El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Avestruces en Business Class
Lo de los avestruces da mucho juego, como se podrán imaginar, sobre todo porque se trata de una de las líneas estratégicas y de futuro por las que parece haber apostado firmemente el Cabildo grancanario, gobernado desde 1991, como todos ustedes saben, por un pacto entre el Partido Popular y Coalición Canaria. La inversión de 132.000 euros (unos 22 millones de pesetas) es para que el Matadero pueda sacrificar a estos animales en número cercano a los dos ejemplares al mes, según ha informado el grupo de Gobierno. Repetimos, dos. La oposición, que es mala-malona, ya anda preparando una moción para el próximo pleno en la que reclamar que se sustituya esa partida por un billete en Business Class de aquí a Australia para cada uno de los avestruces a sacrificar a lo largo del año que viene, y que nos los devuelvan por Seur envueltos en celofán. Sobraría dinero, dicen los socialistas en plan malcriado. Nada tenemos contra la carne de avestruz, sabrosa y con muchas cualidades, pero llama poderosamente la atención esta línea de negocio tan extravagante si se la compara con la suerte que han corrido en Gran Canaria muchos empresarios que han pretendido instalar granjas de pollos, que han sufrido muchas resoluciones negativas por asuntos del impacto ambiental. Luego, debemos concluir que si los pollos están reñidos con el medio ambiente, los avestruces, que son veinte veces más grandes, ni les contamos. Pero ya los podemos matar. ¡Qué suerte vivir aquí!
Lo de los avestruces da mucho juego, como se podrán imaginar, sobre todo porque se trata de una de las líneas estratégicas y de futuro por las que parece haber apostado firmemente el Cabildo grancanario, gobernado desde 1991, como todos ustedes saben, por un pacto entre el Partido Popular y Coalición Canaria. La inversión de 132.000 euros (unos 22 millones de pesetas) es para que el Matadero pueda sacrificar a estos animales en número cercano a los dos ejemplares al mes, según ha informado el grupo de Gobierno. Repetimos, dos. La oposición, que es mala-malona, ya anda preparando una moción para el próximo pleno en la que reclamar que se sustituya esa partida por un billete en Business Class de aquí a Australia para cada uno de los avestruces a sacrificar a lo largo del año que viene, y que nos los devuelvan por Seur envueltos en celofán. Sobraría dinero, dicen los socialistas en plan malcriado. Nada tenemos contra la carne de avestruz, sabrosa y con muchas cualidades, pero llama poderosamente la atención esta línea de negocio tan extravagante si se la compara con la suerte que han corrido en Gran Canaria muchos empresarios que han pretendido instalar granjas de pollos, que han sufrido muchas resoluciones negativas por asuntos del impacto ambiental. Luego, debemos concluir que si los pollos están reñidos con el medio ambiente, los avestruces, que son veinte veces más grandes, ni les contamos. Pero ya los podemos matar. ¡Qué suerte vivir aquí!