El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Ni el aserejé, oye
Los pasajeros preguntaban a las azafatas por los motivos de la emergencia y de la cara de congoja que se les puso, y nada, que el que tenía que hablar era el comandante y éste estaba atareado en esos momentos, como es de suponer. Total que vuelve a hablar el comandante, pero para explicar a los pasajeros que tienen que ponerse en esa premonitoria postura medio fetal para el impacto, y otra vez sólo en inglés. Así que la peña, más que nada al ver al prójimo haciéndolo, se coloca en posición. El piloto hasta hace la cuenta atrás, sólo en inglés claro, y toma tierra como nunca. Suave como si la pista fuera de terciopelo. Gran despliegue de bomberos y ambulancias y sólo ataques de nervios y un enorme cabreo de los españoles: todavía andan esperando que alguien les explique lo que pasó. Y que el amigo Blair sugiera a las compañías aéreas que las aeromozas y aeromozos aprendan otros idiomas. Que no les va a pasar nada.
Los pasajeros preguntaban a las azafatas por los motivos de la emergencia y de la cara de congoja que se les puso, y nada, que el que tenía que hablar era el comandante y éste estaba atareado en esos momentos, como es de suponer. Total que vuelve a hablar el comandante, pero para explicar a los pasajeros que tienen que ponerse en esa premonitoria postura medio fetal para el impacto, y otra vez sólo en inglés. Así que la peña, más que nada al ver al prójimo haciéndolo, se coloca en posición. El piloto hasta hace la cuenta atrás, sólo en inglés claro, y toma tierra como nunca. Suave como si la pista fuera de terciopelo. Gran despliegue de bomberos y ambulancias y sólo ataques de nervios y un enorme cabreo de los españoles: todavía andan esperando que alguien les explique lo que pasó. Y que el amigo Blair sugiera a las compañías aéreas que las aeromozas y aeromozos aprendan otros idiomas. Que no les va a pasar nada.