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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Por ser quien es

Los intentos de Alcaraz de meterle un paquete a Carlos López Aguilar, cuyas viñetas pueden encontrar ustedes cada día en este periódico, sólo tenían como fin meter un dedo en el ojo al ministro de Justicia, cuya colección de enemigos íntimos crece día a día sin que el hombre parezca inmutarse mucho. No descubrimos América si les contamos que el tal Alcaraz es uno de los brazos tontos de la política del todo vale del PP, la que sirve para, entre otras cosas, dinamitar el proceso de paz. Aquí, en Canarias, al ministro se le acusa de ser una especie de gendarme de la corrupción, un insulto que quizás se vuelva en contra de quienes lo profieren con tanto descaro. Porque si usted tiene en su casa al gato que más ratones caza, o en su aeropuerto al halcón que más palomas espanta, querrá cuidarlos por muchos años para que sigan siendo eficientes. Y si, por ventura, fuera este ministro el Superman de la lucha contra la corrupción, quizá habría que animarlo para que siga siendo ministro hasta el minuto mismo en que la rotativa del BOE arranque para imprimir la convocatoria de elecciones autonómicas.

Los intentos de Alcaraz de meterle un paquete a Carlos López Aguilar, cuyas viñetas pueden encontrar ustedes cada día en este periódico, sólo tenían como fin meter un dedo en el ojo al ministro de Justicia, cuya colección de enemigos íntimos crece día a día sin que el hombre parezca inmutarse mucho. No descubrimos América si les contamos que el tal Alcaraz es uno de los brazos tontos de la política del todo vale del PP, la que sirve para, entre otras cosas, dinamitar el proceso de paz. Aquí, en Canarias, al ministro se le acusa de ser una especie de gendarme de la corrupción, un insulto que quizás se vuelva en contra de quienes lo profieren con tanto descaro. Porque si usted tiene en su casa al gato que más ratones caza, o en su aeropuerto al halcón que más palomas espanta, querrá cuidarlos por muchos años para que sigan siendo eficientes. Y si, por ventura, fuera este ministro el Superman de la lucha contra la corrupción, quizá habría que animarlo para que siga siendo ministro hasta el minuto mismo en que la rotativa del BOE arranque para imprimir la convocatoria de elecciones autonómicas.