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Bañolas se come otro sapo

Así no hay quien mantenga la línea. Ni pueda dedicarse a ganar las elecciones. El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Fernando Bañolas, candidato de CC al Cabildo de Gran Canaria, volvió este miércoles al trapecio sin red para proclamar al mundo -sapo en mano- que suspendía el concurso de la hemodiálisis, el famoso tocomocho por el que el PP quería adjudicar a la empresa inmobiliaria del caso Canódromo el servicio que se presta a los enfermos renales de dos hospitales canarios. Pero, contrariamente a lo que había anunciado la semana pasada, Bañolas no ha liquidado este concurso por los indicios de delitos encontrados en él, ni por las informaciones periodísticas que llevan meses apuntando a que las bases se manipularon en favor de la adjudicataria. La suspensión responde a “cuestiones económicas”. Sí, repetimos, “cuestiones económicas”, muy parecidas seguramente a las que pudieron haber llevado a la misma suspensión en noviembre de 2010, cuando la prensa destapó el escándalo. Dice Bañolas que Paulino Rivero ha requerido a sus consejeros que miren por el dinero, y por eso es ahora cuando se da carpetazo a esta operación del PP que tanto y con tan poca fortuna trata de tapar un sector muy ruandés de Coalición Canaria.

Así no hay quien mantenga la línea. Ni pueda dedicarse a ganar las elecciones. El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Fernando Bañolas, candidato de CC al Cabildo de Gran Canaria, volvió este miércoles al trapecio sin red para proclamar al mundo -sapo en mano- que suspendía el concurso de la hemodiálisis, el famoso tocomocho por el que el PP quería adjudicar a la empresa inmobiliaria del caso Canódromo el servicio que se presta a los enfermos renales de dos hospitales canarios. Pero, contrariamente a lo que había anunciado la semana pasada, Bañolas no ha liquidado este concurso por los indicios de delitos encontrados en él, ni por las informaciones periodísticas que llevan meses apuntando a que las bases se manipularon en favor de la adjudicataria. La suspensión responde a “cuestiones económicas”. Sí, repetimos, “cuestiones económicas”, muy parecidas seguramente a las que pudieron haber llevado a la misma suspensión en noviembre de 2010, cuando la prensa destapó el escándalo. Dice Bañolas que Paulino Rivero ha requerido a sus consejeros que miren por el dinero, y por eso es ahora cuando se da carpetazo a esta operación del PP que tanto y con tan poca fortuna trata de tapar un sector muy ruandés de Coalición Canaria.