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Que un asesor compre concejales

Mamandurria también viene siendo lo que hay en el Cabildo de Gran Canaria, donde solo el vicepresidente, Juan Domínguez, está rodeado de doce asesores, doce, una docena, para una sola área, la de Comercio e Industria, actividad para las que el Cabildo tiene una o ninguna competencia, es decir, Infecar, que tiene su propio y nutrido equipo de trabajadores, más asesores y asimilados en posición de mamandurria, y Moda Cálida, el chollete que se ha encontrado Domínguez para salir en las fotografías 300 días al año sin respetar siquiera las fiestas de guardar. Y a veces tampoco el buen gusto. Mamandurria son una decena de responsables de prensa en un solo Cabildo, el de Gran Canaria, cada uno con su sueldito, su cometido de cada día, un comunicadete en el que el jefe se vea monísimo y a escupir a la calle, que del resto del trabajo se ocupan los de las empresas de comunicación contratadas al efecto en concursos negociados también por la misma vía. Mamandurria es que uno de esos doce asesores del vicepresidente se dedique a cosas que no son de interés ciudadano, de defensa de lo público, sino destinadas a crear el caldo de cultivo propiciatorio para que la mamandurria crezca y se multiplique con más mamandurria. Porque ofrecer a un concejal en la oposición resolverle la vida mediante su colocación en un puesto público es mamandurria sobre mamandurria y campana una. Son solo algunos ejemplos de mamandurria, tener un chollo de trabajo, generalmente pagado con dinero público, por el que se trabaja poco o nada. Es una de las causas que ha ocasionado el profundo descrédito que sufre la política de manera injusta.

Mamandurria también viene siendo lo que hay en el Cabildo de Gran Canaria, donde solo el vicepresidente, Juan Domínguez, está rodeado de doce asesores, doce, una docena, para una sola área, la de Comercio e Industria, actividad para las que el Cabildo tiene una o ninguna competencia, es decir, Infecar, que tiene su propio y nutrido equipo de trabajadores, más asesores y asimilados en posición de mamandurria, y Moda Cálida, el chollete que se ha encontrado Domínguez para salir en las fotografías 300 días al año sin respetar siquiera las fiestas de guardar. Y a veces tampoco el buen gusto. Mamandurria son una decena de responsables de prensa en un solo Cabildo, el de Gran Canaria, cada uno con su sueldito, su cometido de cada día, un comunicadete en el que el jefe se vea monísimo y a escupir a la calle, que del resto del trabajo se ocupan los de las empresas de comunicación contratadas al efecto en concursos negociados también por la misma vía. Mamandurria es que uno de esos doce asesores del vicepresidente se dedique a cosas que no son de interés ciudadano, de defensa de lo público, sino destinadas a crear el caldo de cultivo propiciatorio para que la mamandurria crezca y se multiplique con más mamandurria. Porque ofrecer a un concejal en la oposición resolverle la vida mediante su colocación en un puesto público es mamandurria sobre mamandurria y campana una. Son solo algunos ejemplos de mamandurria, tener un chollo de trabajo, generalmente pagado con dinero público, por el que se trabaja poco o nada. Es una de las causas que ha ocasionado el profundo descrédito que sufre la política de manera injusta.