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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

El antecedente de Carmelo Artiles (1991)

La posibilidad de un pacto a tres bandas en el Cabildo de Gran Canaria entre el PSOE (siete consejeros), Nueva Canarias (cinco) y Coalición Canaria (tres) está bastante verde, pero no ha sido descartada definitivamente. Las voces más pacíficas lo desautorizan por considerar excesivo colocar en la oposición a quien sacó exactamente el doble de consejeros que su más inmediato seguidor. Efectivamente, Bravo de Laguna, con sus catorce actas, está a siete de Carolina Darias. Sin embargo, ni el PP, ni CC ni cualquier otro nacionalista de izquierdas que aún pulule por la política canaria puede alegar falta de antecedentes, porque hay uno y muy llamativo. En 1991, tras las elecciones, el recientemente fallecido Carmelo Artiles alcanzó los 12 consejeros y su más inmediato seguidor, el CDS, exactamente la mitad, seis. Pero se puso de acuerdo toda la oposición (CDS, PP e ICAN) para hacer presidente al candidato que menos respaldo electoral había conseguido, Pedro Lezcano. El poeta se arrepintió siempre de haberse prestado a ese conchabo que colocó a continuación al PP de modo permanente al frente de esa Corporación -incluso con mayoría absoluta- hasta la llegada de José Miguel Pérez en 2007.

La posibilidad de un pacto a tres bandas en el Cabildo de Gran Canaria entre el PSOE (siete consejeros), Nueva Canarias (cinco) y Coalición Canaria (tres) está bastante verde, pero no ha sido descartada definitivamente. Las voces más pacíficas lo desautorizan por considerar excesivo colocar en la oposición a quien sacó exactamente el doble de consejeros que su más inmediato seguidor. Efectivamente, Bravo de Laguna, con sus catorce actas, está a siete de Carolina Darias. Sin embargo, ni el PP, ni CC ni cualquier otro nacionalista de izquierdas que aún pulule por la política canaria puede alegar falta de antecedentes, porque hay uno y muy llamativo. En 1991, tras las elecciones, el recientemente fallecido Carmelo Artiles alcanzó los 12 consejeros y su más inmediato seguidor, el CDS, exactamente la mitad, seis. Pero se puso de acuerdo toda la oposición (CDS, PP e ICAN) para hacer presidente al candidato que menos respaldo electoral había conseguido, Pedro Lezcano. El poeta se arrepintió siempre de haberse prestado a ese conchabo que colocó a continuación al PP de modo permanente al frente de esa Corporación -incluso con mayoría absoluta- hasta la llegada de José Miguel Pérez en 2007.