí- se mantiene y señala con el dedo especialmente al concejal de Policía, Vicente Moreno, Pipo, que en su día fue destituido del cargo de jefe del mismo cuerpo cuando el alcalde era Demetrio Suárez. No sabemos si las razones de entonces fueron las mismas que ahora, pero mucho nos tememos que tuvieron que ver con redadas frustradas por información privilegiada de los potenciales enredados. Pero el caso ahora es distinto: el alcalde ha abierto una investigación a ver si es verdad que una sola persona, que no duerme en Gáldar, sino en el límite entre Las Palmas y Tafira, fue el que compró todas las motos del potrero. Las motos desaparecieron sin que nadie se haya atrevido a denunciar, y peor aún, sin que nadie dé razones de su paredero.